Recuerdo perfectamente la primera vez que se me planteó la idea de la economía circular. La profesora Conny Bakker estaba de pie frente a la que era la sala de conferencias más pequeña de la facultad de Ingeniería de Diseño Industrial de la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos). "El despilfarro es diseño que resulta fallido", nos dijo. Este fue el primer curso de la facultad (y probablemente de la universidad) sobre diseño circular de productos, ofrecido solo como una breve asignatura optativa a unos pocos estudiantes de grado. La economía circular parecía ser exactamente la idea que ansiaba: daba a las empresas y al diseño un papel protagonista en la historia sobre un futuro más próspero y resiliente.
La economía circular ha resultado ser una inspiración no solo para mí, sino para muchas empresas que están estudiando el cambio de su modelo de negocio, así como para organizaciones multilaterales como, por ejemplo, la Comisión Europea, que trabaja en el Green Deal o Pacto Verde. La idea central es el concepto de diseñar para eliminar los residuos, restaurar y regenerar el capital natural y prolongar la vida útil de los productos. Promete desvincular el crecimiento económico de las limitaciones de recursos. Casi todo ello se pondrá en marcha, según parece, a través de la revolución digital. Es una aspiración audaz.
A lo largo de los años, algunas empresas y grupos de consultoría retomaron la idea de la economía circular en su versión moderna y comenzaron a desarrollar herramientas y métodos. Como se ilustra a continuación en la tabla trazada en gris, estos intentos suelen acabar en forma de listas. Al leer los cinco modelos de negocio propuestos, la idea de una economía circular suena convencional, en la línea de "mantengamos la economía mayoritariamente como está, pero reformulemos la pregunta: ¿cómo producimos?".
La consultora mundial Accenture y el Banco ING han identificado cinco "nuevos" modelos de negocio que están generando productividad de los recursos: 2. Recuperación de recursos: permite a una empresa eliminar fugas de materiales y maximizar el valor económico de los flujos de retorno de los productos. 3. Extensión de la vida útil de los productos: permite a las empresas ampliar el ciclo de vida de productos y activos, de modo que el valor que de otra manera se perdería por el desperdicio de materiales, se mantiene o incluso se mejora mediante la reparación, la actualización o la refabricación/reacondicionamiento de los productos. 4. Plataformas de intercambio: para promover una plataforma de colaboración entre los usuarios de los productos, ya sean individuos u organizaciones. 5. El producto como servicio: ofrece una alternativa al modelo tradicional de compra y propiedad con productos que son utilizados por uno o varios clientes mediante un acuerdo de arrendamiento o pago por uso. |
Salta a la vista que en el proceso de maduración, algunas lecciones clave de los pensadores originales pueden haberse desvanecido en el debate público en curso. La mayoría de los que sentaron las bases de la economía circular, como Braungart y McDonough (Cradle to Cradle), Janine Benyus (Biomimicry) y Gunter Pauli (Blue Economy) afirman que en el centro de una economía circular se encuentra un cambio hacia el uso de los conocimientos de la ciencia contemporánea, especialmente los sistemas ricos en retroalimentación y los sistemas vivos en particular.
Una visión sistémica toma la caja de herramientas mundana y la sustituye por una perspectiva, o una lente a través de la cual ver las posibilidades de una economía circular más auténtica. Parece que la mayoría de las lecciones que se perdieron a lo largo de los años, requieren una visión del mundo que abarque una mayor complejidad que la visión lineal y mecanicista. Por lo tanto, para garantizar que el debate se aleje de una mera lista o caja de herramientas, acercándose a la idea más holística de una economía circular, es fundamental volver a abordar y hacer hincapié en algunas de las ideas sobre la economía circular que se han ido olvidando a lo largo de los años.
Lección una: Eficacia antes que eficiencia
Los primeros trabajos de Braungart y McDonough hacen hincapié en la diferencia entre eficacia y eficiencia. Utilizando la caracterización de Peter Drucker sobre la diferencia entre "hacer lo que está bien" y "hacer las cosas bien", solían explicar el concepto de eficacia mediante la metáfora de un cerezo: cada año, cuando un cerezo florece crea abundancia, todo ello para obtener si acaso ¿sólo un árbol de repuesto?
"La eficiencia tiene un papel a desempeñar en una economía circular, pero debe haber una interacción con la resiliencia".
Quizá pueda parecer ineficiente y derrochador que el suelo esté cubierto de flores de cerezo, pero tal abundancia ha evolucionado a lo largo de muchos siglos para servir a ricos y variados propósitos. En otras palabras, lo que parece un desecho es en realidad alimento para el sistema. Es eficaz. Por el contrario, la mayoría de estos modelos de negocio nuevos o revitalizados descritos por Accenture e ING (véase el recuadro) consisten en utilizar menos material o aumentar el aprovechamiento, en lugar de repensar cómo se crea valor en un sistema. Estas ideas evolucionan más bien en torno a la eficiencia. ¿Es eso un problema?
La eficiencia tiene un papel a desempeñar en una economía circular, pero debe haber una interacción con la resiliencia para, en definitiva, conducir a que un sistema sea eficaz. Para ilustrarlo, podemos fijarnos en el micelio. El micelio forma parte de la parte vegetativa de un hongo y presenta dos características diferentes (1) estructura y flujo (2) intercambio y resiliencia.
En las puntas del micelio es donde se produce el intercambio de nutrientes. Las abundantes puntas micelares alcanzan todos los nutrientes del suelo y a diferentes niveles. Una vez realizado el intercambio, es importante que los nutrientes lleguen al lugar correcto del sistema. Aquí es donde entran en juego las características de estructura y flujo, las estructuras más grandes en forma de hilo ayudan a transportar los nutrientes al lugar donde tienen que estar: eficiencia.
Como en el micelio, la combinación de eficiencia y resiliencia hace que el sistema funcione eficazmente. Esta es una característica casi universal en los sistemas vivos. Si hay demasiadas conexiones pequeñas y nichos, resulta difícil transportar los nutrientes a diferentes partes rápidamente. Si sólo hay hilos de micelio más grandes, esto se convierte en un problema cuando no hay suficientes nutrientes disponibles en el lugar donde el hilo llega al suelo. La eficiencia por sí sola conduce a la fragilidad.
Imagina un árbol con una hoja grande. Esto podría ser eficiente, especialmente si la superficie de la hoja grande puede ser la misma que la de un árbol normal. Pero cómo puede un árbol de este tipo hacer frente a choques, por ejemplo, a daños localizados tras una tormenta: el riesgo de fallo catastrófico es alto, ya que no hay redundancia.
Lección dos: Respetar la diversidad
Una economía circular que se centre únicamente en la eficiencia de la oferta va a ser frágil y monótona. La diversidad aporta creatividad, además de contribuir a la resiliencia o a la solidez de un sistema: puede referirse a la diversidad de escala de las empresas, a la biodiversidad o a la diversidad cultural, por ejemplo. La razón por la cual la diversidad en una economía circular necesita desempeñar un papel más prominente que el que tiene actualmente es porque la retroalimentación representa un mayor papel en el sistema.
"Una economía circular que se centre únicamente en la eficiencia de la oferta va a ser frágil y monótona".
Un sistema eficaz tiene una mayor cantidad de nodos y conexiones que se influyen y se comunican entre sí. En su conjunto, esta información puede ayudar al sistema a reaccionar a las oportunidades de cambio o, como hemos visto antes, a permitir una recuperación del choque: ser resiliente. Llamemos a esto función de memoria.
Lección tres: Alimentar el bosque para alimentar los árboles
Un concepto clave del pionero de la economía circular, Walter Stahel, es que la economía circular es un concepto de mantenimiento de existencias. Se trata de mantener y aumentar las reservas de capital disponible, ya sea el capital manufacturado, el capital social, las infraestructuras o el capital natural, es decir, la capacidad de la tierra, el mar y los bosques de producir un flujo de bienes y servicios a lo largo del tiempo. Una economía lineal es extractiva y no circulatoria y, por tanto, degenerativa de los capitales.
"La frase alimentar el bosque para alimentar los árboles condensa la idea, ya que esto alimenta el suelo y toda su vasta actividad, de la que depende todo lo que podríamos describir como un bosque".
Este sencillo, pero profundo concepto se suele pasar por alto incluso cuando la mentalidad dominante sigue siendo la de hacer menos daño. ¿Puede considerarse que una economía es circular cuando no hay ninguna actividad que reconstruya o aumente los capitales? La frase alimentar el bosque para alimentar los árboles condensa la idea, ya que esto alimenta el suelo y toda su vasta actividad, de la que depende todo lo que podríamos describir como un bosque.
Entonces, para empezar ¿por qué se olvidaron estas lecciones? La mayoría de las ideas en torno a la economía circular que se adoptaron, se alineaban satisfactoriamente con una visión mecanicista del mundo. Esta visión del mundo tiene su origen en la revolución industrial, el auge de las máquinas y la tecnología digital. Asumía que los humanos tienen el control del resultado de la máquina y la subsiguiente desconexión con el mundo natural dejó tras ella importantes lecciones.
El cambio de productos a servicios, el uso de recursos energéticos renovables en lugar de combustibles fósiles y la prolongación de los ciclos de vida de los productos no requiere que uno mire el mundo que le rodea de forma diferente. Estas cerezas de la economía circular ya se están recolectando. Para hacer justicia a la más amplia idea de una economía circular, es importante cambiar la lente a través de la cual vemos el mundo y aprender todas las lecciones olvidadas". Después de todo, 3.800 millones de años de evolución tienen mucho que enseñar como nos recuerda el arquitecto Richard Buckminster Fuller: "No intento copiar la naturaleza. Estoy tratando de averiguar los principios que utiliza".
Publicado en 'The Mint Magazine', bajo el título original de 'Three forgotten lessons about the circular'
La autora es miembro del Instituto para el Liderazgo Sostenible de la Universidad de Cambridge -CISL-. En CISL es directora del curso de posgrado sobre Negocio Sostenible. Además ha formado parte del equipo de Diseño Circular de la Fundación Ellen MacArthur. Emma H. E. Fromberg será ponente en el cuarto webinar de la Smart Business: innovación y valores, organizado por la Cámara de Comercio de Castellón, con el patrocinio premium de Caixabank