CASTELLÓ. Un año más el sector azulejero español acude a Cersaie, "la feria más importante", en palabras de su presidente, Vicente Nomdedeu. Al frente de la patronal Ascer, que comanda desde hace prácticamente seis años, Nomdedeu hace balance del momento que atraviesa la principal industria castellonense, que tiene en Bologna Fiere la oportunidad para tomar un nuevo impulso comercial justo en un momento de incertidumbre en este sentido.
Además de mostrar tendencias y novedades, la feria transalpina, que se desarrolla desde este lunes 26 al viernes 30 de septiembre, será también el marco perfecto para que la industria cerámica europea exhiba sus demandas acerca de los desmesurados costes que lastran su actividad. En este sentido, contrarrestar el precio del gas, imprevisible y desbocado en los últimos meses, es la principal reivindicación que desde la patronal azulejera trasladan, de forma repetida, a las autoridades.
-¿Cómo acude el sector a Cersaie?
-Con un alto grado de expectativa y optimismo, pero también de preocupación. El sector está en altísimo riesgo de perder competitividad y no recuperarla en años… o de por vida. En esta situación, la feria más importante del mundo es superesperada, superdeseada, porque mide también el nivel de necesidad y cuáles son las tendencias de los mercados en nuestros clientes. Nuestros mercados estratégicos son europeos y Europa está atravesando una situación económicamente muy complicada. En Cersaie veremos cómo están preparando los clientes su paso por esta situación tan crítica, porque la energía afecta a todas las partes del canal.
-Además de un escaparate de lo que puede ofrecer la industria cerámica, ¿Cersaie es también un foro para exponer sus reivindicaciones?
-Eso no dejamos de hacerlo. Hay peticiones que llevamos repitiendo desde hace un año. En la última reunión en Bruselas, una de las demandas ha sido que las ayudas se alarguen más allá de diciembre; pero, además, lo fundamental es que se den, y eso está en manos de nuestro Gobierno. Hasta ahora nos ha dado 400.000 euros por empresa, eso supone para una compañía mediana de 3 a 5 días de gas; y en una mediana-grande, de 1 a 3 días. Hasta los 50 millones que permite el marco europeo de ayudas, la distancia es enorme.
"En bruselas hemos pedido que las ayudas se alarguen más allá de diciembre, pero lo fundamental es que se den... y eso está en manos de nuestro gobierno"
-¿Qué soluciones proponen?
-Ellos son los que tienen que dar las soluciones, pero esta es una: el sistema marginalista de la energía no tiene ningún sentido, ¿Por qué la tecnología más cara, la que entra al final, es la que da precio a todas? Que hagan una media ponderada. Les hemos dado propuestas, algunas son de difícil asunción, pero más difícil es aguantar la pérdida de competitividad de las empresas. En España, el gas entra por aduana a menos de 50 euros, ¿por qué estamos pagando índices TTF a 250? No es normal. Es un tema muy complicado y no lo estamos abordando con la seriedad que merece.
-¿El sector puede aguantar dos años con estos precios del gas, tal y como ya se teme que se pueda prolongar?
-Si no hay ayudas, no. La competitividad está en riesgo y si desapareces de un mercado lo pierdes. Hemos preferido no repercutir todos los costes a perder clientes y, al final, perderemos empresa y clientes. Hoy en día los stocks de los intermediarios son altos, la feria nos va a indicar si la bajada de demanda es solo por esto… o hay algo más.
-¿Prevén una caída en la exportación?
-Ya la hay, y también de producción, que en julio ya cayó un 7,9%. Las fábricas se irán adecuando a las necesidades de los clientes. Tienes que servirlos porque, si no, los pierdes, pero la producción seguirá bajando y cerrará por debajo de la del año pasado. Sí espero que cerremos el ejercicio por encima en la facturación debido al alza del primer semestre; pero esto se debe a que hemos ido trasladando los costes, y no todos, a los precios. El precio medio del sector ha subido en torno a dos euros, de 7,07 a 9,09 euros el metro cuadrado.
-¿Qué países productores están ganando mercado?
-Los de fuera de Europa. Hay otra derivada más: nuestros competidores de fuera de Europa no pagan CO2 y no tienen que descarbonizar. Si el gas tiene un mercado enorme en Asia y estamos pregonando que dejemos de consumir, los precios irán hacia arriba. Y no tenemos alternativa al gas. El objetivo medioambiental y de sostenibilidad económica no van a la par.
"poner barreras al campo no me gusta nada, pero si el competidor no cumple ninguna medida ambiental, laboral, está haciendo dumping en todo… pongamos barreras al campo"
-¿El hidrógeno verde es una utopía?
-Estamos trabajando en proyectos, pero seguramente en esa curva para descarbonizar habrá que meter biomasa, biogás, hidrógeno… varias tecnologías. El problema es muy grande y no implica por igual a toda la sociedad ni a todos los países. Habrá sectores que lo puedan hacer más rápido, pero se marcan reglas para todos igual.
-¿Lo que más teme el sector es que se produzca un cambio estructural en la competencia y que entren otros actores?
-Cuando hablamos de pérdida de competitividad hablamos de que otros países nos pueden coger… y de que el producto sustitutivo también nos va coger clientes. Ese es el riesgo de que nosotros juguemos a una cosa y ellos a otra. A mí, poner barreras al campo no me gusta nada, pero si el competidor no cumple ninguna medida ambiental, laboral, está haciendo dumping en todo… pongamos barreras al campo. Es fundamental que China no vuelva, y el antidumping chino vence a final de año. Sus productos tienen que entrar con las mismas condiciones que los nuestros, esta es otra cosa que le estamos pidiendo desde hace mucho tiempo a la Administración. Si el precio del gas sube mucho más, hasta con el antidumping entrarán.