CASTELLÓN. El aeropuerto de Castellón acaba de comenzar 2019, un año clave para su futuro, y no lo ha hecho con buenas noticias. El anuncio de Ryanair de que retira la conexión con Poznan (Polonia) tan solo un año y medio después de que comenzase a operar, no es un buen augurio. No en vano, esta es la ruta anual (la otra es la de Londres) que mayor afluencia de turistas aporta a la provincia, ya que la británica alberga muchos viajes de negocios y de castellonenses que se desplazan a la capital inglesa para visitarla.
La próxima cancelación de la conexión (dejará de operar en abril) se suma además a la caída de viajeros que sufrió la infraestructura castellonense en 2018. Por primera vez en sus cuatro años de vida (en lo que a actividad aeronáutica se refiere) el recinto de Benlloc y Vilanova d'Alcolea perdió pasajeros. Concretamente 26.853, más de los que albergó en julio y agosto del año pasado, los dos meses de mayor actividad.
El director de Aerocas, Joan Serafí Bernat, no se muestra preocupado por la caída de pasajeros y argumenta que las fluctuaciones "en aeropuertos del tamaño del nuestro son habituales". Bernat destaca el aumento de operaciones en la instalación el año pasado, muchas de ellas debidas a los vuelos de instrucción de la academia que se instaló en el recinto. La cifra de operaciones volverá a aumentar este año con la llegada de otra academia. Pero aunque esto genera actividad en la zona, como también el desmantelamiento de aviones, el aeropuerto nació para ayudar a desestacionalizar el turismo en Castellón... y de momento no lo está logrando.
Bernat se muestra confiado en volver a crecer en pasajeros este 2019. Pero la única línea que ha garantizado sus vuelos para este año, la de Wizz Air a Bucarest, estará muy lejos de las cifras de Poznan. La aerolínea húngara utiliza aviones más pequeños que Ryanair y comenzará a operar en abril, por lo que tendrá tres meses menos de los que voló la compañía irlandesa entre Castellón y Polonia en 2018. Además, durante el verano Wizz Air será competencia directa de Blue Air, con vuelos exactamente los mismos días entre la provincia y la capital rumana.
Así, la tabla de salvación de los dirigentes del aeropuerto está en la nueva ruta a Colonia. Pero dos meses y medio después de resultar adjudicataria de un lote del contrato de promoción de la infraestructura castellonense, la aerolínea germana todavía no ha firmado el contrato. De hecho, según ha podido saber Castellón Plaza, este asunto no está cerrado
. Desde Aerocas no pueden ofrecer una explicación para la tardanza y se limitan a señalar que son "procesos administrativos lentos". Wizz Air completó la tramitación en un mes exacto.
Si se confirma la ruta, esta debería ser una conexión fundamental para la provincia, al abrirle uno de los grandes mercados emisores de turistas, como es el germano.
Este es así otro de los puntos clave de un año trascendental para la infraestructura, en la que debe dejar de tener un operador privado, como hasta el momento, para pasar a estar regida directamente por la Administración pública. El 30 de noviembre Aerocas ha de pasar a ser el nuevo gestor. Para entonces la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa) ha de haberlo certificado, en un proceso para el que las negociaciones son continuas con el fin de definir la documentación que se debe presentar. Cuando se complete la tramitación, la plantilla de Edeis, el actual gerente privado del recinto, será asumida por Aerocas.
Mientras tanto, los dirigentes del aeropuerto de Castellón siguen trabajando en otros aspectos, como el informe para tratar de que el Gobierno defina como Obligación de Servicio Público la ruta entre Castellón y Madrid, de forma que la compañía que lo opere pueda recibir subvenciones para cubrir los gastos operativos. Las malas conexiones del norte de la provincia, tanto por carretera como en tren, no faltarán en el documento que reciba el Ministerio de Fomento.
Son, de momento, varios los frentes abiertos en el año en que el aeropuerto cumplirá un lustro abierto al público... y con aviones.
