estreno pendiente de la 'nueva normalidad'

'Heads will roll', el proyecto de Pablo Riquelme con Tony Todd para Paramount Pictures

25/05/2020 - 

ALICANTE. De verdad, no lo puedo evitar. el cine de terror es mi género favorito y cuando veo a gente joven con talento sobresaliente realizar filmes sorprendentes, que son homenajes y puro amor al género, siento un calambre que me sube por la espalda. Cuando vi Ciencia ficción (2014) me quedé noqueado, no solo por la trama sino porque su director, el alicantino Pablo Riquelme, era muy joven. Delante de mis ojos tenía un cortometraje divertido y deudor del mejor cine de terror con monigotes. Riquelme, que ahora vive en Estado Unidos, ha seguido desarrollando su carrera en el cine, siempre con más de medio cuerpo en el lado del cine de género. Algo que se agradece.

Como esto va de cine, retrocedamos en el tiempo. La noche de Norman (2007) fue el primer corto que Riquelme movió por festivales, desde su Orihuela natal. “Después de rodar muchos, muchos cortos con mis hermanos (ellos con tan solo seis años se convirtieron en mis actores principales), decidí que era hora de dar un salto y probar con festivales”, comenta el relizador. “Hasta ese momento todo lo que rodé se estrenaba en mi círculo privado: familia y amigos. Pero llega un momento en el que sientes que estás preparado para algo más grande, así que escribí La noche de Norman, probé suerte, y calló la selección. Cinema Jove de València se convirtió así en mi comienzo dentro de la industria española”, recuerda. 

Es verdad que eventos como Cinema Jove son necesarios, ya que potenciar el talento joven es vital para que permanezca la industria. Muchos directores dieron sus primeros pasos en dicho festival. Sin ir más lejos, Santiago Segura. “Recuerdo con mucho cariño mi paso por ese festival. Primero como actor en La noche del monje y años después como director. Allí tuve la suerte de conocer a grandes personas que me ayudaron mucho en mi carrera, como por ejemplo Rafa Maluenda, presidente del festival por aquel entonces”, rememora Riquelme.

Sin embargo, antes de escribir o dirigir una película tiene que llegar el gusanillo del séptimo arte, ese que te atrapa en una galaxia muy muy lejana o con unos niños volando en bici.  “Mis padres fueron los que me llevaron al cine por primera vez para ver El rey león. Yo sólo tenía cinco años. Así que es imposible no culparles”, dice. Todos comenzamos con alguna película infantil, hasta que vamos definiendo nuestros intereses. “Después me obsesioné con la película Tiburón, que siempre veía en la televisión. Mi padre siempre trataba de grabarla para mí cuando la pasaban en la tele pública, pero tras varios intentos fallidos (siempre la cogíamos a mitad), acabó comprándome el VHS. Tuve todo el apoyo que se puede esperar de unos padres”, apunta el oriolano. 

Es de suma importancia ese amor por el cine por parte de los padres en la carrera de muchos cineastas. “Ellos me dejaron ser quien yo quería ser. Confiaron en mí y al final fueron ellos los que me animaron a seguir mi camino como cineasta y no desviarme de mi sueño. De hecho, mi familia entera se hizo participe de mi carrera. Desde mis padres, a mis abuelos, pasando por primos, tíos, hermanos y amigos. Me acompañaron a festivales de cine, participaban en mis rodajes, actuaban, hacían los bocadillos cuando era necesario, me guiaban para tomar buenas decisiones…”. 

Un cortometraje de Pablo Riquelme ha dado, literalmente, la vuelta al mundo: Dead flowers (2016) ha recorrido festivales y se ha plantado en Amazon Prime. Algo que ha conseguido por un guión inquietante y una dirección muy acertada. “Siempre he intentado que cada proyecto en el que decido trabajar tenga algún elemento nuevo para mí. En el caso de Dead flowers fue rodar en inglés. Yo estaba a punto de mudarme a California (Los Angeles) y aún no había rodado nada en inglés. Los ilicitanos Stephen R. Scott y Víctor Mondéjar, quienes habían sido compañeros míos de clase en Ciudad de la Luz, me llamaron un día y me dijeron si me interesaría dirigirla”. De repente, el proyecto creció. “Después tuvimos la inmensa suerte de poder contar con el prestigioso actor de Los Angeles Anthony Nikolchev, quien posteriormente fue multi premiado por su labor como actor en este trabajo.  El recorrido por festivales de Dead flowers fue increíble. Multitud de premios en todo el mundo, desde Alicante hasta la India, pasando por Hollywood. Sin duda, un sueño hecho realidad que ha visto su culminación en la adquisición por parte de Amazon para el catálogo internacional de Amazon Prime”, sentencia. 

Paremos la máquina del tiempo y quedemos en el presente o quizás hasta en el futuro. Su nuevo trabajo, Heads will roll se iba a estrenar en España, pero llegó el coronavirus y trastocó los planes. “El plan era estrenarlo en mi tierra, Alicante y Orihuela. A la par que el estreno internacional de la nueva Candyman. Aprovechar el tirón de Tony Todd y, de ahí, pasar al resto del circuito nacional”, dice. Una pena, porque la catarata de festivales de cine, y de toda índole, se han parado o se han pospuesto con fecha fluctuante. “No es seguro ahora mismo para mí cruzar el charco todavía. Ni para Tony. El virus ha paralizado muchos festivales y cerrado aeropuertos. Ahora mismo estamos en un 'a ver lo qué pasa'. Retomaremos contacto con festivales pronto, en cuanto sepamos cuál es la política de vuelta a la normalidad del país (hablo tanto de USA como de España)”, confirma.

Tony Todd, que encarnaba al malísimo Candyman, uno de los 'monstruos' más reconocidos, es el protagonista del filme, una auténtica estrella en el género. “Desarrollé una lista de diez actores a los que quería para el papel. Él siempre fue mi primera opción”, explica Riquelme. “Tuve la inmensa suerte de contar con Joseph Middleton, director de casting de Paramount Pictures, para Heads will roll. Paramount siguió mis directrices y se puso en contacto con Tony. Una mañana cualquiera sonó mi teléfono: era Tony Todd”, y ahí debió pararse el tiempo para Riquelme, fan del cine de terror. “Me dijo que le había encantado el guion y que contara con él. Para mí fue otro sueño hecho realidad. Tras haberlo visto en mi infancia en la saga Destino final contando al espectador el 'plan de la muerte' para castigar a los protagonistas, se me ocurrió que sería muy divertido contar con él para que esta vez contara en mi película el 'plan del amor' para castigar a los protagonistas”, revela. 

Con un bagaje tan amplio, premios y talento, Riquelme está ya trabajando en varios proyectos de cine. “Recientemente firmé un guión para el productor Cleve Jones (Milk) y el director Gus Van Sant (El indomable Will Hunting, Elephant), quien supervisó el proyecto desde el principio. Esto ha hecho que de repente el teléfono no deje de sonar”, comenta el director. “Acabo de firmar con dos grandes estudios para dos largometrajes, tengo un tercero en desarrollo y estoy también preparando una serie de televisión para España y la República Dominicana. Como se suele decir, no puedo quejarme. Alicante se verá reflejada en esa serie de televisión. Hasta aquí puedo leer. No puedo dar demasiados detalles de estos proyectos todavía, pero estoy seguro de que irán saliendo del horno poco a poco”, remata.

El coronavirus ha ocupado las portadas de los diarios. Por desgracia, las salas de cine han tenido que cerrar durante la pandemia y los hábitos en el consumo de entretenimiento se ha modificado en esta crisis, pero sin duda saldremos de esto y el cine no acompañará como siempre. “Puesto que los rodajes de cine están siendo pospuestos, la actividad de negociaciones y pre-producciones se ha hecho mayor. Dedico mis días a escribir, y a llamadas de teléfono y mails. Estar ocupado ayuda a llevar de mejor manera lo mucho que echo de menos a mi familia. Estar ocupado y también la tecnología. ¡Se hace duro echar de menos a mi gente en una situación como la de la Covid-19, pero lo arreglo escribiendo ficción… como siempre!”, comenta Riquelme. ¡Qué haríamos sin la imaginación!

El mercado español parece estar creciendo mucho. “En España, las series de televisión es lo que vende ahora. Es contenido internacional. Nunca antes hablar español en la pantalla había sido tan rentable y tan sexy. El mercado internacional quiere escuchar nuestra lengua, pagar por ella, y ahora, por fin, no les importa leer subtítulos. Pero insisto, en series de televisión”.

 

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