se celebraría en otoño 

Exbarones del PPCS empujan hacia la renovación y plantean otra 'cena de los malditos' en Castellón

13/08/2019 - 

CASTELLÓ. La actividad de los exdirigentes del Partido Popular en la Comunitat Valenciana, más allá de menguar en agosto, aumenta conforme transcurren los días. En comidas improvisadas, conversaciones telefónicas o cruces de mensajes por WhatsApp, el debate sobre el futuro siempre termina con la misma conclusión: resulta imperativo promover una renovación interna. Esos aires de cambio, que comparten algunos de los actuales barones de puertas hacia dentro, soplan tanto en Alicante como en València y Castelló.  

La denominada cena de los malditos, celebrada en el restaurante La Ferradura en La Patacona el 19 de julio, puso de manifiesto que la vieja guardia está decidida a tutelar esa regeneración. O, al menos, a aportar su experiencia como trampolín para impeler la reestructuración del partido. No solo se considera preeminente renovar el organigrama autonómico. La transformación, siempre siguiendo los dictados de Génova, debe culminar con los Congresos Provinciales para elegir nuevos comités ejecutivos y juntas directivas.

En este escenario, los exlíderes del PP en Castelló aspiran a jugar un papel estelar. Es cierto que inicialmente la consigna era ceder el protagonismo a otros antiguos referentes valencianos, como Francisco Camps. Sin embargo, la respuesta de los castellonenses a la convocatoria de La Ferradura, con Carlos Fabra como principal exponente, mostró el afán de la delegación provincial por participar activamente en el proceso de mutación desde la reflexión. La presencia de exparlamentarios nacionales y autonómicos, como Fernando Villalonga, Carlos Murria, Miguel Ángel Mulet o Marisol Linares, así como de exconsellers y exdiputados provinciales (Fernando Castelló, en el primer caso, y Vicente Aparici o Ramón Tomás Céspedes, en el segundo), no fue una casualidad.

También marcado por las elecciones

Tampoco lo es que ahora esos mismos exdirigentes estén planteando repetir la cena de los malditos, pero eligiendo la provincia de Castelló como nuevo marco de encuentro y análisis. Aunque no existe una fecha cerrada, sí que se ha puesto encima de la mesa septiembre y octubre como posibles meses para celebrar una segunda reunión. En gran medida dependerá de la convocatoria de elecciones generales. Si tras el verano finalmente se constituye un nuevo gobierno de España, la velada se celebrará muy posiblemente en otoño. 

La presteza de la cumbre tendrá su razón de ser en el más que posible adelanto del Congreso del PPCV. La dirección nacional, completamente centrada en extender la regeneración promulgada por Pablo Casado, elevará su presión sobre aquellos territorios donde carece de un verdadero control por la ausencia de afines en los órganos de dirección autonómico y provincial, como ocurre en la Comunitat Valenciana y Castellón.

Además, tampoco hay que olvidar los malos resultados en los comicios del 28A y 26M. Isabel Bonig y Miguel Barrachina quedaron tocados, especialmente el presidente del PPCS tras perder la derecha el control de la Diputación Provincial. La reacción de Casado por el fracaso en las urnas no se hizo esperar y hace escasas semanas resolvió prescindir del segorbino como secretario ejecutivo nacional. La decisión no cogió por sorpresa a nadie y auguró un otoño caliente si al final el proceso de renovación se precipita a partir de septiembre.

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