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circuito bucles, goa o la zowi, entre sus trabajos

Francesc Planes: la normalidad en la extrañeza, la extrañeza de la normalidad

El fotógrafo valenciano reivindica sus nuevos trabajos tras escapar de las redes sociales

13/11/2019 - 

VALÈNCIA. La mirada de Francesc Planes es la aquel que no teme la diferencia. Una decisión, que en tiempos de una estética que parece plural pero que en realidad es unificante, resulta muy valiente. Las vallas publicitarias ya no están tan plagadas de modelos bulímicas ni de cowboys cuya única aspiración es fumar tranquilamente. Los valores estéticos han cambiado mucho, y a la vez, poquísimo. Pero el mejor remedio sigue siendo la imagen. “Yo buscaba a gente que impactara, que no fuera normativa. Normalmente, cuando ves a una persona que -por ejemplo- le falta un ojo- sueles apartar la mirada. Yo quiero acercar la cámara lo máximo posible”, cuenta.

Su mirada es excéntrica y construida (o constructiva). Por una parte, explota la idea de fotografía documental, en la que cuestiona o ensalza elementos folclóricos como la tauromaquia o los trajes regionales. Por otra parte, fabrica escenas a partir de elementos con el objetivo de crear una imagen impactante. Por su objetivo han pasado enfermos mentales, ancianos, personas con deformidades físicas, y también grandes estrellas del trap como Rosalía (sus retratos se publicaron en Teen Vogue), Yung Beef o Goa. La última en hacerlo ha sido La Zowi, en una sesión de fotos en Benidorm, otra de sus filias, al más puro estilo Martin Parr. Ha sido también el artífice de las fotos del pilotari Genovés para el monográfico que le dedicó la revista Ferida o el cartel de la pasada edición del Circuito Bucles. Y en todas estas imagen, algo que las cose: “Busco provocar una idea, que el impacto visual haga pensar en que las personas que retrato tienen una historia detrás en la que pensar”, explica el fotógrafo.

La Tomatina. Foto: FRANCESC PLANES

En el terreno de lo documental, su mirada busca destacar aquello que va más allá de la brocha gorda de las opiniones, sin contrariarlas. El mejor ejemplo es la serie que está preparando sobre la tauromaquia, que combina fotografías sangrientas desde el ruedo o del público exhibiendo orejas cortadas con posados de toreros en lugares artificiales.

A lo largo de sus años de producción, Planes se ha acabado enmendando a sí mismo. Ya no le sirven de tanto los retratos que hacía en los backstage de los grandes nombres de la música urbana comprando Rolex, quiere contar historias que trasciendan solo con su propio lenguaje. Sus fotos buscan ser más personales y construir, poco a poco, un universo estético que ya empieza a ser reconocible.

El monstruo de las redes sociales

Francesc Planes no esperaba que su trabajo Normal pudiera llegar tan lejos. Un medio de comunicación se interesó por él, luego otro, luego una revista... Llegaría a El País, Dazed o i-D. De repente, un freelance encargado de hacer virales le pidió hablar de sus trabajo y sus fotos acabaron apareciendo en medios de todo el mundo bajo titulares clickbait. Mientras, Planes encontró en Instagram su mejor escaparate: su cuenta era seguida por miles de personas y le abría puertas. “Acabé haciendo fotos solo para alimentar la cuenta y me importaban mucho los likes y que a la gente le gustara siempre lo que colgaba. Luego me di cuenta de que estaba haciendo fotos que no quería”, comenta.

Así, un día decidió desintoxicarse y desapareció. Eso ha significado menos exposición, menos promoción, menos viralidad, y por tanto, menos encargos. Ahora quiere volver con otra perspectiva: “No quiero que mi trabajo sea Instagram, sino que Instagram sea escaparate de mi trabajo”. La reflexión se traslada a la dependencia de los artista post-millenial a las redes sociales. Hace unos días, la Cadena Ser publicaba un reportaje en el que preguntaba a algunos de los ilustradores más reconocidos de la escena nacional si su escena era una burbuja; estos denunciaban que la popularidad del soporte ha precarizado su trabajo y ha convertido sus obras en productos de consumo rápido.

La Zowi. Foto: FRANCESC PLANES

A Francesc Planes, las redes sociales le dieron todo, y a la vez, absorbieron su impulso creativo. Algo a lo que ha aprendido ahora a renunciar: “quiero hacer algo más honesto y crear contenido que tenga más valor en el futuro”. 

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