VALÈNCIA. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, ya ha cogido del armario el uniforme de bombero forestal para enfrentarse a sus socios de Gobierno en la elaboración de los Presupuestos de la Generalitat de 2022. Su postura pública es la de hacer un cortafuegos allá donde algo comienza a prender, aunque las llamas se han avivado con bastante anticipación este año y puede que duren hasta finales de octubre, momento en el que han de presentarse las cuentas.
El dirigente del PSPV compareció este jueves junto al vicepresidente segundo del Consell, Héctor Illueca (Podem). Lo hizo tras una reunión mantenida en la sede de Hacienda para comenzar a debatir los presupuestos. Antes de esa cita tendría que haberse celebrado otra por separado con la vicepresidenta, Mónica Oltra (Compromís), pero ésta decidió anularla el miércoles por la que estaba viendo venir.
La también consellera de Igualdad había pedido reunirse con el responsable de Hacienda desde hacía tiempo. Este año, su intención era sentarse a hablar previamente después de lo ocurrido los anteriores. La reclamación que ha verbalizado en numerosas ocasiones es que la negociación de las cuentas fuera global y conjunta entre las tres patas que conforman el Botànic. Y quería ponerla encima de la mesa desde el principio.
"Hemos sufrido seis años consecutivos una negociación que es incompatible con un Gobierno de coalición porque el responsable de Hacienda habla con cada una de las consellerias los presupuestos y luego el Consell da el visto bueno. En 2020 reventó un sistema de elaboración de las cuentas y eso no puede ni va a volver a pasar. Con independencia de los plazos técnicos, no vamos a dar por cerrado el presupuesto si la negociación no es radial", explicaban a este periódico fuentes de Compromís a comienzos de semana.
Debatir cómo se podía configurar esa elaboración radial de las cuentas antes de que Soler comenzara a departir con cada uno de los departamentos tras recibir sus propuestas era, por lo tanto, su intención en la reunión con él. Después de varias semanas rehuyendo el asunto, finalmente se acordó la pasada que el encuentro tendría lugar este jueves. A lo que a última hora se sumó que fuera público.
Pero una sospecha salta. La previsión parecía ser que, en días posteriores a citarse con ella, el conseller de Hacienda iniciara la ronda con el resto de los titulares de consellerias como siempre. Lo que no daba respuesta a la exigencia.
En este contexto llegaba la comunicación oficial de la agenda en la tarde del miércoles. Soler se vería a las 10.00h del día siguiente con Oltra y a las 12.00h con Illueca. La incorporación de este último sin previo aviso, unido a que le iban a seguir el resto de consellers las siguientes jornadas, provocó malestar en vicepresidencia. Dos horas después, anulaba la convocatoria.
La manera de obrar generó desconcierto en la propia formación morada, que mantuvo la agenda del vicepresidente segundo intacta. De hecho, hay quien comenta en Compromís que tal vez hubiera sido mejor tratar de actuar conjuntamente con Podem para hacerles comprender la situación.
El resultado fue que Soler e Illueca se reunieron con normalidad y recondujeron la negociación política de los presupuestos ante la ausencia de Oltra, mostrando incluso cierta sintonía –al menos aparente–. Ambos optaron por no entrar a valorar ante los medios la decisión de la vicepresidenta del Consell ni cómo la recibieron pese a que resulta evidente que con sorpresa. El responsable de Hacienda, en tono apaciguador y como si no entendiera nada de lo sucedido ni pudiera comprender que él tuviera algo que ver, únicamente la conminó a volverse a encontrar lo antes posible –"es imprescindible", afirmó–. Sobre el plante no dio ninguna explicación y aseguró que lo único que le trasladaron oficialmente es que era por problemas de agenda.
"Tenía muy claro que ella era la persona con quien debía reunirme en primer lugar porque había que mantener la preeminencia política desde el punto de vista institucional. Las citas con los vicepresidentes pretendían hacer un bloque político antes de recibir las propuestas de las consellerias", señaló. Algo que él recibirá este viernes. Por el momento, no ha habido, según admitió, comunicación con Oltra desde que decidió anular la convocatoria.
En cuanto al encuentro con Illueca –que definió como "positivo" y "proactivo"–, detalló que ya hablaron de verse pronto en su toma de posesión de la semana pasada para abordar los presupuestos. Lo cual concretaron posteriormente.
El vicepresidente segundo, durante su intervención, dio importancia a "las formas". "Si un conseller me pide una reunión, mi obligación es hablar con él y por eso estoy aquí", indicó. Tras hacer hincapié en que no se ha sentido despreciado por Oltra, que no sabe lo que ha ocurrido y que no ha hablado con ella desde que anuló su reunión, llevó el discurso que posiblemente podría haber llevado la vicepresidenta. Así, relató que había trasladado a Soler la necesidad de que las tres patas del Botànic puedan opinar de la totalidad de las cuentas.
"El día que tomé posesión comuniqué a nuestros socios que siempre les diría la verdad sobre nuestra posición, y es lo que he hecho. Resulta fundamental que los presupuestos sean un debate general entre todos para discutir sobre política económica. He venido aquí a formar parte de un Gobierno de verdad, tenemos que dialogar sobre las grandes líneas, no hemos venido a hacer un regateo cada uno de lo nuestro", comentó. Una opinión que, remarcó, comparte la representante de Esquerra Unida en el Ejecutivo autonómico, Rosa Pérez.
La manera de llevarlo a cabo, añadió, se puede afrontar "con total flexibilidad". Mientras Compromís sí ha pedido la convocatoria de la comisión de seguimiento del Botànic como foro para discutirlo entre los tres partidos, Illueca admitió que desde Unides Podem no y se mostró abierto a cualquier fórmula, incidiendo en la discreción.
Soler recogió el guante, asumió públicamente esa exigencia de sus socios y llegó a comentar que si había convocado antes a los vicepresidentes era porque la reclamación había sido ya expresada en la prensa y quería "intentar hacer mejor los presupuestos de lo que lo estábamos haciendo ahora".
En su opinión, es compatible el calendario establecido en el Consell de trámite de las cuentas con el debate político a tres bandas, aunque animó a darse prisa: "Creo que no tiene por qué ser una negociación convulsa. Sólo quiero que la reunión con la vicepresidenta sea lo antes posible y que cojamos esto con inteligencia y diálogo". Si las directrices establecidas por Soler e Illueca ante la ausencia de Oltra la convencen quedará para próximos capítulos.