Uno en The Blink Project; otra en galería Vangar. Hablamos con ambos artistas, que se estrenan este año en Abierto València, sobre arte, mercado y aquello que une a la generación del 20
VALÈNCIA. Las galerías de arte contemporáneo están a pocas horas de abrir sus puertas, una inauguración general que este año es, por motivos obvios, especial. Es el momento de tomar el pulso al sector del arte y, en consecuencia, a una nueva hornada de artistas que se han convertido en los protagonistas inesperados de la edición de 2020. No son pocas las salas que abren con propuestas de 'nuevos talentos', una etiqueta que, en realidad, les viene pequeña. Tal es el caso de Vangar, que apuesta todo a Maria Marchirant (Xàtiva, 1993) con La banyera russa, su primer proyecto individual. En él plantea un sugerente recorrido por los espacios vinculados al mar y cómo son habitados, unos lugares 'domesticados' por los humanos para su disfrute. Por su parte, Ovidi Benet (Denia, 1990) proyecta su primera muestra en The Blink Project bajo el lema Hipersuperficie, una hiperbolización de la estética neoliberal en la que las luces neón esconden una crítica mordaz a la sociedad de hoy en día. Desde Culturplaza les proponemos un juego a pocos de días de estrenarse en este atípico Abierto València, una conversación a dos voces sobre arte, mercado y aquello que une a la generación del 20.
Punto de partida.
-Ovidi Benet: Empecé [a trabajar en Hipersuperficie] sin saberlo. Este era un proyecto que no sabía cómo ni dónde iba a terminar. Mi galerista, María Tinoco, me propuso hace pocos meses participar en Abierto Valencia y, obviamente, dije que sí. Es una plataforma muy importante para artistas como nosotros que, aunque llevamos tiempo empezando, estamos en la cúspide de nuestra juventud artística.
-María Marchirant: Trabajo con Vangar prácticamente desde que abrieron así que tenía presente que en algún momento llegaría la individual. ¿El punto de partida de La banyera russa? No sé si existe como tal. En mi caso enlazo todos mis proyectos, todos parten de una misma línea conceptual. Cuando pintas las cosas se enlazan, se mantiene la esencia y yo misma no he querido perder esa línea, aunque es cierto que exponer en una galería tiene unas connotaciones distintas a exponer en otro tipo de espacio, sobre todo porque es un espacio comercial y no hay que olvidarlo.
-Ovidi Benet: Los trabajos son continuistas porque, al final, no pierdes esa esencia, tu manera de hacer las cosas, incluso aunque sea en un espacio comercial. Al final va evolucionando tu obra de tal manera que ese camino no tiene un fin.
-Maria Marchirant: Es una carrera de fondo.
-¿Cuándo se acaba de empezar?
-Maria Marchirant: Nunca [ríe].
-Ovidi Bent: ¿Generarlo? No tanto. ¿Amoldarlo? Más.
-Maria Marchirant: Hay que tenerlo en cuenta, pero nosotros al final no somos los galeristas. Afortunadamente tengo la libertad de hacer lo que he considerado y lo que pensaba que era más adecuado. Es verdad que, quizá, generas una autoconciencia, sabes que esto va destinado a un espacio que tiene sus características, pero desde el punto de vista del artista trabajamos con mucha libertad.
-Ovidi Benet: Sin duda, hacemos lo que queremos. Cuando concebimos las piezas no pensamos en el final. Sabemos que se va a exponer pero nunca nos coarta la libertad durante la producción. Piensas en otras cosas, en lo que quieres expresar, en lo que quieres experimentar.
-Ovidi Benet: El arte, per se, es un desencanto ante lo establecido, ante los convencionalismos. En mi caso se presenta con una crítica al objeto, a esa industria que nos hace iguales como individuos. A nivel generacional, y es algo que me tomo muy a pecho, venimos de varias crisis. No nos lo han puesto fácil. Es un desencanto que convertimos en objetos.
-Maria Marchirant: Ese desencanto también viene de la precariedad. La profesión del artista es una profesión que no está valorada ni social ni económicamente. Se sustenta más en la voluntad de la persona que lo quiere llevar adelante que en las estructuras prediseñadas para esto. Esto se evidencia no solo en las piezas sino también en nuestra manera de afrontar la práctica artística. Siempre piensas: ¿qué puedo hacer con los recursos que tengo?¿Qué haría si tuviera más? Esto también agudiza el ingenio.
-Ovidi Benet: Sin duda. Yo mismo empecé en un garaje, haciendo piezas con recursos que recogía aquí y allá. Es una cosa generacional, venimos todos de lo mismo.
-Esas estructuras, ¿en qué deben cambiar?
-Ovidi Benet: Somos el último eslabón en esta cadena.
-Maria Marchirant: Totalmente.
-Ovidi Benet: [Se debería] contar más con las nuevas generaciones. No hemos estado silenciados, pero es importante que participemos, dar voz a artistas jóvenes.
-Maria Marchirant: Hay una cosa que creo que se está recuperando: el apoyo entre artistas. Hay una sensación de comunidad que nace de compartir estudio y que se puede traducir en hacer exposiciones independientes, autogestionadas, etc. Esta es una característica clave de nuestra generación, algo que mantener. Hay que hacer piña porque el panorama no es alentador.
-Ovidi Benet: Estamos en un momento en el que es importante que la trayectoria de los creadores se unan, generando propuestas divertidas, interesantes.
-Maria Marchirant: Quizá la ironía también puede ser una característica de nuestra generación, hay un punto un poco ácido.
-Ovidi Benet: A veces de manera sutil, pero sí es cierto que en nuestra generación hay ironía en todo lo que hacemos. Sea pintura, literatura o música.
-Maria Marchirant: En mi caso, lo más evidente de la exposición es el título y lo que surge de él, pero es cierto que a partir de ese trabajo sobre la domesticación del paisaje yo miro de reojo a todo lo que pasa. En la sala puedes encontrar residuos de lo que lanzamos a la playa, también se conecta con este verano en el que hemos valorado tanto la libertad de estar en contacto con el exterior. No es un punto de admiración, es un punto de historicismo.
-Ovidi Benet: Yo siempre me he fijado en referentes que han sido rupturistas. Mi propuesta es una crítica a esa estética neoliberal excesiva, de materiales brillantes, vidrios y neones. He traducido muchos de los conceptos que hay en la naturaleza, como por ejemplo el komorebi, esa luz que pasa a través de los árboles, algo que está implícito en las piezas. Es necesario reclamar esa verdad, sinceridad, ante la falta de naturaleza.
-Maria Marchirant: Creo que una de nuestras conexiones es ese afán por mostrar la vulnerabilidad, aunque de maneras distintas.
-Ovidi Benet: Con una u otra estética, está ese punto de sinceridad y verdad, que es lo que reclamamos como generación.
-Ovidi Benet: Soy bastante investigador en ese sentido, me intereso más por el arte que no está establecido. Me inspira. Sea música, electrónica, de las escena valenciana, de fuera... todos aquellos creadores que estén trabajando en proyectos que no estén dentro de esos círculos [oficiales] Empaparse de todo eso que está ocurriendo me parece muy interesante. También tengo referentes japoneses que son más de objeto, como Shiro Kuramata, o de la cultura popular, como Blade Runner, este mundo de los 80 o los 90.
-Maria Marchirant: Yo soy muy clásica [ríe] Me gusta mucho la literatura, especialmente la literatura catalana. Están surgiendo autoras que es un placer leerlas, como Irene Solà o Alicia Kopf, personas muy interesantes y con mucho que decir.
-Ovidi Benet: Sobre todo, que yo esté satisfecho con mi propuesta. Llevo dos años trabajando en ella. El cúmulo de este trabajo ha pasado a ser este proyecto en Abierto València. Lo primero es que las piezas sean un éxito para mí y, obviamente, que luego guste en la ciudad, que aporte a la industria del arte y el diseño, que son las líneas en las que se mueve mi trabajo.
-Maria Marchirant: Valoro mucho la oportunidad. Es un momento en el que las galerías se abren mucho. A lo largo del año se hacen muchos esfuerzos, pero es cierto que Abierto València tiene una repercusión en el público más fuerte que en otro momento. Esto es todo un éxito.