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8 DE MARZO, DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA

Así cambió el pasado 8M la visión artística y laboral de estas jóvenes creativas valencianas

Fue un día para la Historia en mayúsculas, pero también para la historia personal de muchas mujeres que salieron a la calle, que sintieron una sororidad excepcional hasta la fecha y que vieron cómo su manera de ver el mundo no sería nunca la misma. El 8 de marzo de hace un año marcó un antes y un después en gran parte de las españolas. Así lo vivió un grupo de jóvenes creativas valencianas… Y así marcó su discurso artístico (y su filosofía de trabajo) para siempre

7/03/2019 - 

VALÈNCIA. En el libro Monstruas y centauras (Ed. Anagrama, 2018), la escritora Marta Sanz arranca la narración en un escenario muy concreto: la manifestación del 8 de marzo de 2018 en Madrid, el mismo día de una huelga feminista para la Historia. La autora sitúa esta fecha como parte de un todo formado por diferentes acontecimientos (que incluiría el #MeToo, la carta de las intelectuales francesas o la sentencia de La Manada) que han agitado socialmente el país en los últimos tiempos. Como decía una amiga, el feminismo –y todos sus debates colindantes– ha sustituido a la corrupción en las conversaciones de sobremesa. Aquella toma de las calles por parte de mujeres y algunos hombres aliados se extendió por toda España, incluida València. Este viernes sucederá de nuevo. Y sobran los motivos: a los del año pasado se suman las batallas diarias –muertes por violencia de género, casos de acoso, discriminación sexista...– y el auge de la ultraderecha. Pero, echando la vista atrás, ¿cómo afectó ese 8 de marzo de hace un año a las mujeres jóvenes, esas que tienen todo su futuro por delante y que han accedido al mercado laboral en un estado permanente de cuestionárselo todo? Preguntamos a algunas creativas valencianas sobre el efecto de aquél día en su vida personal y profesional, en su discurso artístico y su filosofía de trabajo. En todo.

Foto: Alicia Garrido, actual responsable de producción de La Fábrica de Hielo y de La Cabina, con la camiseta que llevó a la manifestación del 8M de 2018.

Alicia Garrido tiene 26 años y es responsable de producción de La Fábrica de Hielo y de La Cabina y considera que aquella manifestación fue “decisiva” en su madurez. “Sentí que todas aquellas mujeres eran hermanas. Era maravilloso leer en sus miradas ‘yo también he pasado por esa situación’, ‘estamos juntas’ o ‘lo conseguiremos’. La variedad de edades fue lo más emocionante. Había mujeres de 65 años luchando por sus derechos y por los de sus hijas y nietas. Y niñas de 12 años que son conscientes de la desigualdad y luchaban por su futuro. Al final, es cosa de todas”, comparte. Si Alicia la vivió en València, la ilustradora África Pitarch estaba entonces en Madrid, donde trabajaba como directora de arte del canal de comunicación feminista Freeda. “Ese 8M me confirmó algo que me ha servido mucho este año: que aquello en lo que creo, lo creen millones de personas más; que aquello que defiendo, lo defienden millones de personas más. Esa confianza ha provocado que no me frene ante las injusticias, que no dude en protegerme a mí misma y a mis derechos, que pueda hablar sin temer posibles comentarios o repercusiones porque detrás hay un 8M respaldándome”, comenta la artista de 28 años, que tiene la anatomía femenina como uno de los leitmotivs de su trabajo y que continúa: “Es un alivio, porque contrarresta esa sensación de inseguridad que a las mujeres nos suele acompañar durante nuestro crecimiento”.

 “Ese 8M me confirmó que aquello en lo que creo, lo creen millones de personas más; que aquello que defiendo, lo defienden millones de personas más” (África Pitarch)

El impacto de ese día no pasó en balde por las carreras creativas de muchas mujeres. En el caso de Andrea Savall, natural de Alcoy y autora del fanzine Girls from today, reafirmó su visión. “En 2018 nos dimos cuenta de la voz que teníamos y, algo más importante aún, de qué queríamos hacer con ella. Creo que mi discurso creativo está dirigido exactamente por esa idea”. Por su parte, con 23 años, Natalia Zahorodna es la jefa de redacción de la revista de origen valenciano Chapelle, y se encontraba en plena producción de un número dedicado al feminismo, Brujas, cuando llegó el 8M. “Nos dio muchísimas fuerzas”, confiesa en nombre de su equipo, que completan la fotógrafa Beatriz Tafaner y el estilista Eduardo Jayricovich. “2018 fue un año revelador del descontento de nosotras, las mujeres, por lo poco que hemos evolucionado desde que hace casi 90 años nuestras compañeras lucharon por nuestro voto en este país, porque nuestros cuerpos siguen siendo mercancía y herramienta de marketing, porque la gente todavía se asusta cuando oye la palabra feminismo…”, expresa la joven editora. También en el sector editorial trabaja Carmen Errando, que compagina su rol como estilista de la revista Telva con la dirección artística de la productora Enredo Films, que fundó junto a su hermano Nacho. “El 8M fue fundamental en mi forma de plantear mi trabajo. Creo que hasta entonces no había sido consciente de lo necesario que era que yo, siendo estilista, me cuestionara bajo qué punto de vista y discurso quería trabajar. Hasta la fecha había adquirido una mirada aprendida de un modelo antiguo y, por tanto, normativo y poco representativo para la diversidad de mujeres. No me había generado un discurso propio, no había debatido y no había sido consciente del gran impacto que tiene mi trabajo en todas nosotras. Después de aquél día, eso cambió”.

Natalia Zahorodna, jefa de redacción de la revista valenciana Chapelle, en una foto suya publicada en la edición ‘Brujas’, un monográfico sobre feminismo. Foto: Beatriz Tafaner.

 Por su parte, Alexia Guillot, de 30 años y coautora del podcast de cine Las Entendidas de Plaza Radio, asegura que ese punto de inflexión llegó antes, “al entrar en el mercado laboral”. “Seguramente hace unos años me podían parecer tonterías muchas cosas que ahora no, desde el lenguaje inclusivo hasta el sistema de cuotas o la discriminación positiva a los colectivos minoritarios”. A esto, Alicia Garrido añade: “Es comprensible que no nos diéramos cuenta de todo ello hasta que nos hemos puesto las gafas violeta, ya que nunca se ha hablado de feminismo y de los derechos de las mujeres en los centros de estudios ni en el entorno familiar”. En el caso de Alexia, en su programa, del que es ideóloga junto a su compañera Adriana Cabeza, pone en práctica una norma que dice así: “El cambio importante está en empezar a apoyarnos entre nosotras en la medida que podamos. Desde Las Entendidas, intentamos defender la igualdad en nuestro programa y esto conlleva que nos esforcemos más en buscar mujeres que trabajan en el mundo audiovisual, que nos cuestionemos si los personajes femeninos que vemos son veraces o si hay paridad en el equipo de las películas que vemos o los jurados de los festivales”. Tanto Alexia como Alicia forman parte del área de producción del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, dirigido por Sara Mansanet, del que celebran que su equipo sea al 90% femenino.

“En 2018 nos dimos cuenta de la voz que teníamos y, algo más importante aún, de qué queríamos hacer con ella. Creo que mi discurso creativo está dirigido exactamente por esa idea” (Andrea Savall)

 

Sin embargo, Alexia arroja otra de las cuestiones que le han acompañado este último año: “Ser observada con lupa por terceros, al acecho de comprobar si todo lo que haces es tan feminista como te defines. Sin ir más lejos, hacer huelga o no este viernes ha sido una decisión bastante difícil. A nosotras nos encanta trabajar en nuestro programa pero también nos exigimos ser coherentes con el discurso que defendemos durante todo el año. Teníamos la opción de grabar el viernes y hacer un especial feminista, pero de lo que nos hemos dado cuenta es que eso lo intentamos hacer todo el año”. Tras uno de esos comunes ataques con los que suelen encontrarse las mujeres abiertamente feministas, Andrea Savall dio con el punto de partida de su nuevo fanzine, que acaba de presentar en Madrid y que pronto llegará a València. “Se titula A las Girls from today también nos rompen el corazón. Somos feministas y podemos enamorarnos. Creo que ha sido un ejercicio de conocerme más, de aceptarme y de permitirme algo que es lo que más valoro en esta vida: poder seguir mi instinto”, admite.

Fotograma de ‘Project Asia’, el proyecto documental de carácter personal de Paula Collado, cofundadora de Corinne Films, en el que celebra la amistad femenina en los insólitos escenarios del Sureste Asiático. Foto: Paula Collado, Corinne Films.

 Por otro lado, Paula Collado cofundó la productora audiovisual Corinne Films en 2012, “con solo 22 años y tras salir de la universidad”. Asegura haber sentido discriminación o falta de credibilidad en la primera toma de contacto con agencias y clientes por ser mujer y joven. “Sobre todo porque mi socia, Carmen Fortea, y yo nos dedicamos a una parcela del audiovisual bastante masculinizada, como es la parte técnica”, afirma. En el último año, Paula no solo reconoce sentirse más concienciada e implicada en la causa feminista, sino también haber recibido propuestas de trabajo en las que el hecho de ser mujer era un factor positivo. “No me avergüenzo de estar beneficiándome de estas ventajas: históricamente nos han sido negadas y, por norma general, han recaído en perfiles masculinos. Seguiré aprovechando esta situación para conseguir más oportunidades y facilitar el trabajo a nivel local a un mayor número de mujeres que considero que son totalmente válidas. Actualmente cuento con un equipo formado casi exclusivamente por mujeres y creo que desde mi posición este es mi granito de arena para conseguir una sociedad más paritaria”. 

“El cambio importante está en empezar a apoyarnos entre nosotras en la medida que podamos” (Alexia Guillot)

“El otro día escuché en el metro que ‘ahora todas las mujeres hacen cosas’, dicho en un tono despectivo”, dice Alicia Garrido, que se responde ella misma: “Pues sí, ahora la valentía supera al miedo. Nosotras somos creadoras, responsables, profesionales y autónomas. Sin estar a la sombra de nadie y por méritos propios”. Andrea Savall, por su parte, concluye: “Somos mujeres que no queremos perder nuestros derechos y luchamos para que las futuras generaciones tengan aún más oportunidades de nosotras. Esto valdrá la pena hasta que no haya ni una sola niña, adulta o anciana que sufra discriminación de cualquier tipo solo por el hecho de haber nacido mujer”. Y todos estos mensajes, en forma de lema, a viva voz o en pancartas, saldrán, de nuevo, a la calle el próximo viernes.

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