MAR ABIERTO / OPINIÓN

Hágase la luz... pero bajen el precio

2/02/2021 - 

Si hay un tema enigmático para el ciudadano, es cómo se calcula lo que pagamos en el recibo de la luz. No en vano se dice que si nos han descrito cómo funciona y lo entendemos... es que no nos lo han explicado bien,

La realidad es que en enero hemos sufrido una escalada realmente ‘histórica’: de un 27-30%. Y eso ha permitido constatar, en primer lugar y de forma muy flagrante, la demagogia de quienes integran el Gobierno de España, PSOE con Podemos, y en la Comunidad Valenciana también Compromís. Que exigen sin dar respiro cuando están en la oposición, y no hacen lo que reclamaban cuando tienen la posibilidad, y  responsabilidad, de gobernar.

Hemos visto como Pedro Sánchez, cuando no era Presidente, calificaba aumentos del 4.6%, 8% y 11% como “fracaso del PP”, “alerta de más gente sufriendo pobreza energética”, “política que empobrece al país” y “golpe del Gobierno a las familias”. Si todo eso era con aquellos porcentajes, cómo habrá que llamar a su ‘tarifazo’ disparado al  30%.

También Pablo Iglesias, antes de que el coche oficial centrifugara su discurso ‘anticasta’’, manifestaba que “disparar la factura de la luz en un día como hoy -enero 2017- solo demuestra la codicia de las eléctricas” y que “si el Gobierno lo consiente, será cómplice”. Será, pues, congruente que reconozca, su complicidad en el ‘chupinazo’ de este mes. Cuando además su programa electoral de 2019 prometía bajar el IVA al 10% en electricidad, calefacción y gas. Y hasta el ahora Ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuando no lo era, claro, sentenció, ante un aumento del 10%: “Ningún gobierno decente debería tolerarlo”.  Pero. como sus compañeros de Gobierno, ha quedado mudo ante la ‘indecencia’ de triplicar aquél incremento.       

¿Qué excusas dan ahora? Pues que serán solo unos euritos de más y que la causa está en el mercado mayorista. O sea, que cuando gobernaba el PP la culpa era de Rajoy,  mientras que ahora que gobiernan ellos, la luz sube sola.

Pero no es verdad. Porque del recibo de la luz, solo un tercio del coste corresponde a los precios del mercado mayorista. El restante 70% son Impuestos y Costes Regulatorios. Y ambos conceptos dependen de que el Gobierno, o sea PSOE y Podemos, decidan rebajar los primeros, e incluir en los Presupuestos Generales del Estado los segundos retirándolos de la factura del consumidor.

Dicen que no pueden reducir el IVA, porque Europa no nos deja. Pero mientras aqui está al 21%, Francia lo mantiene en el 5.5%, la vecina Portugal en el 6% o Italia en el 10%. Como pasó con el IVA de las mascarillas. Que no era verdad que la UE prohibía bajarlo, como se demostró en una bochornosa mañana en el Congreso de los Diputados, donde mutaron de argumentario de una hora a la siguiente, sin mover ni el músculo de la vergüenza. Eso sí, no bajaron el IVA de las más seguras, las FPP2, que siguen al 21%. ¿Y quien no pueda pagarlas para toda su familia? No hay respuesta de este gobierno que alardea progresista.

Lo mismo con el Impuesto sobre el Valor de la Producción de Energía Eléctrica, que tributa al 7% (y con doble imposición porque al mismo se aplica además el IVA), que el Gobierno socialpodemita podría bajar a tipo 0, pero no lo hace. Veremos qué votan a la Proposición de Ley que ha presentado el Grupo Popular en el Congreso. Porque supondría un ahorro en más de 1.500 millones de euros para el consumidor.

¿Y los costes regulatorios? Como las subvenciones a renovables (disparadas sin retorno recíproco durante el Gobierno socialista de Zapatero) que siguen en la factura, al carbón o  al déficit tarifario. Pues que está en la mano del Gobierno no grabar al consumidor final convirtiéndolas -como tantas otras ayudas- en partidas presupuestarias.

Mucho hablar de “escudo social”, pero la realidad son una luz y gas disparados, 300.000 ERTE sin pagar, un Ingreso Minímo Vital que sólo ha llegado al 6% de las solicitudes y colas del hambre cada vez más pobladas de familias que ya no alcanzan a fin de mes, mientras siguen subiendo impuestos y cotizaciones para quienes tienen sus comercios en cierre forzoso o con una reducción drástica de ingresos por la pandemia.

Así que, déjense de escudos-propaganda, y hágase la luz de la buena gestión. Pero bajen el precio. Que al fin y al cabo, es lo que reclamaban y prometieron. Se llama coherencia. 

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