CASTELLÓ. UBE Corporation Europe, la filial de la química japonesa UBE ubicada en el polígono de El Serrallo, ha vuelto a tener beneficios tras un año, el de 2022, marcado por pérdidas de hasta 11 millones de euros por la crisis energética, la inflación y la contracción de la demanda. A cierre del ejercicio fiscal de 2023 (abril 2023 - marzo 2024), la compañía alcanzó un beneficio consolidado después de impuestos de 3,8 millones de euros como resultado de la mejora de la demanda, la estabilización de los precios de la energía y materias primas, pero también por la mejora de la operativa y la productividad de la planta. Pese a todo, los resultados se han quedado "lejos" de las expectativas iniciales.
José Ignacio Iglesias, presidente de la filial, ha presentado este lunes los principales datos de los resultados del último ejercicio. "Hemos tenido una mejoría con respecto a 2022, que cerramos en números rojos, pero aún así está un poco lejos de nuestras expectativas", ha indicado. Iglesias ha destacado que el resultado positivo se ha obtenido a pesar de que la facturación ha bajado -467 millones frente a 620 del ejercicio anterior. "La gran diferencia es que veníamos de un año muy inflacionista, con alto coste de la energía y de materias primas y en 2023 esto ha cambiado, ha bajado toda la cadena de valor y por eso hemos facturado menos", ha apuntado.
El presidente de UBE Corporation Europe ha explicado que la recuperación de los beneficios se ha debido fundamentalmente, además de por la mayor demanda, a la mejora de operatividad. "Hemos conseguido poder operar a una más alta capacidad, lo cual nos ha hecho ser más eficientes y obtener números positivos", ha destacado.
Pese a todo, las expectativas iniciales no se han cumplido. La compañía química esperaba contar con un resultado positivo mayor porque, en un principio, confiaban en que la recuperación de la demanda iba a ser mayor y esto no se ha notado hasta la segunda mitad del año fiscal.
En este sentido, Iglesias ha explicado que la primera mitad del ejercicio ha sido "bastante dura" por la competencia de los productos chinos, más baratos y competitivos, que monopolizaron el mercado europeo. Una situación que se plasmó en pérdidas en esta primera mitad del año. Según ha explicado Iglesias, ha sido a partir de la segunda mitad cuando el producto chino perdió competitividad y la demanda aumentó para UBE. Una mejoría que desde la compañía han calificado de insuficiente. "La demanda no creció como pensábamos y en esta segunda mitad no pudimos revertir el efecto de la primera", ha afirmado. Para Iglesias, se trata de un resultado positivo en general, pero con una rentabilidad que se ha situado por debajo de lo esperado.
Desde la compañía han explicado que, a pesar de la facturación provocada por la reducción de los precios de las materias primas y la energía en los mercados internacionales, las ventas físicas de la empresa han crecido significativamente respecto al año anterior. "Una coyuntura que ha permitido a UBE fortalecer su competitividad, especialmente frente a la competencia asiática", han señalado.
En cuanto a las previsiones para este 2024, el presidente de la filial japonesa ha avanzado que se espera una mejora con respecto a los resultados presentados este lunes, pero ha apuntado que aún estarán lejos de años anteriores. Cabe recordar que UBE obtuvo beneficios de 34 millones en 2021 y de 14,5 en 2020.
Por otro lado, la compañía ha destinado 15 millones de euros a inversiones en sus dos fábricas de Castellón, en línea con el plan estratégico de inversiones para el periodo 2022-2024 (fijado en 60 millones). Iglesias ha explicado que las inversiones han ido destinadas principalmente a la mejora de la eficiencia energética y la sostenibilidad. Así, han apuntado que se ha logrado reducir en un 36% las emisiones con respecto a 2010.
Preguntado por los nuevos proyectos impulsados por otras compañías en el Puerto de Castelló en materia de energías verdes, Iglesias ha señalado que siguen "con interés" el anunciado por la compañía Ignis para implantar una planta de procesamiento de amoniaco verde. "Es interesante tener un fabricante cerca y dejar de traer amoniaco", ha afirmado.
Por último, la compañía ha destacado que el empleo se ha mantenido estable, con un total de 621 personas, cuatro más que el ejercicio anterior. De ellas, 568 desarrollan su labor en los dos centros de producción de la provincia de Castellón. Un 24% de la plantilla son mujeres y más del 99% son contratos indefinidos. UBE cifra en 230 personas el empleo indirecto generado por la empresa.