entrevista a La candidata socialista PARA EL Parlamento Europeo

Inmaculada Rodríguez-Piñero: "De lo que se decide en Europa, nos va la vida"

22/05/2019 - 

VALÈNCIA. Aunque no quisiera, iba a ser una entrevista amable. Inmaculada Rodríguez-Piñero acudió en mi rescate una noche cerrada de Bruselas en la que me había olvidado en Valencia las llaves de mi apartamento. “¡Socorro Inma, me he quedado en la calle! ¿Tienes sitio para mí en tu casa?”. Gracias de nuevo. La eurodiputada socialista repite en la lista como candidata al Parlamento Europeo, tras una apretada legislatura en la que el comercio internacional ha sido una de sus prioridades. Una legislatura que ha estado señalada por el acuerdo de la naranja sudafricana, por el acuerdo de libre comercio con Canadá (CETA) y por el no-acuerdo del Tratado con Estados Unidos (TTIP), polémico por su inicial falta de transparencia desde la Comisión Europea y paralizado definitivamente por Donald Trump a su llegada a la Casa Blanca.

-Después de tres presidentes populares en el gobierno de la Unión, ¿hace falta una Europa social?

-Acabamos de celebrar unas lecciones y la ciudadanía ha dado un mensaje muy claro. Ha votado a la opción mayoritaria con contundencia, socialista, tanto en España como en la Comunitat Valenciana. Y los ciudadanos también quieren que haya un cambio de rumbo en Europa después de quince años de gobiernos de derechas. La opción socialdemócrata es la más clara y posible. 

-Pero populares y socialdemócratas han pactado el gobiernos de la Unión y se han repartido las carteras, pese a la presidencia popular…

-Europa es el arte del consenso y de aceptar los disensos. Si no se consensúa y no hay nadie que tenga una mayoría absoluta en el Parlamento, no se avanza. En el ámbito del Consejo -que representa a los Estados-, hay muchas decisiones que no requieren la unanimidad y la mayoría de derechas ha determinado una serie de políticas. Pero no se puede entender Europa sin consenso y, para cambiarla de rumbo, hace falta una mayoría socialista. Y tendremos que aceptar consensos con otros partidos políticos, porque eso es el arte de la Unión.

 

- No es el mejor momento, con todos los partidos populistas que vienen de países con un movimiento euroescéptico que se aleja del grupo socialista. 

-Por eso es tan importante una opción mayoritaria de un partido europeísta fuerte y que lleva en su esencia la construcción de la Unión Europea. Y que los ciudadanos den la confianza a un partido que pueda frenar a la extrema derecha. En España, lo ha hecho el partido socialista. Y en la Comunitat Valenciana, también. Y ahora falta que en Europa también lo consigamos, porque hay que frenarlo. No olvidemos que con la llegada masiva de partidos populistas y euroescépticos, su principal objetivo es acabar con la Unión que tanto ha costado construir. Europa necesita fortalecerse y necesita reformas para estar más cerca de la realidad de los ciudadanos, para que recuperen el orgullo de pertenencia. Y eso requiere un cambio de rumbo, y lo es con la socialdemocracia o no será. 

- Ha dicho que hay que acercar Europa a la realidad de los ciudadanos, ¿pero qué realidad de Europa acercamos a los ciudadanos, a los valencianos?

-Creo que hay un gran desconocimiento de Europa, pero en eso tenemos que implicarnos todos. Porque si no están implicados los gobiernos de los Estados miembros, si no están implicados todos los gobiernos autonómicos o los medios de comunicación, ¿cómo lo conseguimos? En esta Comunitat tenemos el referente de un presidente autonómico que es un gran europeísta y que ha estado desde el minuto uno en la Unión Europea. Primero, para romper con la imagen que tenían en las instituciones europeas de la Comunitat Valenciana, que tú conoces muy bien. Recordemos con el gobierno del PP, cuando se ocultaron las banderas, cuando se ocultaron las cifras del déficit, cuando se estaban violando todas las normas de la competencia… La imagen no podía ser peor y más cuando había un gobierno donde la corrupción estaba instalada y bien estructurada desde hacía tiempo. Yo lo que pido en cada campaña electoral es que no tardemos cinco años, que no se tarde cinco años en que Europa vuelva a estar en la agenda con interés. Porque lo que no se quiere, no se valora. Y lo que no se conoce, no se quiere.

-¿Qué es lo que ha hecho los últimos cinco años y qué va a hacer los próximos cinco? Porque desde su comisión de Tratados comerciales internacionales, ha tenido varios retos que nos han afectado negativamente a los valencianos… 

- Yo he tenido una doble función. Una, representar los intereses de los valencianos, especialmente en una unidad de acción para conseguir el corredor mediterráneo. Ha hecho falta que hubiera un gobierno socialista en la Comunitat y un gobierno socialista en el gobierno de España para defender una infraestructura que es vital para nosotros. Pero también me siento implicada en todo lo que ha sido acercar a colectivos valencianos que no fueron atendidos por el anterior gobierno popular y que con el gobierno del Botànic se han podido atender. Me refiero a las víctimas de metro de Valencia, que pudieron ser escuchadas allí, o el colectivo del Cabañal, que visitó el Parlamento. Finalmente, que toda la sociedad valenciana pueda aprovechar Europa. Me ha gustado trabajar en el comercio y los derechos humanos. Fui la ponente socialista de una nueva Directiva para impedir el tránsito por Europa de los instrumentos que infringen tortura o pena de muerte. En Estados Unidos han tenido verdaderos problemas porque no llegaban las inyecciones letales, con lo que hemos ayudado a que hubiera menos personas ejecutadas. 

 

-Si su trabajo es importante y va en defensa de los ciudadanos, si el trabajo del gobierno valenciano también se ha movido en acercar nuestros intereses a Europa, ¿por qué hemos tenido un acuerdo en el que los valencianos hemos resultado desfavorecidos, como en el Tratado del Sudáfrica? ¿Y por qué aquí nos quedamos descolgados del corredor mediterráneo que pasaba por Madrid? ¿Falta un lobby valenciano industrial y comercial para reivindicar sus derechos?

-Efectivamente, hacen falta lobbies. En la Unión Europea existe un registro de lobbies  perfectamente institucionalizado, hay transparencia y funciona así. Pero España en general no tiene cultura para organizar una estructura de lobby ante las instituciones europeas. Desde que me di cuenta de que era así, me he reunido con las organizaciones industriales y agrarias, para convencerles de la importancia de influir cuando se están tomando las decisiones. Porque si se hace después, entonces sólo puedes influir para gestionar las consecuencias. Y esto se ha puesto de manifiesto por la crisis que sufre el sector citrícola y con el acuerdo de Sudáfrica, ha habido una opacidad absoluta. Este acuerdo fue negociado por el gobierno de Mariano Rajoy. No tuvimos ninguna información ni de la Unión Europea. Y se hizo a espaldas del sector. 

- Eso también pasó con el TTIP con Estados Unidos. Se denunció la opacidad y falta de información incluso hacia el Parlamento Europeo. 

- Afortunadamente eso ha cambiado. Los grupos de izquierdas hemos estado muy unidos para exigir esa transparencia. Porque a los grupos de derechas les parecía que una negociación tienen que ser opaca. Y gracias a la unidad de la izquierda y a la ciudadanía, porque hubo una gran presión contra le TTIP, se han dado unos pasos importantes de transparencia. Hoy hay información en la página de la Comisión y tenemos capacidad de de reacción. Pero si no tienes un lobby que influye y si no tienes un país fuerte, es muy difícil cambiar las cosas. 

- ¿Qué capacidad de reacción para cambiar las cosas tiene un político valenciano a tres mil kilómetros de aquí, cuando los ciudadanos que le han votado no saben que le han votado, no saben que está allí ni saben por qué está allí? Y, sobre todo, tampoco saben que el gusanillo que tienen ahora en el árbol -xilella fastidiosa- ha llegado hasta aquí porque alguien en europa no ha hecho bien su trabajo y han dejado pasar por un puerto un contenedor contaminado… Es decir, ¿cómo se explica que, lo que se decide en Bruselas, afectará al bolsillo de todos los valencianos?

- Volvemos al punto de partida. Si no hay una implicación para trasladar todas las decisiones que se están tomando en Europa, y las propias organizaciones y colectivos afectados no están allí… Por eso yo hablo de una gran colaboración de las instituciones y de la ciudadanía y de los medios de comunicación. Porque, si no es así, es francamente difícil. Porque lo que se decide en Europa es muy importante y necesitamos influir. Como en el caso de la crisis de la naranja. En chino, el icono de crisis es oportunidad. Que esto nos sirva para que nunca más vuelva a ocurrir algo parecido. 

-Cuando va a un mitin, ¿qué les explica a los militantes? ¿Cuál es el eslogan para un votante, que no lo es sólo de su representante en su pueblo sino también de su represente en Bruselas?

-Lo primero que trato de explicar es por qué es importante ir a votar y ello me lleva a explicar por qué es importante Europa. Antes decíamos que, lo que no se conoce, no se valora. Me parece muy importante que los ciudadanos sean conscientes de que todos los retos a que tenemos que hacer frente y que nos afectan en la Comunitat Valenciana no los podremos hacer frente desde un país, sino desde la Unión Europea. Un ejemplo es la lucha contra el cambio climático. Les explico que es importante que este aire que estamos respirando sea limpio y lo tenemos que hacer desde Europa. Porque, de lo que se decide en Europa, nos va la vida. También en la lucha contra el terrorismo yihadista. Cuando hemos vivido los atentados tan brutales, te hace valorar mucho más que tengas esa seguridad. Esto a los jóvenes les hace reaccionar y decir “merece la pena”. 

-¿Y merece la pena la Unión Europea?

-Lo primero es darse cuenta de que Europa es el espacio más anhelado y valorado en el planeta como un ejemplo de éxito, de paz, de derechos y libertades, de seguridad y de prosperidad. Pero hay que mejorar. Y, sobre todo, respecto de las políticas que se han aplicado para paliar la crisis y que han sido muy responsables de la desafección de los ciudadanos respecto a Europa. Porque Europa tiene que ser mucho más social. Y para aplicar estas políticas sociales necesitamos el apoyo ciudadano, como cuando pedimos un seguro de desempleo europeo. Pasó en nuestro país, cuando desapareció el seguro de desempleo de los mayores de 52 años, con cargas familiares y con dificultades para encontrar empleo. Ha sido un gobierno socialista el que lo ha recuperado. Y se quitó porque no había nadie que se lo impidiera a Mariano Rajoy. 

 

- ¿No puede ser que esa desafección que tiene la gente respecto de Europa haya sido provocada por los mismos gobiernos estatales, por los Estados miembros? Normalmente, cuando alguna política es beneficiosa se ponen la medalla y, cuando es malo, culpan a Bruselas. Ocurrió con las soluciones a la crisis financiera…

-Es así. a nivel nacional, cada gobierno se aplica los éxitos y lo negativo es de Bruselas. Tenemos que conseguir trasladar que los éxitos de europa son de todos y que los fracasos son de todos. Porque al final los que toman las soluciones en el Consejo son los gobiernos de los Estados. Por ejemplo, nosotros venimos reivindicando una política social desde hace tiempo y no tenemos la mayoría en el Consejo, por lo que estas propuestas no han sido aprobadas, como la del seguro de desempleo europeo. Los ciudadanos, pues, deberían pensar cuando votan en sus Estados lo que están votando. Porque el Orbán populista se sienta en el Consejo porque sus ciudadanos húngaros le han votado. Y Orbán lo que representa es una forma de ir acabando con Europa, y no son las políticas sociales lo que le mueven.

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