'Adiós Arturo'

Entre purpurina y jolgorios, La Cubana hace de los funerales una comedia teatral 

En el nuevo espectáculo de la compañía sus interpretes enseñan a cómo despedirse de un ser querido sin seguir el 'protocolo' religioso

23/10/2018 - 

VALÈNCIA. La compañía teatral La Cubana salió por primera vez de Barcelona el pasado mes de mayo para estrenar su nuevo espectáculo Adiós Arturo en el Teatro Olympia de València y ahora, con su gira todavía en pie, aterriza en el Principal de Castellón para ofrecer un vertiginoso show que hará sonar la ciudad del 26 al 28 de octubre. Siguiendo su tradicional apuesta por el "teatro cotidiano", esta vez presentan una comedia que pasa de puntillas sobre la muerte y los rituales religiosos para reconvertirlos en un festejo entre familiares y amigos. "Creemos que aunque sea un tema triste y luctuoso, los funerales tienen mucho de teatral. Además, conforme lo plantemos puede llegar a ser muy divertido, ya que contamos de una manera loca la parafernalia que se crea a partir de la defunción", explica su director Jordi Millán.  

Así, entre purpurinas y jolgorios, La Cubana consigue trazar una historia de una hora y media que se distancia por completo de cualquier recuerdo personal. "Cuando las cosas empiezan bien, han de terminar bien", ese es el lema y nada más importa. Su objetivo -persisten- poner al descubierto la "hipocresia" que adoptan las personas para utilizar "los mismos conceptos y frases hechas" calcadas desde "los tiempos de Mariacastaña". 

Arturo Cirera Mompou, nacido en Valencia en el año 1917, fallece a los 101 años tras una vida de logros que le han convertido en una de las figuras más importantes de las culturas del país. Ha sido pintor, escultor, escritor, coleccionista de arte, poeta y dramaturgo, por eso teme que su entierro y funeral se tiñan de un apabullante color negro. Arturo ha odiado desde siempre "los parabienes", los rendez-vous y todo lo relacionado con el teatro social. Después de asistir a gran cantidad de homenajes póstumos, llega a la conclusión de que no quiere para él, lo que veía que hacían a los otros. Es por eso que al cumplir los setenta años se animó a redactar sus últimas voluntades con el propósito de que llegado "el momento", sus seres queridos se saltasen el guion estipulado. Ni luto, ni llantos ni frases hechas de condolencia. Prefería una fiesta con las personas que había compartido su vida, quienes repasarían su legado. 

Esa es de hecho la clave de la obra, como sus familiares y amigos sacan a la luz el doble guion que todos utilizamos en nuestra vida; "el que queremos que la gente conozca y el que guardamos para nuestra más estricta intimidad". La representación se plantea, con ello, desde un modelo totalmente inverso que empieza por el nudo y la conclusión para, por último, hablar del principio. 

Pero no todo es cosa de individuos, el personaje principal no es otro que Ernesto, un loro que ha pasado nada menos que cuarenta años con Arturo, entre viajes y eventos, y que no podía perderse este canto a la vida. Así mismo, la función se completa a través de un elenco formado por Jaume Baucis, Xavi Tena, Toni Torres, Nuria Benet, Álex González, Babeth Ripoll, Montse Amat, Toni Sans, Edu Ferrés y Virginia Melgar. 


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