CASTELLÓ. La campaña citrícola valenciana en marcha avanza marcada por una dualidad poco habitual: las dos ramas mayoritarias, las naranjas y las mandarinas, viven una realidad totalmente diferente. Así ha sido desde el inicio de la temporada, y se mantiene cuando esta ya ha llegado a su ecuador.
Tanto es así que una variedad de naranja de una gran calidad y tradicionalmente muy bien aceptada por los lineales de los supermercados, la navel lane late, que recientemente arrancó la recolección con unas cotizaciones más que modestas, viene registrando incluso caídas de precios. Así lo recoge la Lonja de Cítricos de Valencia, que además señala que registra pocas compras en el campo en las cuatro semanas en que ha dado información sobre ella.
Con ello se confirman los peores augurios del sector, que ya había alertado del peligro de que las navel (y la lane late es la más apreciada) se acabasen contagiando de los precios de escándalo de las navelinas. La horquilla de cotizaciones que esta semana recoge la Lonja para aquellas se mueve entre los 0,14 y los 0,235 euros el kilo. Solo estos últimos servirían para que los agricultores cubriesen los costes de producción.
Todo esto contrasta a las claras con la campaña de los pequeños cítricos. Marcados por una falta de tonelaje palpable, las clementinas de media temporada, con la clemenules a la cabeza, han tenido una buena salida comercial durante todo el proceso de recolección... y por extensión unos precios aceptables. Eso sí, habrá que ver si estos contrarrestan la caída productiva, que reducirá los ingresos de los productores. Prueba de la demanda y de la falta de oferta es que, en su último boletín, fechado este lunes, la Lonja informa de que ya no hay operaciones de clemenules y orogrande, cuando el año pasado todavía se registraban algunas.
Y ahora llega el turno de las variedades híbridas de mandarina, muchas reguladas por comités (o clubes) y con altos royalties para su cultivo. Son estas, como la nadorcott, la tango o la orri, las que registran, año tras año, las cotizaciones más elevadas entre la amplia variedad de la citricultura valenciana.
Precisamente, orri registra este año un precio que a estas alturas no había alcanzado nunca. Un kilo de este híbrido se paga, en campo, a entre 1,1 y 1,3 euros. Con ello, su precio mínimo multiplica casi por 8 el más bajo de la lane late. Las otras variedades protegidas no alcanzan ahora mismo las cotizaciones del año pasado, pero no se abonan mal: entre 0,55 y 0,75 €/Kg tanto en el caso de la nadorcott como el de la tango.