CASTELLÓ (EFE). El gran error de Julio César fue no ser como un dictador del siglo XX y aniquilar siempre al vencido, dice el escritor de novela histórica más vendido en español, Santiago Posteguillo, que publica la segunda entrega del proyecto literario dedicado a narrar la vida de este personaje de la antigua Roma. Se trata de Maldita Roma (Ediciones B), que sigue a Roma soy yo, la novela más leída en España en 2022, en la que abordaba un episodio muy desconocido de la juventud de Julio César, su papel como abogado de la acusación contra un senador corrupto. Ahora, aparece ya un personaje en la plenitud de su talento estratégico y militar que inicia su difícil ascenso al poder, sus años de transformación, explica el autor a EFE. Posteguillo (Valencia, 1967), escritor con más de cuatro millones y medio de ejemplares vendidos de sus obras, ha viajado con un grupo de periodistas a la antigua Bribacte (cercana a la actual Autun, en el corazón de la Borgoña francesa), primera ciudad gala que fue romanizada y donde comienza y acaba Maldita Roma, al igual que ocurre "La guerra de las Galias" donde Julio César explicó su campaña militar.
En esta novela, de más 800 páginas y que se publica el martes 14 de noviembre en España, Chile y Colombia, para hacerlo en los próximos días en Argentina, México y Perú y en marzo de 2024 en Estados Unidos, Posteguillo abarca un período de 18 años en la vida de Julio César, desde sus 24 años hasta los 42. Una época en la que ya aparecen conocidos personajes como Espartaco, Pompeyo, Cicerón e incluso Cleopatra, cuyo nacimiento a orillas del Nilo es recogido en esta entrega, la segunda de las seis que compondrán la saga de Posteguillo que acaba con el asesinato de Julio César, en el año 44 a.C. El gran error de Julio César fue su magnanimidad en la victoria, algo que se sale de la figura de dictador contemporáneo, un personaje muy complejo y de muchos matices que no se puede simplificar en la afirmación de que era un tirano, sostiene. En su opinión, existe una revisión ideologizada de personajes históricos como Julio César, cuando cree que no se pueden valorar moralmente las acciones que realizó desde el presente.
Fue un personaje con luces y sombras que, explica el escritor, tuvo primero que ganar unas elecciones. "Estamos acostumbrados a políticos que, o no cumplen con lo que está en su programa electoral o esperan al último año antes de acabar la legislatura para poner en práctica alguna de sus promesas", señala. Y Julio César, que había prometido una reforma agraria que se llevaba intentando en Roma 130 años, presentó la ley el primer día tras ser elegido: "Igualito que hoy en día", ironiza Posteguillo, que destaca cómo la actualidad se relaciona con lo que escribe. Aunque cree que la mentira, genéricamente, está en política, Posteguillo explica que en el Senado romano las cosas se decían claramente: "El nivel de mentira no era el que hay ahora, que es de una desfachatez tal que me hace vivir en la perplejidad", asevera.
Cree que el hecho de que la sociedad esté actualmente acostumbrada a esta situación se debe a que está "adormecida" por un sistema educativo que no promueve el esfuerzo ni la crítica. Y sostiene que hay "una élite política en España que no tiene interés en que la gente tenga una capacidad que sea crítica con el sistema". Julio César, agrega, se endeudó personalmente para poner en marcha obra pública (en un equivalente a 685 millones de euros actuales), aunque también, conforme fue acumulando poder, se planteó el dilema de hasta qué punto estaba dispuesto a considerar que el objetivo justifica los medios. También se alió con sus enemigos para conseguir sus interesas, como hizo con Pompeyo, señala Posteguillo, que recuerda que no solo actualmente sino que a lo largo de la historia ha habido más de un pacto de gobierno entre fuerzas políticas "que habían jurado que nunca se juntarían". Posteguillo, que ha escrito además una trilogía sobre Publio Cornelio Escipión, el Africano, otra sobre Trajano y una bilogía sobre Julia Domna, considera que la novela histórica sobre la antigua Roma atrae a los lectores porque, junto con Grecia, habla de los orígenes del mundo occidental, además de incorporar elementos novelescos de luchas y traiciones y sus conexiones con el presente.