CASTELLÓ. El Col·legi Oficial de Treball Social de Castelló se une a la celebración, este 28 de junio, del Día Internacional del Orgullo LGTBI+. Una jornada para remarcar los avances que están permitiendo conquistar derechos y lograr la igualdad real y efectiva del colectivo LGTBI+ en todos los ámbitos de la sociedad, pero también para poner el foco en los retos pendientes, como la necesidad de lograr una visibilización igualitaria entre territorios y de erradicar la LGTBIfobia.
Entre los avances figura la aprobación de la Ley Trans y LGTBI+, que plasma un hito “tras años de lucha incansable del colectivo trans y LGTBI para conseguir una igualdad en derechos a las personas cis-heterosexuales”, señalan profesionales del Trabajo Social de Orienta, la oficina integral LGTBI de la Generalitat Valenciana, que cuenta una delegación en Castelló.
A su juicio, muchos de esos derechos conquistados se plasman en la nueva ley, “entre ellos, la despatologización de las personas trans al eliminar, por un lado, la obligatoriedad de tener un diagnóstico (disforia de género, clasificado en el DSM) y por otro, el sometimiento a un tratamiento hormonal, ambos requisitos anteriores a la presente ley para acceder al cambio registral”.
Esto se traduce, indican, en que muchas personas no se vean sometidas a un proceso de hormonación, ni tengan que arrastrar un diagnóstico clínico para poder acceder a la modificación registral. “El sistema nos pretende iguales bajo el paraguas de los estereotipos normativos sexo/género. La ley abre una grieta en el encasillamiento del binomio hombre mujer y la estereotipación, tan perjudicial, asociada. Permite acercarnos como sociedad a una consideración del ser humano más plural, diversa, profunda y real”, sostienen.
También apuntan como avances que motiva la ley en los derechos para el colectivo LGTBIAQ+, focalizado fundamentalmente en las maternidades de las mujeres lesbianas y personas gestantes, el hecho de permitir la filiación no matrimonial. “Hasta ahora, solo se preveía la filiación en caso de existencia de matrimonio a diferencia de las parejas de heterosexuales”.
Este año, el Día del Orgullo lleva por lema ‘Abrazando la diversidad familiar: iguales en derechos’. Así, desde este equipo de profesionales señalan que la intervención que, desde el Trabajo Social, se hace con las familias “se centra en atender las necesidades de todo el núcleo familiar”. “En Orienta, la demanda principal está relacionada con la necesidad de acompañamiento y orientación en el proceso de aceptación de la orientación y de la identidad. Son numerosas las ocasiones en las que vemos barreras o dificultades en los progenitores para aceptar las decisiones de sus hijas, hijos e hijes en el desarrollo de su identidad y orientación”.
“Desde el Trabajo Social se realiza un acompañamiento familiar, a la vez que se interviene con el menor ofreciendo herramientas de comunicación más efectivas y resolución de dudas en materias de diversidad”, indican.
Sobre los retos pendientes, apuntan al de conseguir equilibrar ese “avance desigual” que se ha dado en la visibilización de la realidad del colectivo en función del territorio y que se sigue resistiendo en núcleos de población pequeños, motivando así el “sexilio” de las personas LGTBI, es decir, su migración a ciudades más cosmopolitas “para dejar de ser la diferencia, la otredad”, sostienen desde Orienta.
También muestran con preocupación la violencia y la discriminación que se sigue ejerciendo contra el colectivo. “Por desgracia, todavía nos vemos obligadas a recordar que la igualdad y la no discriminación es un principio jurídico universal”. “En el colectivo LGTBI nos encontramos en un periodo de avance legislativo, pero debido al esfuerzo de visibilización continua, de alzar la voz y no auto-silenciarnos, también somos objeto de violencias por parte de aquellos que fomentan el odio y todavía se creen que por el simple hecho de encontrarse encasillado en la categoría cis-hetero blanco, merece más derechos y privilegios”.
En este sentido, recuerdan que la “LGTBIfobia sigue latente en el día a día; recibimos a muchas personas que, por no cumplir con los estereotipos de género, son víctimas de violencia en la calle o se encuentran con otro tipo de barreras como dificultades en el acceso al empleo en las entrevistas de trabajo o prejuicios en la atención sociosanitaria o en el centro educativo”, afirman desde este equipo de profesionales del Trabajo Social.
“Es importante dar las herramientas para que las personas sean capaces de reconocer cuándo sufren un acto de discriminación por ser parte del colectivo, pues una de las consecuencias de la LGTBIfobia interiorizada es asumir que eres responsable o culpable de incomodar a la sociedad y por tanto, ser diana de violencias”, concluyen.