VALÈNCIA. Un testaferro de Marcos Benavent, exgerente de Imelsa, abrió este lunes el primero de los juicio sobre el saqueo a este ente público de la Diputación de Valencia y lo hizo para confirmar, dentro de su confesión, el ‘modus operandi’ del ‘Yonqui del dinero’ y para explicar cómo se compró un apartamento en Xàbia adosado a otro que ya tenía para ampliarlo a cuenta de la empresa pública. Declaró bajo la atenta mirada del propio acusado, que tomaba notas desde su silla en el banquillo de los acusados.
Tras llegar a un pacto de conformidad con la Fiscalía, José Esterlich narró cómo se convirtió en un hombre de paja de Benavent en su etapa como mano derecha de Alfonso Rus en la Diputación de Valencia. Lo hizo, dijo, en una época en la que su propia empresa tenía problemas económicos y al ser su mujer la secretaria personal de Benavent en Imelsa. También dio una explicación a su confesión voluntaria al ser llamado a declarar en su día. “Buscaba dejar de hacer las cosas mal, no quería así mi vida”, afirmó Esterlich que se convirtió en el administrador de dos sociedades de Benavent con las que sacaba dinero de Imelsa. ¿Por qué se lo pidió? “Porque tenía una cargo público y no podía figurar”, apuntó. Entre lo que reconoció que se llevó por hacer esa función fue un contrato con Imelsa sin tener que realizar ninguna función.
Las sociedades, explicó, no tenían “ningún trabajador” ni realizaron “ningún trabajo real”. Aún así dijo que había “facturas falsas” y otras que se “engordaban”, sin aclarar a qué correspondían estas segundas. Nadie de Imelsa le preguntó nunca por ninguna de las facturas. “Yo no hablaba con ningún departamento, todo era con Benavent”, señaló. Eso sí, todo el dinero iba a la cuenta de Berceo, una de las empresas que había pasado a administrar. Y de ahí al bolsillo de Benavent. “Utilizaba el dinero que se ingresaba en las cuentas”, aseguró.
Pero formalmente era él quien lo hacía, como pasó, según dijo, en julio de 2010, cuando compró con una de las empresas un apartamento en Xàbia para disfrute de Benavent por 172.000 euros. “Estaba adosado a uno que había comprado anteriormente Marcos. Se sacó un préstamo y con Berceo y se iba pagando poco a poco”, señaló. En 2015, ya con Benavent fuera de la Diputación y sin ingresos, tuvo que venderlos porque no se podían pagar “las letras y los gastos”. El dinero, aseguró, volvió a la cuenta de Berceo “excepto el de una plaza de garaje”.
No fue el único testimonio contrario a Benavent, el consejero delegado de la sevillana Cyan Animática reconoció que les contactaron para hacer un trabajo para el MUVIM y que tras cobrar una primera parte del mismo, 30.000 euros, se le pidió que para cobrar la Segunda, 15.000, hiciera una factura añadiéndole 41.000 euros más, que vía Thematica Events, una de la empresas controladas por Bevanent le habría llegado al exgerente de Imelsa
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