CASTELLÓ. El debate político en el Acord del Fadrell pone en solfa que el Ayuntamiento de Castelló tenga los presupuestos de 2021 antes de acabar el año. La negociación entre el PSPV, Compromís y Podem-EUPV sufre una ralentización por las discrepancias internas. Ese frenazo no solo responde a los desiguales enfoques a la hora de establecer las prioridades, sino que también obedece al árido procedimiento para llegar a puntos de entendimiento.
Más allá de que se parta de una oferta emanada del grupo socialista, como así se insiste desde la confluencia tras la denuncia pública del viernes pasado, el hecho de que las tres delegaciones carezcan de la misma autonomía supone un inconveniente, según fuentes del equipo de gobierno. Frente a la mayor potestad para decidir de los representantes de los socios minoritarios, los negociadores del preeminente deben consultar previamente y a posteriori cada movimiento antes de trasladar su aprobación, apuntan las mismas fuentes. Y eso complica los tiempos.
Sin avances significativos en las últimas semanas y a pesar de la manifiesta voluntad del portavoz del gobierno, José Luis López (PSPV), de buscar el "máximo consenso posible", la realidad es que el tira y afloja se puede alargar más de lo previsto, aunque no sería la primera vez. En 2019, casi por estas fechas, la primera crisis del tripartito precipitó la ruptura de las conversaciones. La desconexión de los integrantes del Fadrell durante un mes condicionó el encaje de bolillos, que hubo que reorientar poco después a consecuencia de la crisis derivada por el coronavirus.
Desde el PSPV se asegura que la Concejalía de Hacienda, bajo la dirección de David Donate, está encajando la demanda de gastos de todas las áreas "con arreglo a los ingresos previstos, teniendo en cuenta el contexto actual de caída de la actividad económica". Así, vaticina que en breve la propuesta se pondrá a disposición de los grupos municipales para que la analicen. "Lo más importante es que Castelló cuente con unos presupuestos que permitan hacer frente a la situación actual de emergencia sanitaria, social y económica, de manera que el ayuntamiento sea motor de recuperación", subrayan.
Ante esta posición, en Podem-EUPV se reafirman en que la situación sigue igual de atascada que días atrás, cuando su portavoz, Fernando Navarro, advirtió de la imposibilidad de desarrollar unas cuentas basadas en la pluralidad, lo que "pensamos que de alguna forma puede provocar que en esa propuesta el resto de los tres firmantes del Fadrell no nos encontremos cómodos", señaló entonces.
En este contexto, Compromís pide mayor cohesión para desbloquear el actual marasmo. "Si no activamos inmediatamente la mesa de negociación, iremos muy justos de tiempos para su aprobación y ahora mismo la negociación está en stand by. No podemos permitir que se repitan los retrasos que sufrimos el año pasado", previenen.
Desde la coalición valencianista se recalca que "es la hora de la política con mayúsculas. Un presupuesto es la acción más importante de un gobierno, porque define las políticas que van a realizarse durante todo un año. Consideramos que hay que activar urgentemente el diálogo, para hablar de qué políticas son prioritarias para el gobierno y cómo haremos frente a la pandemia", sentencian.
Las distintas sensibilidades evidencian una disasociación que pone en duda la hoja de ruta marcada con vistas a cerrar las cuentas municipales dentro de 2020. Las correspondientes al actual cursos no entraron en vigor hasta agosto después de pasar el filtro del pleno en julio.