CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Torreblanca ha dado luz verde a la reconstrucción del edificio del complejo Prados II, que tuvo que ser derribado hace ya nueve años por graves deficiencias estructurales. Ha sido la Junta de Gobierno la que, tras recibir los informes favorables de los técnicos municipales, la que ha aprobado la licencia para que se puedan volver a levantar las 24 viviendas que tuvieron que ser eliminadas por riesgo grave de derrumbe.
Este ha sido el paso definitivo después de que el Consistorio llevase varios años tratando de aprobar todos los trámites para abrir la puerta a la construcción de este complejo residencial Prados II tras ser derribado en 2014 por “graves patologías estructurales”, según reflejaron en sus informes los servicios municipales. Gracias a esto, las personas afectadas podrán volver a levantar las viviendas que tuvieron que ser derribadas en 2014.
Tania Agut, alcaldesa de Torreblanca, ha celebrado que “el equipo de Gobierno y los técnicos municipales hemos puesto todo nuestro empeño para desbloquear una situación que perjudicaba a los 24 propietarios de estas viviendas. Así, hemos conseguido aprobar la licencia apenas cuatro meses después de entrar en el Ayuntamiento para que estas familias puedan volver a levantar sus viviendas de una forma segura y con todas las garantías técnicas”.
Hay que tener en cuenta que el proceso para alcanzar este acuerdo urbanístico ha sido complicado porque la burocracia ha sido farragosa al tratarse de un proyecto que los técnicos querían aprobar con todas las garantías de seguridad y ahora ha sido validado ahora tras seis años de una tramitación complicada. La licencia validada ahora bajo la supervisión de la concejala de Urbanismo, Rosana Villanueva, permite completar dos manzanas residenciales con siete y nueve alturas respectivamente en un terreno de casi 5.000 metros cuadrados situado en primera línea de playa, en el extremo sur de Torrenostra.
En esta licencia de obras también se contempla una calle peatonal que discurrirá entre las dos manzanas en que se divide Prados II, así como una zona de uso terciario y otra de uso dotacional. También habrá otra zona de uso dotacional deportiva privada, con el objetivo de que se pueda construir la piscina comunitaria que también fue demolida en 2014.
El otro edificio de Prados II no tuvo que ser derribado ya que no sufrió los mismos problemas del edificio que sí que tuvo que ser demolido tras constatar los técnicos que se hundía por problemas en su cimentación, poniendo en riesgo la seguridad no solo de los propietarios, sino de todo el entorno.