Vila-real evita los problemas del Molí la Vila y la reforma de los antiguos juzgados avanza

VILA-REAL. La constructora IB10 2009 Castellón será la encargada de materializar los trabajos de adecuación de los antiguos juzgados de Vila-real como oficinas municipales. El Ayuntamiento de la localidad salvará así los numerosos obstáculos que está teniendo desde hace más de un año para otorgar este tipo de contratos de ejecución de obras, como ha sucedido, por ejemplo, con la adecuación del Molí la Vila.

En el caso de la remodelación de los viejos juzgados, la licitación fue anulada a mediados de octubre del año pasado por un error técnico en el proyecto, relacionado con las medidas del ascensor que se instalará. Subsanado el fallo, las obras licitadas por 564.971 euros serán entregadas en los próximos días a IB10 2009 Castellón con la previsión de que culminen en el último trimestre del año.

Sala polivalente y dos áreas municipales

Se remodelará la primera planta del antiguo juzgado, que sobrevivió al derribo del resto del edificio en 2015. Un ascensor facilitará el acceso a personas con problemas de movilidad y se mantendrá el parking público del sótano. El espacio interior contará con una recepción y una sala polivalente para cursos formativos y talleres. En una parte de la primera planta se situará el área municipal de Tesorería y Recaudación, con cuatro despachos, una sala grande, una zona abierta al público, un cuarto para las impresoras y otro para el archivo. En la otra parte estará el área municipal de Promoción Económica, con dos despachos, una sala de reuniones y otro cuarto para el archivo. El aforo de la primera planta será de 92 personas, de ellas 35 serán empleados municipales. Las obras también prevén reparar las goteras existentes y se retirarán los cinco depósitos de amianto existentes en la cubierta.

La cofinanciación de los trabajos por parte de la Unión Europea con cargo a los Fondos Next Generation ha sido fundamental para que la adecuación de los antiguos juzgados vea la luz. Las dificultades económicas que atraviesa el consistorio y otros problemas añadidos como el incremento del precio de los materiales de construcción han frenado en los últimos años otras inversiones de envergadura.

El Molí la Vila, a la espera de uso

Es el caso del Molí la Vila, cuyas obras de adecuación para uso administrativo municipal quedaron desiertas en mayo y en junio de 2023 por falta de empresas interesadas. Los 283.199 euros de la licitación no resultaron atractivos. La Diputación reasignó a la mejora de varios caminos rurales en Vila-real la subvención que había comprometido a este proyecto. Por tanto, el tercer intento de licitación deberá esperar, al menos a corto plazo.

El Molí la Vila lleva sin uso desde que fue rehabilitado en 2017. El Ayuntamiento pretende abrir en su planta baja una cafetería cultural y un museo donde se exhiba el molino, los pozos y las cárcavas originales. La primera planta se reservará a uso administrativo y el exterior se ajardinará con flora y fauna típicas del lugar, incluidas variedades de cultivos tradicionales. También habrá una lámina de agua conmemorativa de la historia de la agricultura en Vila-real. Un auditorio al aire libre completará este nuevo espacio urbano.

Rehabilitación del edificio de los Franciscanos

Una de las pocas obras que se han librado de la austeridad inversora en los últimos años es la restauración de la planta baja y de las dos fachadas del edificio propiedad de los padres Franciscanos, en la calle Molí, quizá por el modesto importe de las obras. La empresa Construcciones Artana ejecutó a mediados del año pasado los trabajos por 106.336 euros.

Se eliminó la tabiquería del edificio anexo al antiguo Cine Condal para dejarlo como una sala diáfana. También se suprimió el desnivel del inmueble para dejarlo a cota de calle y se renovó la instalación eléctrica, el pavimento y la iluminación de emergencia. Por último, se pavimentó el tramo de la calle Molí que rodea el edificio.

El consistorio ha acordado con la orden de los Padres Franciscanos, propietaria de este edificio y del convento anexo, recuperar su aspecto original y eliminar algunos elementos añadidos a cambio de utilizar este espacio durante los próximos años para guardar las carrozas y peanas de las cofradías y hermandades de Semana Santa.