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tribuna libre / OPINIÓN

Sí a la caza

caza
9/03/2023 - 

Se ha convertido en una costumbre común en ciertos círculos políticos y sociales, habitualmente dominados por la izquierda y sus asociaciones teledirigidas, la persecución mediática de muchas actividades y costumbres cuyo arraigo entre nosotros es indiscutible, especialmente en la España rural o la que se encuentra fuera de las grandes ciudades.

Entre estas actividades de indiscutible tradición y también indudable aportación tanto económica, como cultural y social a nuestro entorno, se encuentra sin duda la caza. Y sí, este es un texto en el que voy a defender a la caza, por mucho que esto suponga exponerme a que haters y diferentes actores de la izquierda radical puedan fijarme en su punto de mira. Y lo hago dejando claro de antemano que yo no soy cazador y no he practicado la caza, pero considero que no ser parte de este colectivo no me impide opinar y poner sobre la mesa los muchos beneficios para la sociedad que tiene la caza.

La caza es más que un deporte, es una actividad necesaria para el mundo rural y que afecta también a las ciudades. Y es que son muchas las poblaciones que en los últimos años se están viendo, literalmente, invadidas por animales, como por ejemplo jabalíes, que cada vez de manera más habitual campan a sus anchas, y no sólo en carreteras, en las que provocan miles de accidentes cada año, o campos donde destruyen las cosechas, sino cada vez más en urbanizaciones y barrios del extrarradio de los municipios. No es casual que, en la mayoría de los casos, estos sucesos, donde auténticas hordas de jabalíes se introducen en viviendas y arrollan todo a su paso en las calles, se ubique en localidades gobernadas por la izquierda, donde la práctica de la caza encuentra más dificultades por parte de la administración local.

Pero es que este impacto, que ya de por sí es preocupante para los ciudadanos, que sufren en sus carnes la ausencia de una práctica deportiva tan necesaria como es la caza, también tiene un impacto en los bolsillos de los ciudadanos. ¿Cómo realizan el control de plagas estos Ayuntamientos? Los ingenios son muchos, porque cuando estas plagas acaban llegando a ser un problema manifiesto ante el que hacer algo, las inventivas pasan incluso por jaulas en las que duermen a los animales para ser trasladados y luego eutanasiados, todo ello a cuenta del heraldo público. Cabe decir que los cazadores realizan esta labor de manera gratuita, pues es su afición por la caza la que les mueve, llegando en algunos casos, cuando las plagas hacen que las piezas sean más numerosas, a donar la carne de estos animales a comedores, cerrando el círculo de su atribución en beneficio de la sociedad.

El Medio Ambiente es algo que indiscutiblemente requiere que no perdamos la atención y estemos pendiente de su cuidado. El pasado verano vivimos diferentes incendios de una gravedad extrema en la Comunidad Valenciana, por ejemplo, en la Sierra de la Calderona, junto a mi querido pueblo, Gátova. La acción de los cazadores es indispensable para que este tipo de sucesos se reduzcan en el futuro, ya que es un hecho que la mejor herramienta es la prevención, y son los cazadores, con su control de los espacios naturales y la vigilancia de estos, unos actores fundamentales para evitar que se den casos de acumulación de maleza, basura u otras situaciones que suponen un peligro en caso de incendio, incluso, porque no, en su labor de vigilancia voluntaria durante la práctica de su deporte, los primeros en localizar el incendio para dar el aviso que se actúe lo más pronto posible.

Y es que debemos añadir, que entre otras de las funciones de la caza está la de controlar las enfermedades en la fauna silvestre, como recientemente ocurrió con la sarna en las cabras montesas del interior de la provincia de Castellón o con la tuberculosis en los jabalíes, y es que la experiencia demuestra que gracias a la caza enfermedades como la sarna en cabras o la mixomatosis en conejos causan un efecto menor cuando las especies son objeto de caza, al poder detectar gracias a ello los brotes.

En definitiva, la caza es una actividad necesaria para la vida rural que repercute en toda la ciudadanía. Beneficia a la biodiversidad al servir para controlar las plagas y las enfermedades y con ello a las especies protegidas, así como al control de los daños ocasionados por las especies cinegéticas en la agricultura y en los accidentes de carretera, que de otra forma se extenderían de manera descontrolada. Son un actor indispensable que ha sido maltratado por un interés desconocido de unos sectores de la sociedad que, en mi opinión, no entienden de auténtico ecologismo y de verdadero animalismo. Desde aquí invito a todos aquellos que tanto atacan a la caza, a que sin prejuicios acudan a alguna asociación de cazadores a compartir las bondades de este deporte, a buen seguro se llevarán una sorpresa, y la sociedad se verá beneficiada, yo mismo cambié de opinión tras interesarme por ello.

Jesús Salmerón Berga es diputado no adscrito en Les Corts

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