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EN PRIMERA PERSONA / OPINIÓN

Efecto Illa, efecto Sánchez

23/02/2021 - 

Gana Salvador Illa y el PSOE. Gana Pedro Sánchez y el PSC. Puede que hoy el resultado de las elecciones catalanas del 14F parezca algo lejano, casi olvidado en medio de tantos ‘momentos históricos’ que presenciamos a diario. Pero la victoria de Salvador Illa es una gran victoria para el socialismo y la política del diálogo frente a la debacle de una derecha devorada en las urnas por los ultras.

No debe ser fácil en estos momentos ser militante del PP, ser parte de una organización sin liderazgo y políticamente irrelevante en un momento donde debería demostrar su capacidad de ser un partido de Estado. No debe ser fácil ver cómo la ultraderecha a la que han alimentado ha terminado por engullirles en Cataluña, y por determinar sus gobiernos autonómicos. Y el camino de retorno de los ‘populares’ al centro político no parece ni sencillo ni inminente cuando comprobamos que la reacción de Pablo Casado a su derrota en Cataluña es el anuncio de la venta de su sede nacional. Aznar quiso sacar a España de la crisis económica con la burbuja del ladrillo y Casado quiere sacar al PP de su crisis identitaria con una operación inmobiliaria. Hay cosas que no cambian.

Sí que han cambiado, y mucho, las cosas para Ciudadanos. Aquellos que llegaron a la política para regenerarla -y huyeron cuando pudieron hacerlo-, los ‘centristas’ que estuvieron cerca de dar el sorpasso al PP se han desvanecido en su periplo hacia la radicalidad: perdieron 2,5 millones de votos en las elecciones generales y han perdido cerca de un millón de votos y 30 diputados en las autonómicas del 14F.

Y si cainita ha sido la carrera electoral de las derechas, no menos feroz ha sido la pugna de las formaciones independentistas por demostrar quién tiene más galones separatistas. En su carrera por liderar el ‘todos contra Illa’ han mostrado que su política, lejos de buscar soluciones sigue anclada en los vetos y las trincheras, en el bloqueo hacia cualquier acuerdo que suponga el avance social y económico de Cataluña. Porque eso es lo que representa Salvador Illa, un proyecto de reconstrucción económica y social, de diálogo.

Ese es el proyecto que ganó las elecciones catalanas: un proyecto socialista, de izquierdas, con la protección de la salud como prioridad, centrado en reactivar la economía y en garantizar que nadie se quede atrás en esta crisis. Es el proyecto socialista que han vetado opciones como ERC. Y en esa política de vetos tendrá un encaje complicado que la Comunitat pueda encontrar en la Generalitat Catalana un interlocutor válido -mucho menos un aliado real- si quien finalmente gobierna no reconoce como opción política válida la dirección del Consell. Tendrá un encaje complicado lograr puntos de encuentro con quienes tienes la ruptura y el veto como prioridad.

La victoria del PSC ha sido una buena noticia para el socialismo, el reflejo del buen momento de la ‘marca PSOE’ consecuencia de la renovación impulsada por Pedro Sánchez en el 39 Congreso Federal. La definición de un proyecto netamente social y de izquierdas por el que apostamos los militantes nos ha permitido afrontar con una clara definición ideológica y una buena posición política las últimas citas electorales. También ha ocurrido en Cataluña, donde ganó el ‘efecto Illa’ y ganó el ‘efecto Sánchez’, donde ganó la izquierda que construimos desde las bases en el pasado congreso.

Ganó Illa, y ganó también Iceta. También el hoy Ministro de Política Territorial nos ha dado una lección importante a las socialistas y los socialistas, a quienes en algún momento ocupamos cargos de responsabilidad. Y me ha hecho recordar algo que me dijo hace años un buen amigo: en política tan importante es saber estar como saber irse. Miquel Iceta no se ha ido, pero ha hecho algo tan difícil como importante para el PSC: dar paso en beneficio del proyecto colectivo y de la sociedad. No es solo un gesto de generosidad, es una actitud de responsabilidad hacia su partido. Y la tan temida ‘bicefalia’ ha dado muy buenos resultados. La determinación de Iceta al anteponer el interés de su formación al propio ha sido una de las grandes lecciones que nos ha dado el PSC a todas las socialistas y los socialistas: dar un pequeño paso atrás puede permitir dar un importante salto hacia adelante a todo un partido y reforzar la presencia institucional.

Ganó el PSC, Illa y Sánchez. Ganó el socialismo. La renovación del PSOE nos ha permitido mejorar resultados electorales y configurar gobiernos para mejorar la vida de la gente. En el 39 Congreso fuimos capaces de mirar al futuro y ahora lo construimos desde el gobierno del Estado, autonomías y ayuntamientos. Los socialistas seguimos mejorando el presente y futuro de nuestra sociedad mientras la derecha diseña un plan de fuga de su pasado ‘en negro’. Que sigan huyendo, que nosotras y nosotros seguiremos construyendo una España próspera, sostenible y en la que nadie quede atrás.

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