Toni Cantó. Foto: CORTSVALÈNCIA. Después de las elecciones catalanas, este jueves Les Corts Valencianes volvieron a celebrar una sesión de control al president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig. Una jornada que difirió respecto a las anteriores, al menos en un aspecto: el tono empleado por el líder de Ciudadanos, Toni Cantó, con el jefe del Consell ya no fue tan conciliador como el de otras ocasiones.
El síndic del grupo parlamentario Cs inquirió al jefe del Consell por qué la Comunitat Valenciana recibe menos vacunas de las que le corresponderían por su peso poblacional, cuestión sobre la que el jefe del Ejecutivo pidió a Cantó que no hiciera "nacionalismo con las vacunas" tras explicar el orden de prioridad que sigue la Conselleria de Sanidad en el proceso de vacunación. "Veo que no me responde, que se priorice a los vulnerables y a los mayores no explica la infravacunación. Hay otras Comunidades Autónomas como Andalucía, Madrid, Canarias o Murcia que tienen menos mayores que nosotros y sin embargo ni de lejos están en nuestra situación. No sé si los más vulnerables son quizá los alcaldes socialistas. Pero como veo que no me responde, cambio de tema", le espetó Cantó.
Un rifirrafe tras el que llegó realmente la artillería pesada. Cantó comenzó enumerando algunas declaraciones que hicieron varios cargos de Compromís y de Podem tras el encarcelamiento de Pablo Hasél. Primero, la del conseller de Educación Vicent Marzà, quien opinó que "cantar no puede ser un delito"; a esta le siguió una cita de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que advirtió que "no tener arte o ser cutre, no es motivo para ir a la cárcel"; y finalmente cuestionó que en la cuenta oficial de twitter del partido morado se preguntaran hace unos días quién defendía "a los agredidos por la Policía".
Ahora bien, a diferencia de otras veces, sus criticas no se centraron únicamente en los socios del PSPV en el Consell, Compromís y Unides Podem. "Sin embargo, quizá su declaración es la que más me preocupa, señor Puig", censuró Cantó. El líder naranja citó unas declaraciones que Puig hizo la semana pasada en las que defendía que "nunca" avalaría que se pudiera decir que se está a favor de liquidar a una persona, "pero sí que se puedan decir". "¿Va a permitir usted los delitos de odio? ¿Qué se liquide a un judío o una mujer?", le interrogó el portavoz de Cs. "No, miente, y todos ustedes mienten porque todos sabemos que Hasél está condenado por enaltecer el terrorismo de Al Qaeda, por agredir a un cámara de televisión, por agredir a un testigo en un juicio, por reiteración delictiva y porque está siendo investigado por asalto", le espetó.
El envite no quedó ahí y el síndic volvió a dirigirse a toda la bancada del Botànic para preguntarles "por qué entre el testigo de un juicio y el que le agrede a ese testigo, -la izquierda- se ponen de parte de Hasél". "¿Entre trabajador de una televisión y Hasél, se ponen del lado de Hasél? ¿A qué juegan ustedes?".
Cantó, incluso, también defendió al partido que dirige Santiago Abascal, algo que hasta el momento no había hecho aún en una sesión de control: "¿A qué juegan ustedes que luego se suben aquí y piden castigos ejemplares para aquellos que hablen bien a estas alturas del franquismo?¿A quienes le hacen un cordón sanitario a un partido como Vox que es completamente democrático mientras pactan con Bildu o los golpistas catalanes? Me gustaría que me explicara cómo le funciona a la izquierda la cabeza. ¿Es rap esto?", inquirió después de recitar varias frases de Hasél. "Ángela Merkel dijo que la libertad de expresión tiene límite cuando se propaga el odio o se ataca a la dignidad de la persona. Esto es un líder del que yo me sentiría orgulloso, y no de lo que dijo usted, señor Puig", zanjó el síndic naranja.
Una intervención tras la que Puig defendió que el Gobierno del Botànic está "radicalmente en contra de la violencia, venga de donde venga", porque a su juicio los debates sobre los derechos y libertades "están ahí y se pueden tener". Asimismo, mantuvo que el derecho de la libertad de expresión tiene "sus límites" cuando "se sobrepasan las barreras de la legitimidad", algo que debe tener respuesta, si bien "puede ser otra" que no sea la cárcel.
Más allá del enfrentamiento dialéctico, la intervención de Cantó puso de manifiesto la distancia que parece querer empezar a imponer Ciudadanos de nuevo con el PSPV como hizo al inicio de la legislatura, cuando para él era "el PSC valenciano". Aquella primera etapa del mandato, sin embargo, duró poco y tras las elecciones generales del 20 de noviembre, el discurso de los naranjas se volvió colaborativo, lo que se tradujo en una etapa de acuerdos locales entre ambas formaciones -pese al malestar de Compromís, socio mayoritario del PSPV en el Botànic-, o en reuniones mano a mano entre Cantó y Puig durante la elaboración de los actuales Presupuestos.
Incluso, el líder de Ciudadanos en la Comunitat llegó a ofrecerse al jefe del Consell durante las semanas en las que Compromís y Unides Podem cuestionaron la dureza de las restricciones adoptadas en la Comunitat a pesar de las malas cifras de la pandemia.
Un tono colaborativo que este miércoles desapareció y volvió a hacer 'piña' con la que es su bancada, la de la oposición. El cambio de talante, aunque no pasó desapercibido, pudo empezar a intuirse a principios de esta semana cuando aseguró en una entrevista en el diario El Mundo que veía probable pactar listas con el PP a tenor de lo sucedido en las elecciones catalanas -si bien un día más tarde suavizó sus declaraciones sobre una posible fusión-. Una probabilidad antes no contemplaba.
