Alex Sorloth. Foto: Carme RipollésVILA-REAL (EFE). El Villarreal recibirá este domingo al Valencia en su mejor momento de la temporada, desatado en el aspecto goleador, sin renunciar a volver a clasificarse para competiciones continentales pese a la dificultad del reto y con la derrota de la semana pasada en la Europa League en el campo de Olympique de Marsella (4-0) como única mancha reciente.
Contra todo pronóstico, el equipo de Marcelino García Toral estuvo este jueves cerca de forzar la prórroga en ese cruce de octavos de final. Al ponerse 3-0 en el marcador, además de meter el miedo en el cuerpo al equipo francés, confirmó su buen momento de forma y, aunque un tanto a última hora del Olympique le dejó sin opciones, afrontará el duelo autonómico de la Comunitat Valenciana reforzado en sus sensaciones.
El técnico asturiano se hizo cargo del equipo cuando era décimo cuarto y le separaban cinco puntos del descenso. Ni Quique Setién primero ni José Rojo 'Pacheta' después había logrado la regularidad en los resultados positivos necesaria para estar cerca de los puestos de arriba y tampoco Marcelino lo logró de inicio. Tras caer en el campo de Las Palmas en la vigésima jornada, el equipo 'groguet' era décimo quinto y solo tenía un colchón de cuatro puntos respecto del descenso, pero desde entonces no ha vuelto a perder.
Acumula ya ocho jornadas sin caer y ha sumado 16 puntos de 24 posibles, lo que le ha elevado a la undécima plaza, ha engordado a trece puntos su colchón con el antepenúltimo y le ha situado a siete puntos de la séptima plaza, que puede que vuelva a dar acceso a Europa, y a ocho de la sexta, que lo dará seguro.
Además, tras avisar hace unas semanas con su triunfo por 3-5 en el campo del Barça, en sus últimos partidos se ha mostrado demoledor en ataque. Venció por 1-3 en el campo de la Real Sociedad, por 5-1 al Granada en casa, por 2-3 en el estadio del Betis y por 3-1 al Olympique, la doble confirmación de que Marsella fue un accidente que había pedido Marcelino.
Pese a que la plantilla es consciente de la dificultad de remontar siete u ocho puntos en las diez jornadas que tiene por delante no se renuncia a un reto que tiene un precedente exitoso en la campaña 2006-07 con Mauricio Pellegrini en su banquillo.
Entonces, el equipo afrontaba las últimas diez jornadas a una distancia aún mayor de la zona Europea, a ocho de la Europa League, y a nueve puntos de la Liga de Campeones. Al lograr ganar los últimos siete partidos de liga pudo acabar quinto en la tabla y logró una plaza para la segunda competición europea.
