CASTELLÓ. La alcaldesa de Almassora, Mercedes Galí, ha anunciado a la Generalitat el inicio de los trámites para contratar las obras de construcción del nuevo colegio público Santa Quitèria, así como la reposición del CEIP Embajador Enrique Beltrán, según han señalado fuentes municipales.
La Conselleria de Educación cedió a Almassora las competencias para contratar todas las obras relacionadas con las infraestructuras educativas. Evidentemente, el paso municipal de notificar el inicio de los trámites en los dos colegios ha sido previamente consensuado con el departamento autonómico que dirige Vicent Marzà.
La cúpula política municipal y los técnicos pretenden que los trabajos arranquen en julio de 2021 en el colegio Santa Quitèria y concluyan 9 meses después, en marzo de 2022. Para ello han retrasado por tercera vez las anualidades del dinero consignado en los presupuestos autonómicos. Así, las cuentas del Consell en 2021 asignarán 2.332.222 euros a la ejecución del nuevo centro educativo y en 2022, los restantes 1.549.940 euros.
El Consell impulsó a mediados del año pasado un concurso de ideas para definir el nuevo colegio Santa Quitèria sin contemplar derribos. El recinto se emplazará en el solar de 5.041 metros cuadrados situado entre las calles Derechos Humanos y Morella, donde hoy solo hay visible una zona verde y cimentaciones ya demolidas de una anterior construcción. El futuro centro tendrá capacidad para 225 alumnos distribuidos en 3 unidades de Infantil y 6 de Primaria. El comedor podrá atender a diario a 180 escolares. Los alumnos llevan en barracones desde su creación en el año 2010. La Generalitat habilitó un aula mixta para niños de 3 y 4 años en la legislatura pasada que se eliminó en el curso 2016/2017, cuando el centro recuperó las líneas independientes que mantendrá tras las obras.
Respecto al calendario de obras del colegio Embajador Beltrán, el consistorio fija el inicio en mayo de 2021 y la finalización 12 meses después, en abril de 2022. El dinero consignado en el presupuesto también ha sido aplazado a 3.447.467 euros para el próximo año y los restantes 2.289.800 euros, en 2022.
El Consell pretende derribar las actuales instalaciones del centro, formadas por el edificio de Infantil y Primaria, el porche metálico, las soleras, la valla, las dos viviendas que antiguamente ocupaban maestros y las construcciones emplazadas en el patio posterior de esos dos inmuebles. Posteriormente se alzará el nuevo complejo educativo en el solar de 5.700 metros cuadrados. El consistorio ya modificó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en el año 2008 para que la mitad de la calle Santo Tomás lindante con el centro pase a formar parte de él.
El nuevo colegio tendrá capacidad para 450 alumnos distribuidos en 6 unidades de Infantil y 12 de Primaria. El comedor podrá albergar a 360 comensales repartidos en dos turnos. El Consell ya tiene en su mesa el proyecto constructivo que redactó la consultora Durán Moreno Arquitectos.