CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Almassora solicitará los servicios de un bufete especializado para buscar nuevas fórmulas que permitan diseñar el futuro paseo marítimo de la localidad sin afectar a ninguna propiedad privada. Así lo han acordado este mediodía el equipo de gobierno, los representantes de los grupos en la oposición y los portavoces de las dos asociaciones vecinales que han asistido a la reunión convocada por la alcaldesa, Merche Galí.
La primera edil ha recordado que el proyecto de paseo, validado en 2007, contó con la oposición vecinal y la del resto de la corporación municipal, situación que se mantiene en la actualidad por la afección que plantea la obra sobre la propiedad privada. “Hace 12 años ya nos opusimos a que las viviendas se vieran afectadas y hoy nos mantenemos al lado del vecindario frente a un proyecto antiguo que no ha cambiado en lo fundamental: sigue afectando a la propiedad privada”, según Galí.
Descartada esta intervención de 2007 en la costa y cualquier otra que suponga el derribo de muros, terrazas, jardines o cualquier otro elemento de la primera línea de viviendas, el equipo de gobierno se plantea revisar las posibilidades legales tras las modificaciones de la Ley de Costas para buscar una solución factible entre las partes. El equipo de gobierno ha asistido a la reunión con los representantes vecinales junto a un arquitecto municipal para valorar la viabilidad de diseñar el paseo marítimo contando como referencia de protección la línea de la ribera del mar, según informan desde el consistorio a través de un comunicado.
Tal como ha indicado la concejala de Territorio, Carmina Martinavarro, el consistorio tiene intención de explorar esta posibilidad que permitiría ganar unos metros de distancia frente a la referencia actual de la línea de deslinde. Esta línea marca el límite hasta donde alcanzan las olas que, frente a los márgenes marcados en el proyecto de 2007, podría ser decisiva para un proyecto de paseo acorde a las necesidades actuales sin adentrarse en la propiedad privada frente al muro.
En el mismo sentido se plantea la imposibilidad de desviar todo el tráfico por la segunda línea de costa debido a la estrechez de la avenida Mediterránea. Como han explicado los representantes políticos al vecindario, esta circunstancia no está vinculada a la apertura del tramo de vial que falta, sino que se debe a que la avenida fue proyectada con seis metros de calzada de un total de 10. “Una vez más ha quedado demostrada la insuficiente planificación en materia de urbanismo y accesibilidad, situación que sufren los residentes de la playa a diario y de la que ya alertamos hace más de una década”, según Martinavarro.