CASTELLÓ. Además de muchos citricultores, que a buen seguro abandonarán sus campos por la falta de ingresos, la pésima campaña citrícola puede comenzar a cobrarse sus primeras víctimas en la provincia, en forma de empresas. Una de las firmas que actualmente está sobre el alambre es toda una referencia para el sector, la histórica cooperativa Nulexport, "el buque insignia de la clemenules", destacan fuentes del sector.
A día de hoy, la firma de Nules no tiene presidente. Según ha podido saber Castellón Plaza, Pasqual Pla y parte de los miembros que le acompañaban en la junta directiva de la cooperativa han presentado recientemente su dimisión, impulsados por la presión de otra sección de la junta, incorporada más recientemente y liderada por Manuel Mezquita, quien fuera gerente de la firma durante varios años en el pasado.
Una situación insólita en la que hasta hace poco era la cooperativa reina de la citricultura castellonense y que levantará ampollas el próximo día 26 en la asamblea extraordinaria a la que han sido convocados sus 500 socios. La cita es trascendental para el futuro de Nulexport, que por primera vez en sus casi 40 años de historia baraja no ofrecer ningún ingreso a sus asociados en la liquidación de la campaña, según confirman varias fuentes del sector.
Esto ha motivado un aluvión de quejas entre los socios, muchos de los cuales han expresado su deseo de abandonar la cooperativa, que en los últimos años ha manipulado 38.000 toneladas de cítricos por campaña, una cantidad considerable. Desde la junta se ha pedido a sus asociados, la mayoría de Nules pero también de otras localidades del entorno, que esperen a escuchar sus explicaciones en la asamblea de la semana próxima antes de decidir finalmente si abandonan la nave.
Y es que otro de los aspectos que se abordará en la cita es la posibilidad de plasmar algún tipo de acuerdo con Sanlúcar, el gigante agroalimentario con sede en Puçol y que factura más de 383 millones de euros, según sus últimas cuentas registradas, de 2017. La compañía, que está presente en los cinco continentes, trabaja parte de sus cítricos a través de Llusar, radicada en Xilxes. No es la primera vez que se habla de esta posible colaboración y Nulexport, que tiene bajo su paraguas gran parte de la producción de las Clemenules más apreciadas, justo en la zona en que nació esta variedad, es un socio apetecible en el sector, reconocen las fuentes.
Precisamente, el hecho de que Nulexport haya estado centrada casi exclusivamente en la Clemenules es una de las causas, quizás la principal, que ha motivado que la cooperativa se encuentre en su situación actual. Esta variedad de clementina, la reina en producción en la provincia y especialmente en la zona, copa alrededor del 90% de las 38 toneladas de cítricos que viene manipulando la firma en cada campaña. Y esta dependencia, en un año en que la Clemenules no ha tenido precio, ha sido un misil en la línea de flotación de la compañía.
También la caída del mercado norteamericano, por el que apostó fuerte hace una década Nulexport, ha sido determinante para los malos números de la sociedad, apuntan desde su entorno.
Algo similar ya le ocurrió en años precedentes a Betxí Export, que no se pudo adaptar a las exigencias del mercado y acabó entrando en concurso de acreedores y echando el cierre. De esta manera, con escasas y honrosas excepciones, el panorama para las cooperativas citrícolas de la provincia, de las que cada vez quedan menos, es sombrío.