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EL INVERSOR ESTÁ DESNUDO / OPINIÓN

China y la nueva guerra de los datos

21/07/2021 - 

VALÈNCIA. Por fin llego el verano y los esperados recortes en la bolsa. Nada nuevo bajo el sol. Ya lo avisamos el mes pasado. El verano es así. La novedad de cada año no es que la bolsa caiga en estos tiempos sino el porqué, el mar de fondo que propicia las caídas. Este año los operadores hablan de la inflación disparada en EE UU, y de si vamos a tener inflaciones altas durante mucho tiempo. Mi opinión es que sí, pero que esto no va a ser el detonante de caídas severas en los mercados; por lo menos todavía no. Como muy bien señalaba Drukenmiller hace unos días "estamos viviendo un gran burbuja en casi todos los activos alimentada por las impresión de dinero, sabemos que esa burbuja acabará, lo que no sabemos es cuándo y ese cuándo puede ser dentro de muchos años".

Pero ese no es el tema más interesante que tenemos encima de la mesa este verano. El asunto más interesante y que realmente marcar un antes y un después es la guerra del Gobierno chino contra sus empresas tecnológicas. China se ha enfadado con sus empresas tecnológicas que salen a cotizar en los mercados americanos y son obligadas a compartir sus conocimientos y su datos con EE UU. La historia empezó a tomar cuerpo con la curiosa desaparición del dueño de Alibaba después de una palabras nada amables sobre el Gobierno chino tras haberse anulado la salida a bolsa de su filiar de pagos, la fintech más grande del mundo.

Un hecho que se ha agudizado sobremanera con el caso de la empresa Didi. Esta empresa china de transporte por carretera Didi Chuxing, el 'uber chino', salió a bolsa a través de una oferta pública en Estados Unidos el mes pasado recaudando 4.400 millones de dólares. Las acciones se desplomaron unos días después pues el Gobierno chino decidió investigar si Didi presentaba una "amenaza de ciberseguridad". La empresa recibió la orden de no aceptar nuevos usuarios y sus aplicaciones móviles fueron retiradas de las tiendas de aplicaciones online.


La cuestión es que la Administración de Pekín ya no quiero dar a los reguladores del mercado estadounidense -a ninguno de los organismos reguladores-, la facultad de inspeccionar las auditorías de las empresas chinas que cotizan en las bolsas estadounidenses. Hay al menos 248 empresas chinas que cotizan en tres de las principales bolsas de Estados Unidos, con una capitalización de mercado total de 2,1 billones de dólares, según la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos; y China no quieren que Estados Unidos se meta en la cocina de estas empresas.

Por otro lado, en EEUU la Comisión del Mercado de Valores comenzó a aplicar normas que amenazan con retirar a las empresas extranjeras de las bolsas estadounidenses si no cumplen las normas de auditoría de Estados Unidos durante tres años. La respuesta china fue que los reguladores chinos realizarían las inspecciones de auditoría y entregarían sus conclusiones al Consejo de Supervisión de Contabilidad de Empresas Públicas de Estados Unidos. Esto fue rechazado rotundamente, como debe ser, por la SEC. Y aquí volvemos a ver un nuevo episodio de la guerra por la supremacía tecnológica que están librando EE UU y China que no solo se va a llevar por delante los sueños de muchos empresarios chinos -deseosos de ver sus empresas cotizando en los mercados occidentales- sino que puede acabar con la creación de dos grandes bloques tecnológicos en una pugna tremenda por el control el oro del futuro: los datos.

El nuevo petróleo

Ninguno de los grandes países quiere ceder sus datos, conocedores de que son el nuevo petróleo, la nueva fuente de riqueza y control en la era del internet de las cosas y la inteligencia artificial. La revolución del inteligencia artificial y el big data hace que el acceso a los datos de estas empresas signifique colarse en la cocina del paso vecino, en este caso del país enemigo.

Ahí es donde se libra la guerra que Europa ya ha perdido y que alumbrará a la nueva potencia mundial. En esta guerra política ni a China y ni a EEUU le importan unos pocos empresarios o inversores. Así que tengan cuidado cuando oigan hablar de lo baratas que están las tecnológicas chinas y no sean de esos que son destruidos como inversores por una fuerza que actúa mas allá de cualquier criterio económico.

Lorenzo Serratosa es cofundador de la EAF valenciana Kau Markets

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