VALÈNCIA (EFE). Desde El Cid protagonizado por Charlton Heston y Sophia Loren y rodada en Peñíscola, al Tomorrowland de George Clooney o Juego de Tronos, también ambientada en la Ciudad en el Mar, la Comunitat Valenciana ha sido escenario de numerosos rodajes de películas y series, y aspira ahora a promocionarse turísticamente como un gran plató cinematográfico.
Los Presupuestos de la Generalitat para 2019 incluyen una partida de 80.000 euros para un convenio con la asociación de Productors Audiovisuals Valencians (PAV), destinado a la captación de rodajes y a promover el turismo cinematográfico mediante nuevas acciones y la coordinación de distintas iniciativas que ya se llevan a cabo.
"Llevamos años batallando por una Film Comission (Oficina de Promoción Audiovisual) autonómica, y este convenio es un primer paso en esa dirección", explica Giovanna Ribes, presidenta de la PAV, asociación que se creó hace veinte años y que agrupa a una treintena de productoras de la Comunitat.
Ribes destaca que, mediante este convenio, enfocado principalmente a promover el turismo en la Comunitat como plató de cine, se dará visibilidad a los rodajes hechos en la Comunitat -solo en la ciudad de València han sido 14 este año- y se intentará unificar con las Oficinas de Turismo las acciones que desarrollan.
"Si la Administración y los profesionales caminamos de la mano, podemos ayudarnos y avanzar", afirma Ribes, a quien en el futuro le gustaría que se creara un mapa de la Comunitat con sitios para rodajes y que se promovieran incentivos fiscales, algo que funciona muy bien en Canarias y Andalucía.
La Comunitat Valenciana "se ha constituido en los últimos años en un plató de rodaje de películas y producciones televisivas en las que poder mostrar su historia, su patrimonio, paisajes, cultura y gastronomía", explica el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer.
En su opinión, atraer rodajes a la Comunitat "es importante, porque económicamente supone beneficios para el sector audiovisual", pero también para las empresas "que giran alrededor del turismo, pues son necesarias para dar servicio de alojamiento, de comida o de transporte".
Colomer reivindica que, el hecho de aparezcan los nombres y las imágenes de un pueblo, ciudad o cualquier otro recurso turístico de la Comunitat Valenciana en una producción audiovisual "tiene un valor promocional que, si se tuviera que hacer de otro modo, supondría un coste elevado".
Por ello, explica que ya se han llevado a cabo convenios con el Ayuntamiento de Peñíscola, la Fundación de Turismo de Benidorm, la Asociación Hotelera Hosbec, o los festivales de cine de l'Alfàs del Pi y de Gandia, entre otros, para desarrollar acciones de promoción turística, a las que en 2019 se sumará el convenio con AVAP.
En los años 60, Peñíscola se convirtió en escenario de la película El Cid protagonizada por Charlton Heston y Sophia Loren, a la que han seguido rodajes de series como Juego de Tronos, El chiringuito de Pepe o El Ministerio del Tiempo, mientras que cuenta con una ruta cinematográfica señalizada.
En la ciudad de València se rodó la película alemana El chico que robó un millón, de 1961, mientras que en la Ciudad de las Artes y las Ciencias se grabaron escenas de Tomorrowland, y el parque de La Albufera se puede ver en la película El desentierro y en la serie El embarcadero.
Además, la película de Icíar Bollaín El olivo refleja los olivos milenarios de la provincia de Castellón, mientras que Benidorm es el escenario desde hace diez años de una comedia se situación dirigida al mercado inglés que lleva el nombre de la ciudad, cuyas calles y playas aparecen en la serie Fugitiva.
Tampoco hay que olvidar que el cineasta valenciano Luis García Berlanga rodó en la Comunitat muchas de sus películas, como Calabuig, Todos a la cárcel o Moros y cristianos, así como su serie de televisión sobre Blasco Ibáñez, en las que Peñíscola, Benidorm o València figuran entre sus localizaciones.
En la cartelera de 1981 se pudo ver El Príncipe de la ciudad, El camino de Cutter, Fuego en el cuerpo y Ladrón. Cuatro películas en un solo año que tenían los mismos temas en común: una sociedad con el trabajo degradado tras las crisis del petróleo, policía corrupta campando por sus respetos y gente que intenta salir adelante delinquiendo que justifica sus actos con razonamientos éticos: se puede ser injusto con el injusto