CASTELLÓ. Tres empresas optan a explotar el quiosco de la plaza del Real, que permanece clausurado desde hace más de un año, cuando el primer estado de alarma obligó en marzo de 2020 a cerrar todos los negocios no esenciales. La Mesa de Contratación analiza en la actualidad las propuestas después de que el pasado 8 de abril se cerrara el plazo de presentación de ofertas. El interés mostrado por reanudar la actividad del emblemático templete permite al Ayuntamiento de Castelló ser moderadamente optimista, ya que existía un riesgo de que el concurso quedara desierto.
El contrato de aprovechamiento que el consistorio impulsó en febrero tiene una duración de cinco años. El canon anual asciende 7.256,90 euros, aunque los licitantes pueden mejorarlo al alza. De hecho, ante la existencia de varios concurrentes, se valorará la tasa más elevada en el proceso de baremación de las plicas. Otro aspecto importante a considerar obedecerá a la experiencia en la gestión de establecimientos de hostelería.
Debido a la discontinuidad con la explotación del quiosco, las cláusulas administrativas y técnicas del expediente presentan mejoras respecto a convocatorias precedentes. Del mismo modo, se ajustan más a la realidad del mercado, condicionado por las circunstancias derivadas de la covid-19. Precisamente la irrupción de la pandemia fue lo que precipitó que la anterior adjudicataria, Restaurante Mar Azul SL, renunciara en junio al año que le quedaba de vinculación. La solitud formal para pedir la rescisión del contrato se fundamentó en la falta de ingresos, sin poder hacer frente los gastos ordinarios.
El templete de la plaza del Real, con un valor de construcción de 61.645,65 euros, ocupa una superficie construida de 51 metros cuadrados. Además de la barra circular en el interior, dispone de 12 mesas y 48 sillas en el exterior. La instalación posee aseos públicos, que se construyeron en la primera legislatura de la alianza de izquierdas, cuando el equipo de gobierno, entonces denominado Pacte del Grau, readaptó los pliegos ante las dificultades para prolongar en el tiempo la prestación del servicio. Asimismo, se acometieron otras mejoras. En concreto, la adecuación de un escalón de ocho centímetros para hacer el local accesible.
No es la primera vez que el Ayuntamiento se ve obligado a revisar las estipulaciones contractuales para relanzar la explotación. En diferentes etapas desde que se abrió el quiosco, las concesionarias terminaron por solicitar la cancelación prematura del contrato como consecuencia de la escasa rentabilidad del establecimiento.
Si bien es cierto que se trata de un punto céntrico de la ciudad, adyacente a la Puerta del Sol, la realidad es que el tránsito de viandantes resulta menor en relación a otras zonas. Al no ser un área tan comercial como, por ejemplo, la calle Enmedio, la presencia de transeúntes tiene un carácter más efímero pese a los esfuerzos de los minoristas por captar clientes. En este sentido, consideran fundamental que el templete recupere su actividad.