VALÈNCIA. Ya es la cuarta vez que los Periodistas Asociados de Música (PAM) convocan el Premio Ruido al Mejor Disco Español del Año, un galardón que -modestamente- intenta copiar a los Mercury ingleses, teniendo menos en cuenta las ventas que la aportación artística al panorama musical. Los asociados y asociados de PAM votan en un primer lugar sus discos preferidos, quedando una selección de 12 álbumes que pasan al segundo corte en el que solo puede quedar uno. Este año, tres de los doce finalistas (o lo que es lo mismo, una cuarta parte del total) son nombres valencianos. El ganador se conocerá en una gala que se celebrará el próximo 30 de enero en el Teatro Barceló de Madrid.
El primero de los tres finalistas patrios son La Habitación Roja, que están viviendo una segunda juventud tras más de 20 años de carrera musical. La escena indie está más de moda que nunca y ellos con esta. Este año, en el que han publicado el disco Memoria en el que hacen un ejercicio de nostalgia musical sin perderse en la monotonía de sonidos, también ha estado marcado por la cancelación del inicio de gira por una repentina afección pulmonar de Jorge Martí y por el mediometraje documental In the middle of Norway del que él mismo es protagonista, que cuenta la doble vida del cantante, enfermero en Noruega y estrella del rock en España.
Por su parte, La Plata han sido la revelación del año a nivel nacional. Desorden recupera un sonido pop que llevaba años sin sonar tan auténtico. Letras sobre la soledad, ritmos rápidos y melodías que hacen mover las caderas. Salidos de la pequeña discográfica Sonido Muchacho, en poco menos de dos años han hecho unos 200 bolos por toda España, combinando festivales pequeños y grandes citas, algo que ha generado una aceptación general de su música.
Finalmente, Niño de Elche sigue en su cruzada por renovar el cante flamenco a pesar de que su estilo libre sea objeto de crítica en los círculo más puristas, esta vez de la mano del productor Raül Refree (Silvia Pérez Cruz, Rosalía). Antología del Cante Flamenco Heterodoxo es lo contrario al pop, un trabajo que necesita tiempo de asimilación y que se basa en la experimentación, de una manera rebelde pero con sentido.
Los tres discos representan maneras muy diferentes de contar cosas a través de la música y sacan pecho sobre la marca Made in València que, aunque no es reivindicado por ninguno de los tres, el público y la industria sí que siente así. La batalla será dura, porque compiten contra el laureado disco de Rosalía, la interesante evolución de Nacho Vegas o el pop empático de Zahara. Habrá que esperar a enero para saber si canta el gallo.
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