CASTELLÓ. La diputada por Castelló en el Congreso de Unidas Podemos, Marisa Saavedra, celebra que "la llamada cruz de los caídos esté fuera del espacio público, en cumplimiento de la ley de memoria Democrática. La persistencia del monumento franquista al parque Ribalta constituía una ofensa a las víctimas de una dictadura sanguinaria, y a los valores democráticos que tienen que orientar nuestra sociedad". "Desde Unidas Podemos continuaremos trabajando, con el resto de fuerzas políticas progresistas, por la profundización democrática, el reconocimiento a las víctimas del franquismo y la memoria democrática de este país", indica.
La parlamentaria de la formación de izquierdas afirma que "frente a los intentos de intoxicar y cuestionar el sentido de la retirada de este vestigio franquista del centro de la ciudad, hay que recordar que el monumento a los caídos, no fue promovido por ninguna confesión religiosa, sino por la administración local del régimen, y tampoco ha sido nunca un lugar de culto religioso, como pasa con otras cruces levantadas en el espacio público del término (los peirons de Lledó, de Fadrell o de la ermita de Carme)». "Aun así, el monumento sí que ha sido espacio de manifestaciones políticas de nostálgicos del franquismo, y es todavía significado por la mayoría de la ciudadanía en relación a al régimen franquista. No por nada personas y entidades vinculadas a la extrema derecha han intentado evitar la retirada del monumento, e insultaron y amenazar gravemente a representantes políticos que la impulsaron en cumplimiento de la ley", explica.
"Intentar mantener la presencia de este monumento con el argumento de la sustitución de la leyenda que se acordó en 1979 y el intento de “resignificación”, es negar el valor simbólico que continúa teniendo para la mayoría de la población de Castelló y del que representa en el imaginario popular. El monumento tiene un nombre y una simbología asociadas al franquismo y a sus valores. Así lo corrobora el hecho que durante el periodo democrático se han sucedido actas de homenaje y de exaltación del franquismo, hecho insólito en un régimen democrático europeo", ha continuado Saavedra.
"No se puede “resignificar” un símbolo que durante toda la Dictadura ha puesto de manifiesto la exaltación de los vencedores de la Guerra Civil, excluyendo a los vencidos, a los no creyentes y a los creyentes otras confesiones no cristianas. El monumento representa el enaltecimiento de unos valores autoritarios, excluyentes y bélicos, alejados, completamente, de los valores de paz y reconciliación y, por supuesto, de los valores constitucionales de libertad, justicia, igualdad y pluralismo político», ha añadido la diputada de Unidas Podemos, que ha señalado que «este monumento franquista plantea una grave incoherencia simbólica, para muchas personas con sensibilidad religiosa que la consideramos contraria el auténtico significado de la cruz cristiana, y además, incompatible con los valores y principios democráticos".