VALÈNCIA. Concluida la ronda de consultas del Rey de forma fallida, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, confirmó este mismo martes que España volverá a votar el próximo 10 de noviembre. Las cuartas elecciones generales en apenas cuatro años. Un escenario que, pese a las probabilidades de que se produjera, ha cogido a los partidos a pie cambiado por la estrechez de los plazos para los preparativos necesarios para enfrentarse a las urnas.
En los próximos días las formaciones deberán decidir sobre las listas electorales y cuestiones organizativas sobre la campaña, pero también algunos tendrán que afrontar debates sobre la posibilidad de configurar alianzas preelectorales para tratar de mejorar sus resultados del 28 de abril. Una coyuntura que afecta especialmente a Compromís, que consiguió un solo escaño -por Valencia, Joan Baldoví- con un total de 173.621 votos.
El tiempo de reflexión es escaso -antes de octubre las coaliciones deben estar resueltas- y, por tanto, la decisión no puede demorarse. Por ello, algunas formaciones ya se han puesto manos a la obra. Según fuentes consultadas por este diario, Compromís y Unidas Podemos han mantenido contactos informales en las últimas horas para estudiar repetir la confluencia 'A la Valenciana' con la que se presentaron a las elecciones de junio de 2016 logrando un importante resultado de nueve escaños, cinco para los morados y cuatro para la coalición que lidera Mónica Oltra.
A diferencia de lo que ocurrió con las elecciones pasadas, la UTE electoral integrada por Bloc, Iniciativa y VerdsEquo estudia con especial interés esta posibilidad, si bien el posicionamiento no es unánime en el seno de la coalición. Las cifras de las pasadas elecciones, no obstante, son un revulsivo para que todas las sensibilidades contemplen al menos esta posibilidad.
Por una parte, la vicepresidenta del Consell y referente de Iniciativa, Mónica Oltra, siempre ha sido partidaria de buscar alianzas tal y como recalcó en la entrevista concedida recientemente a Valencia Plaza mientras que la pata nacionalista y mayoritaria de la coalición siempre se ha mostrado más reticente a repetir la experiencia del pasado.
Sin embargo, miembros destacados del Bloc reflexionan ahora sobre la oportunidad de confluir en esta ocasión. Existe cierto temor a no lograr aumentar escaños obtenidos hace cinco meses, pero también a quedarse incluso sin representación. No en vano, los resultados quedaron muy alejados de los logrados en las dos convocatorias anteriores, donde junto a Podemos consiguieron 677.549 papeletas en 2015 y con la formación morada y Esquerra Unida 659.771 sufragios en 2016.
A diferencia de este sector, el entorno de la coordinadora general del partido y coportavoz de Compromís, Àgueda Micó, no es partidario de ir de la mano de Podemos e Izquierda Unida. Sin embargo, sí abre la puerta a debatir esta cuestión siempre y cuando la resolución pase por las bases de la formación. Consideran que el próximo Consell Nacional del Bloc podría ser el foro oportuno para hacerlo, pero el calendario ya no permitiría esperar hasta esa fecha, pues está previsto que éste tenga lugar el 19 de octubre.
No en vano, la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG) establece en la disposición adicional séptima que los partidos y federaciones que establezcan un pacto de coalición para concurrir conjuntamente a una elección "deben comunicarlo a la Junta Electoral Central o a la Junta Electoral Provincial si el ámbito de la coalición se reduce a la circunscripción, en los cinco días siguientes a la convocatoria".
Esto quiere decir que si el decreto de disolución del Congreso de los Diputados y la convocatoria electoral se publica el 23 de septiembre -fecha límite para hacerlo-, Compromís y UP deberían comunicar a la Junta Electoral antes del 28 de septiembre si concurren en coalición. Por lo que, la consulta del 19 de octubre en el Consell Nacional del Bloc obligatoriamente debería adelantarse.
Por otro lado, una de las opciones que ha venido barruntándose en los últimos tiempos en la coalición valencianista es la de llegar a un acuerdo si la formación liderada por Íñigo Errejón y Manuela Carmena, Más Madrid, decidía atreverse con la aventura estatal si había repetición de elecciones.
Al margen del silencio del ex mano derecha de Pablo Iglesias en Podemos, la estrechez de los plazos para llevar a cabo alianzas ha hecho crecer el escepticismo en las filas de Compromís sobre la posibilidad de un acuerdo con Errejón y los suyos, aunque a priori pudiera ser la opción preferida para muchos en la coalición, lo que también ha conllevado algunos contactos en los últimos días.
De cualquier manera, los pros y contras de una alianza con Más Madrid también se debaten en círculos de Compromís. Por un lado, se considera a Errejón una figura pública con presencia en los medios estatales y con menor desgaste que Iglesias, además de contar con unas nuevas siglas sin las batallas de la negociación a cuestas como le ocurre a Podemos. Por otro lado, también podría incrementar la tensión en el Botànic II que Compromís se aliara con una escisión de la formación morada mientras comparte el Gobierno valenciano con miembros de las siglas originales.