CASTELLÓ. Los inicios de temporada pueden definir, para bien o para mal, la senda de un equipo en sus objetivos finales. No son decisivos, pero pueden marcar tendencia.
En el caso del Castellón, su pleno de victorias en tres jornadas disputadas le sitúa en lo más alto de la clasificación de su grupo, a falta de saber qué va a ocurrir en el largo camino que le resta por recorrer.
Dick Schreuder ya tuvo un arranque feliz en su anterior equipo, el Zwolle, la pasada temporada. Y acabó el curso de la mejor forma, con un ascenso a la máxima categoría del fútbol neerlandés.
El hoy técnico albinegro firmó entonces, al igual que ahora, un pleno de victorias en las tres primeras jornadas, estrenando el curso con un triunfo en casa por 2-1 frente al De Graafschap y logrando dos seguidos a domicilio ante el Telstar (0-5) y el Venlo (0-4). Su equipo prolongó esa secuencia dos partidos más, antes de romperla en la jornada 6 con un empate. Su primera derrota llegó en su octavo partido.
El Zwolle finalizó la temporada en puestos directos de ascenso con los mismos puntos que el Heracles, que logró esa meta como campeón de Liga. Su salto de categoría llegó con muchas jornadas de antelación. En aquella plantilla figuraban tres futbolistas que defienden ahora la albinegra: Haris Medunjanin, Daijiro Chirino y Gervane Kastaneer.
El buen inicio de temporada con el Castellón tiene el mérito añadido de producirse con un equipo en construcción en el que muchos de sus jugadores aún no están plenamente integrados al equipo tras llegar en los últimos días de mercado y con un modelo de juego novedoso para los que ya estaban en la plantilla.
Quedan aún 35 jornadas por disputarse y muchos obstáculos que negociar, pero ya hay un buen punto de partida en el objetivo del club albinegro, con un entrenador que ya sabe lo que es empezar y acabar bien un proyecto de ascenso.