VALÈNCIA. La combinación de energías eólica y fotovoltaica con la que contará la Torre Eòlica de la Marina de València aspira a lograr una producción de 5,4GWh al año, "aproximadamente lo que genera un molino eólico convencional de eje horizontal de gran tamaño". Son las primeras estimaciones con las que trabaja el equipo del arquitecto Fran Silvestre, todo a la espera de "un estudio exhaustivo de los vientos en la ubicación concreta", según explican a Valencia Plaza los impulsores de la iniciativa.
Según agregan, el 75% del total de la energía la producirían los alrededor de mil molinos eólicos de eje vertical instalados en la torre; y el 25% restante -que permitiría alcanzar las cifras de los habituales molinos de los parques eólicos- lo lograrían las placas solares dispuestas en la superficie de la estructura.
En consecuencia, este prototipo impulsado con el respaldo financiero de Net de Gerrers -con una inversión prevista de 13 millones de euros-, conseguiría por primera vez la introducción en una ciudad de una infraestructura con la producción de un aerogenerador convencional, un hito que aspiran a ser el punto de partida para el progreso en este tipo de tecnología y su posible réplica en otros lugares.
Como informó este diario, la Marina de València ultima la presentación de este proyecto arquitectónico y de investigación energética ideado hace años por Silvestre en colaboración con la Universitat Politècnica de València (UPV) y el Intituto Tecnológico de la Energía (ITE).
La iniciativa está prevista en un estrecho espacio ubicado en el extremo este de la bocana del recinto marítimo, un enclave baldío y adentrado en el mar pero ideal para el proyecto por la fuerza del viento en el lugar. La fórmula en la que se trabaja es una concesión del espacio a 30 años por parte del Consorcio València 2007.
El proyecto contempla una estructura de de 170 metros de altura que combina diseño industrial y arquitectónico. Los mil molinos se dispondrán en 50 plantas y estarán cubiertos por una fachada ventilada que permita la producción de energía eléctrica sin renunciar a una cuidada estética.
El monumento aspira a convertirse en un centro de investigación de energías limpias, además de en una importante referencia visual desde las alturas, en el coloso que reciba a las embarcaciones que visiten València y en un atractivo desde toda la fachada marítima.
Quizá también en un punto turístico en sí mismo, ya que sus impulsores contemplan la creación de un mirador en la parte superior de la inmensa torre, que supera ampliamente los 127 metros del puente de l'Assut de l'Or, actualmente el punto más alto de la ciudad.