AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

La Europa pusilánime

Ahora mismo estamos en el ojo del huracán, y de las decisiones que se tomen, las generaciones futuras las sufrirán o disfrutarán

17/04/2021 - 

La crisis pandémica sigue destapando nuestras vergüenzas o debilidades, si la Unión Europea salió tocada de la crisis financiera de 2008, en enero de 2020 perdió uno de sus miembros el Reino Unido con el Brexit, como una de las consecuencias de la millonaria (por el número de personas) crisis migratoria del 2015, ya veremos cómo queda, pues muchos son los motivos de preocupación, tras la acción de este virus de origen incierto pero cuyo resultado ha sido claro, dejar tambaleante a Occidente, cuando acabamos de conocer, por cierto, el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de la República Popular China en el primer Trimestre de 2021 a un histórico 18,3 %, enhorabuena Xi Jinping.

Y si me permiten la excusatío non petita declaratio manifiesta, soy un europeísta convencido, la UE es el proyecto de éxito de un modelo estratégico de Seguridad, pues gracias al proceso integrador, los europeos hemos disfrutado del mayor periodo de paz en el viejo continente que se recuerda desde la Pax Romana. El problema es como se ha ido construyendo tras el fin de la guerra Fría, desde aquel Tratado de Maastricht de febrero de 1992, hasta llegar a nuestros días y ver como la humilla el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en el cargo de la presidenta de la Comisión Europea Ursula van der Leyen, con la complicidad del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que actuó de forma débil y pusilánime, como ya comentamos, y que demuestra que la UE está enferma.

Porque si esta nueva arquitectura generaba dudas desde el principio, para los defensores de la Europa de los Estados, estas se pusieron de manifiesto claramente en la fracasada Constitución Europea, enterrada bajo los millones de votos europeos, depositados decisivamente en los referéndums de Francia y Países Bajos en 2005. Después el tropiezo de la Europa de las dos velocidades, la del Norte y la del Sur (llamada de los PIGS -cerdos en inglés- por Portugal, Italia, Grecia y España), y la crisis Financiera de 2008 cuyo fulminante o mecanismo iniciador fue la crisis hipotecaria de las Subprime en los USA, resultado de la especulación inmobiliaria potenciada por las decisiones desregulatorias previas del demócrata Bill Clinton (derogando la ley de 1933 de Glass-Steagall), y que por efecto de la economía global y sistémica nos alcanzó, provocando la dura intervención, por ejemplo de Grecia.

Ahora las estructuras y burócratas de la UE cómodamente instalados en Bruselas saben (y si no se lo imaginan serán victimas de su propia necedad) que se cierne una nueva crisis de confianza en esas misma instituciones por parte de los europeos. Pues al principio de esta crisis, fueron las continuas descoordinaciones entre el entramado institucional europeo y los Estados miembros, que derivó en un prácticamente sálvese quien pueda, actuando cada uno según su criterio y aplicando diferentes normas excepcionales. Más adelante fue la desvergüenza e indecencia de los contratos en la adquisición de las vacunas anti Covid que no se sabía ni cuantas habíamos comprado, ni a qué precio las íbamos a pagar, ni cuando iban a llegar, y que además incluían cláusulas de confidencialidad que las propias directivas comunitarias no permiten. Después vino el escándalo de como las vacunas fabricadas en territorio europeo de la UE, cuyas investigaciones habían sido costeadas con fondos europeos, se hurtaban a sus ciudadanos por cuestiones crematísticas enviándolas a otros países, a costa de incrementar los muertos europeos. Tienen suerte los responsables de tamaña barbaridad, en otros tiempos, durante las guerras los culpables de estraperlo o contrabando de materias primas esenciales, y no digamos de las armas o instrumentos para acabar con el enemigo (en este caso es un virus), lo pagaban de una forma contundente frente a un piquete, ahora no desfilaran ni ante los tribunales.

Hoy estamos en el debate de la efectividad de las vacunas y sus efectos secundarios, con idas y venidas con la vacuna AstraZeneca desde hace varias semanas y su infinidad de cambios en cuanto el tramo de edad de los vacunables, que sólo crean incertidumbre y miedo en la población civil, y en los últimos días se ha incorporado la vacuna Janssen a estas dudas. Y qué ha hecho la UE tras la suspensión del Gobierno Federal de los USA de la vacuna de Johnson & Johnson, a propuesta de su agencia de medicamentos de EEUU (FDA) y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), pues nada, sólo hacer seguidismo de lo ocurrido en Norteamérica, y en una acción más que garantista, es ponerse de perfil para no asumir responsabilidades, dejar en suspenso el uso de la vacuna por el momento para ver cómo responden los USA, y de aquí a unos días volverla a poner (lo más presumible y plausible) retrasando la vacunación e incrementando los miedos, incertidumbres y el escepticismo generalizado de la población en las vacunas, después critican a ciertos artistas-cantantes negacionistas, pero ellos no ayudan mucho con su ejemplo.

Ante tanto desasosiego por las vacunas, la posición de la vacuna Sputnik V ha ido ganado adeptos, ya sabemos que diferentes gobiernos conservadores (algunos incluso los llaman populistas) de la UE como el del húngaro Viktor Orbán, o el eslovaco de Eduard Heger, la están usando ya en sus países, pero otros líderes conservadores como Ángela Merkel también se han sumado a la posibilidad de su dispensación, teniendo a nivel español también su representante como es la electoral y madrileña Isabel Diaz Ayuso. Y a este selecto elenco de líderes conservadores pro vacuna rusa se unió (como saben) nuestro president Ximo Puig reclamando el uso de la vacuna Sputnik V, esa gran arma geopolítica en manos de Vladimir Putin.

Y ya que giramos hacia el este, y hablamos de Rusia, recordarles que prosigue el despliegue de tropas rusas cerca de las fronteras de Ucrania, coincidiendo con el encuentro, parece ser previsto hace tiempo, entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el ucraniano, Volodímir Zelenski, este viernes y que ha incluido a la canciller alemana, Ángela Merkel, por videoconferencia. Esta visita ha servido para reiterar la petición de Zelenski a ser invitado a ingresar en la Unión Europea y la OTAN por su seguridad pero además, según especula, para la seguridad de Europa. Mientras los USA, más beligerantes que los europeos en este asunto (quizás se juegan menos), han incrementado las sanciones económicas preexistentes contra Rusia además de expulsar a 10 diplomáticos (tendrá seguro su replica), por decisión de Joe Biden, que de “el Pacificador” (Pedro Baños dixit) esta resultando un auténtico beligerante.

No olvidemos que la seguridad en el este de Europa inició un nuevo capítulo cuando se produjo el golpe en Ucrania, en febrero del 2014, tras semanas de disturbios y los cruentos sucesos en la plaza Maidán, algunos lo llaman el Euromaidán, en los que se derrocó al gobierno legítimo de Viktor Yanukóvich, teniendo como inicio de la crisis su decisión de suspender en noviembre de 2013 la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con la UE.

Después vinieron los movimientos de la población rusófona del este de Ucrania, que contaron con el apoyo y estímulo del Kremlin, derivando en una situación de guerra de facto, en un formato Híbrido, y con el resultado que todos ustedes conocen; la reincorporación de Crimea a la Republica Rusa, después de estar medio siglo cedida al gobierno de Kiev por el presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS Nikita Khrushchev; y la región del Dombás con sus óblast (division administrativa parecía a provincia) de Donetsk y Luhansk alzadas en rebeldía frente a Kiev e independientes de facto bajo el amparo ruso, al igual que ocurre con la república autónoma de Georgia, Abjasia y el óblast autónomo también de Georgia, Ossetia del Sur.

Y no se rían si les cuento que también en este asunto la UE ha pegado un traspiés diplomático, como decía en mi anterior artículo, a perro flaco todo son pulgas. Pues nada más ni nada menos que en la organización del 30 aniversario de la independencia de Ucrania, que se conmemora este verano, y a la hora de confirmar asistencias desde la presidencia de la Comisión Europea, además de darles calabazas por problemas en la agenda de Úrsula Van der Leyen (que parece más bien una excusa) la comunicación tuvo un gran fallo protocolario, pues fue un miembro del gabinete de la presidenta quien se dirigió directamente al presidente ucraniano Zelenski (ex showman por cierto) para darle la mala noticia de la inasistencia de la presidenta.

Pero no se preocupen, porque ahí estará el compañero de Van der Leyen, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel, el de la ofensa en Turquia, que representará a esta Europa débil y frágil, en aquel avispero del Este del que ya salieron trasquilados Napoleón Bonaparte y Adolf Hitler, en el que algunos parecen quererse meter integrando a Ucrania en la UE y en la OTAN, y que yo me lo pensaría mucho; porque algunos a finales del siglo XX quisieron vender la piel del oso ruso antes de tiempo, y ya ven que pasados los años este paquidermo sigue dando mucha guerra.

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