Sánchez se compromete a abolir la prostitución y poner fin a la reforma laboral
Sánchez se compromete a abolir la prostitución y poner fin a la reforma laboral
VALÈNCIA. El PSOE tenía la obligación de no fallar este fin de semana. El 40º Congreso Federal debía servir para consagrar a Pedro Sánchez, ofrecer una imagen unidad sin fisuras y, además, dejar una fotografía del cierre del cónclave que evidenciara el músculo de una formación política con 142 años de historia y, más importante si cabe, que reflejara la fortaleza del partido en la Comunitat Valenciana.
EL guion marcado desde Ferraz se cumplió punto por punto. Sánchez salió vitoreado de Feria Valencia, su nueva Ejecutiva -con una renovación de tres cuartas partes de sus miembros- fue respaldada con un 95% de los votos y, en el mitin de cierre, los socialistas congregaron a cerca de 10.000 personas, unos números próximos a los que marcó el PP hace un par de semanas en la Plaza de Toros de València en su clausura de la Convención Nacional.
Y es que precisamente esa era el reto que también la federación valenciana liderada por Ximo Puig, miraba de reojo. El regreso del PP al coso taurino había activado a la militancia socialista, que respondió a la llamada de la cúpula del PSPV para mantener intacto el orgullo del puño y la rosa. Unos 70 autobuses de distintos puntos de la Comunitat Valenciana -casi todos llenos- sumaban cerca de 4.000 simpatizantes al acto final, a los que había que sumar unos 900 de València ciudad; los 1.1000 delegados, el doble de invitados que vinieron a pasar el fin de semana y ya estuvieron llenando el escenario en la jornada precedente así como otros afiliados o curiosos que se utilizaron su propio vehículo para escuchar a Sánchez.
Más allá de las habituales discusiones sobre las cifras de los asistentes, la cuestión es que el PSOE, con la ayuda de los socialistas valencianos, ofrecieron una imagen potente y, quizá más importante, lograron celebrar un congreso en el que hubo poca literatura sobre las tradicionales 'puñaladas' socialistas que en otras ocasiones han llenado muchas páginas de los diarios. Ya sea porque, a día de hoy, el dominio 'sanchista' es abrumador o porque el formato del cónclave también invitaba al buen clima, lo cierto es que la formación socialista salió este domingo de Feria Valencia con las pilas cargadas de cara a los próximos compromisos.
El reencuentro de la militancia con históricos como José Luirs Rodríguez Zapatero y Felipe González; el homenaje a Alfredo Pérez Rubalcaba, o los propios mensajes de Sánchez, se dirigieron a tocar el corazón y el orgullo del PSOE. El discurso del secretario general, repleto de menciones a "conquistas sociales" pasadas, presentes y futuras, allanó el camino para su reflexión final: "La socialdemocracia goza de una salud de hierro", proclamó Sánchez, quien ironizó sobre cómo en anteriores épocas se les señalaba por ser "demasiado socialdemócratas" y ahora se les pretendía criticar por serlo "demasiado poco". "La cuestión es que el PSOE es imprescidible, porque su rúbrica ha estado presente en todos los acuerdos que han servido a este país para avanzar", sentenció.
Precisamente ese concepto, el "avance", fue el hilo conductor de Sánchez durante su intervención; que también se apoyó en la gestión de la pandemia para reivindicar la fortaleza del PSOE. "En los peores momentos creímos en nuestros valores. En plena pandemia aprobamos la subida del Salario Mínimo Interprofesional, el Ingreso Mínimo Vital, los Ertes de los que se beneficiaron más de 3 millones de españoles, la ley de la Eutanasia, de Vivienda, de Ciencia, de Memoria Democrática...", enumeró el líder del PSOE ante un auditorio entregado, que incrementó sus aplausos al realizar una mención al exministro de Sanidad Salvador Illa.
Sánchez se compromete a abolir la prostitución y poner fin a la reforma laboral
El auditorio también celebró con fervor los mensajes a la oposición. "Ningún avance se ha construido con el insulto", señaló Sánchez, quien lamentó que la ultraderecha no tenga por objetivo "mejorar nada" sino "quitarle el poder a la democracia". "Contaminan la política y desconcierta y arrastra a la derecha clásica", sentenció el líder del PSOE, para añadir: "La socialdemocracia está fuerte. Los que están en crisis son los que impulsaron políticas que fomentaron la desigualdad".
En esta línea, el también presidente del Gobierno opinó que estas fuerzas políticas "temen" al PSOE porque saben que los socialistas son "los que más han contribuido a que avance este país". "Luego nos acusan de pocos españoles o malos patriotas. Si hay un partido que ama a España ese es el Partido Socialista", apostilló.
El líder del PSPV, Ximo Puig, también cerró con satisfacción un fin de semana notable para la federación valenciana. Recibió el honor de presidir la Mesa del Congreso; las principales enmiendas presentadas fueron acogidas en la ponencia definitiva; cuatro miembros del PSPV se convirtieron este domingo en responsables de área en la Ejecutiva federal y, como remate, se aportó una contribución importante para que el mitin final fuera un éxito.
No obstante, siempre hay peros. Sánchez no mencionó la reforma del sistema de financiación en su extenso discurso final, y tampoco en la ponencia resultante se observa una ventaja clara para la posición valenciana -tampoco para los que defienden otra fórmula-. De la misma manera, tampoco se obtuvieron avances a una mejora en el problema del trasvase Tajo-Segura. Unos 'debes' que, no obstante, no empañan un buen fin de semana para el PSPV.
Los cuatro valencianos en la Ejecutiva federal
En cuanto a la visión global de la cita, la tan cacareada unidad ha borrado del mapa una de las señas de identidad de los socialistas: la disensión, casi un deporte olímpico socialista.
El informe de gestión se aprobó por asentimiento y nadie rechistó. No se escucharon críticas públicas y, sólo en la intimidad, algunos dirigentes confiesan que no les agrada el tinte "mesiánico" que está adquiriendo el partido bajo el liderazgo de Sánchez. "Cada vez se votan menos cosas y se hace más difícil ser crítico. Ya desde 2017 todo se ha ido haciendo a su medida. Ahora las cosas van bien pero, ¿qué ocurrirá cuando vayan mal?", reflexionaba un veterano dirigente al cierre del exitoso cónclave.