tribuna libre / OPINIÓN

'Totum revolutum' (parte I)

Continuar con las políticas erróneas de la anterior administración municipal será un gran error, no mejorará la eficiencia del presupuesto municipal.

17/11/2023 - 

Probablemente, el contenido de este artículo no sea del agrado de algunos políticos oportunistas ni de una parte del llamado “ecosistema startups” por lo que recurriendo a la libertad de expresión y atendiendo a la evidencia de los datos, experiencia en el campo y abundancia de literatura al respecto voy a procurar desgranar y aclarar el porqué de este título.

El caso es que estaba yo entretenido recabando documentación para un trabajo sobre los vientos contrarios a la economía China y sobre la gigafactoría de Sagunto cuando empiezo a recibir información sobre una buena cantidad de eventos próximos a celebrarse en Valencia relacionados con retos sociales y ambientales, de inversión, de igualdad y otros asuntos de interés y actualidad por lo que me congratulo de la actividad de nuestra ciudad y sus agentes sociales; al mismo tiempo leo con interés algunas entrevistas realizadas por ValenciaPlaza a los responsables de la organización de los eventos y es aquí cuando algo me empieza a chirriar.  

Parece ser que con el fin de atraer público inversor, todas las expresiones llamativas y en boga (impacto social, inclusión, diversidad, emprendimiento, ideas, inversión, tecnología, innovación, alianzas, sostenibilidad, digitalización, colaboración público-privada) se usan indiscriminadamente, totum revolutum, sin atender a que pertenecen a disciplinas diferentes y además se tiende, y es muy común, a confundir innovación con digitalización, nuevas tecnologías, sostenibilidad, cambio climático, investigación tecnológica…etc.( en un anterior artículo dedicaba algunos argumentos a esta cuestión). En cualquier caso no es mi intención cuestionar los motivos por los que se hace esto, sobre todo porque se trata de actuaciones de organizaciones del ámbito privado, con o sin ánimo de lucro, y son muy libres de utilizar cuantos incentivos estén a su alcance para atraer inversión a sus proyectos, bien startups o bien fondos de inversión, destinados como bien dice una organizadora a “movilizar capital hacia el emprendimiento de impacto”.

Cuando digo que me empieza a chirriar algo es en el momento que certifico que el evento cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Valencia, a través de Las Naves, y de la Generalitat Valenciana, a través de la Consellería de Innovación. Parece ser que también cuenta con financiación de la Unión Europea-Next Generation y el apoyo del Ministerio de Industria y otros. Aquí se produce un primer hecho en el que estoy en desacuerdo, ya que existe una duplicidad de financiación, Ayuntamiento y Generalitat para un mismo evento. Pero lo que cuestiono rotundamente es el por qué de la presencia financiadora del Ayuntamiento en unos eventos privados con objetivos privados.

Me explico. Por su propia definición, una startup es una empresa de nueva creación con un modelo de negocio rápidamente escalable que utiliza las nuevas tecnologías para posibilitar un alto crecimiento y por tanto beneficios exponenciales. Algunas de ellas están enfocadas a la economía de impacto y pueden llegar a obtener rendimientos que mejoran parcelas como energía, movilidad o medioambientales, etc. Generalmente están financiadas por el capital riesgo o “venture capital” y sus posibilidades de éxito no son muy altas, quizá por el enfoque equivocado de sus proyectos. En cualquier caso, se desenvuelven dentro del ámbito privado y sus beneficios cuando tienen éxito recaen en el sector privado, también sus pérdidas, por lo que no me explico la presencia financiadora del Ayuntamiento de Valencia. 

La cuestión es que el Ayuntamiento, con su presencia en apoyo de estos eventos, puede inducir a los posibles inversores a creer que la Corporación Municipal apoya y, digamos, avala éticamente a estos proyectos, fondos y entidades para los que se solicita movilizar capital y esto sería un grave error. Primero porque la pretendida sostenibilidad e impacto social de los mismos no está demostrada. Con decir que voy a realizar un proyecto X  no estoy garantizando la sostenibilidad del mismo, ni su impacto social. Esto se garantiza con un detalle de la materialidad y contexto del mismo y aportando informes basados en los estándares internacionales, lo que supone un gran paso adelante para ofrecer a los inversores la información estandarizada y comparable que necesitan para juzgar el desempeño en materia de sostenibilidad de los proyectos, startups y fondos en los que invierten. Por ejemplo, la taxonomía de la UE presenta una definición común de sostenibilidad y métricas para evaluar la alineación de los proyectos con la regulación, la estructura crediticia y la transparencia del discurso de sostenibilidad.

En segundo lugar porque, bien directa o indirectamente, sin profundizar excesivamente, podría incurrir el Ayuntamiento en “lavado verde” y en “lavado social”, ya que revisando una muestra de incidentes de riesgo relacionados con cuestiones sociales y comunicación engañosa, para comprender mejor cómo toman forma los riesgos, vemos que las empresas emplean muchas de las mismas tácticas en el lavado social que en el lavado verde, como la divulgación selectiva o la gestión simbólica. La intención es la misma: lograr una ventaja competitiva proyectando una imagen de sostenibilidad. A menudo participan las mismas empresas que buscan sacar provecho de esta percepción. Al observar los casos en los que los incidentes están relacionados en innumerables ocasiones nos encontramos con grupos de interés que aglutinan en un mismo grupo empresarial servicios de startups-emprendimiento, smart city-ciudades inteligentes, educación y talento, inversiones y consultoría-auditoría a través de un conglomerado de sociedades interpuestas que tienen la misma titularidad accionarial. Grupos empresariales que abarcan todo el recorrido, 360 grados, del ecosistema innovación-startups, y esto aunque es posible no es ético, por lo que es obligación del Ayuntamiento de Valencia ser muy cuidadoso con estos detalles en su búsqueda de obtener un retorno social de todas sus inversiones (SROI). 

Pensemos que este tipo de actuaciones es como si el propio desarrollador del proyecto contrata al auditor del proyecto, que es de su mismo grupo empresarial obteniendo un sólido proceso de certificación con el objetivo de incrementar el incentivo y así obtener crédito e inversores de forma más fluida. Realizando unas pruebas de olfato sobre los incentivos podríamos encontrar errores graves, lo que podría asemejarse a fraude elaborado, por lo que es indispensable que todas y cada una de las partes interesadas en el proceso sean conducidas por elementos ajenos y no por las partes financieramente interesadas.

Lo mismo vale para la Generalitat Valenciana y su participación en el apoyo e inversiones en este tipo de eventos, aunque su campo de actuación sería más amplio que el operado por el Ayuntamiento ya que cada uno tiene una razón social y presupuestos diferentes. Ayuntamiento y Comunidad deben abordar desafíos compartidos a largo plazo para ofrecer suficiente certeza sobre la generación de políticas para atraer a los inversores, si, pero evitando duplicidades y asegurando la pureza ética de sus patrocinios…

En una entrevista muy clarificadora a la concejal del ramo del Ayuntamiento de Valencia, Turismo, Innovación y Emprendimiento, realizada por ValenciaPlaza, se desgranan parte de las intenciones del Ayuntamiento de Valencia con respecto a innovación y emprendimiento y de la que se infiere que la gran mayoría de actuaciones, (salvo los cambios a los que hace referencia en cuanto a estructura y aprovechamiento de sinergias de los diferentes organismos y agencias implicadas), es que en lo nuclear todo va a seguir igual que cuando lo gestionaba el alcalde comunista Ribó. No va a haber ninguna eliminación de agencias ineficaces y sospechosas de partidismo y parece que se va a incrementar la aportación del Ayuntamiento a proyectos privados de discutible retorno social (SROI).

En mi opinión, la relevancia y funcionalidad de la concejalía de innovación reside en

  • Facilitar el terreno a la acción innovadora allanándolo de regulación estéril, procesos burocráticos complicados y prestando, en caso necesario, cobijo y estructura a los innovadores privados en sus dependencias (Las Naves, etc.) a cambio de mínimas rentas.
  • Limitar su rango de acción exclusivamente a la dimensión que afecte únicamente a la innovación de procesos, personas, etc. del propio Ayuntamiento, con el objetivo de mejorar su funcionamiento y servicios a los ciudadanos, actualmente muy mejorables.
  • Participación en smart-city, ciudades inteligentes, civitech.
  • Colaboración público-privada, entendida como el intercambio de datos públicos con el sector privado y viceversa para incrementar el valor de la ciudad siguiendo el concepto de laboratorios aceleradores de decisiones, que ofrezcan una plataforma innovadora e interdisciplinaria para facilitar el desarrollo de soluciones específicas y basadas en evidencia a problemas públicos. Es decir, si bien ahora se reconoce ampliamente la importancia de la inteligencia de datos para los formuladores de políticas, persisten múltiples desafíos para poner en práctica esa visión, es decir, pasar de la inteligencia de datos a la inteligencia de decisiones.  

Continuar con las políticas erróneas de la anterior administración municipal será un gran error, no mejorará la eficiencia del presupuesto municipal y, desde luego, no hará posible una reelección dentro de cuatro años.

No tiene sentido defender y consumir presupuesto municipal en intentar hacer de Valencia un centro mundial en innovación y emprendimiento. Eso corresponde a la Generalitat; intentar vender que se quiere posicionar a Valencia en la esfera mundial de la innovación me parece algo ostentoso y pedante. En cualquier caso, de realizar acciones en ese sentido, debería hacerse con el presupuesto de Turismo y no consumir capital valioso del área de Innovación que debería cubrir las necesidades y objetivos arriba mencionados.

Lo contrario sería hacer continuismo de políticos y sus políticas precedentes, recuérdese porqué se les ha votado, y proteger los chiringuitos creados en la anterior administración municipal comunista con objetivos menos sociales y más partidistas y de amiguismo. Se debe desmantelar el entramado de agencias y oficinas creadas por Compromís con objetivos discutibles, sobre todo en el último tramo de su anterior mandato y decir adiós a los subastadores de eventos. Valencia ya tiene un prestigio nacional e internacional indiscutibles (pese a movimientos en contra de la anterior corporación (Copa América a Barcelona, etc.) y no necesita arrastrarse detrás de ciertos eventos con discutible retorno social para la Ciudad. 

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Romero es especialista en estrategia de impacto y sostenibilidad y divulgador.

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