VALÈNCIA. Este lunes empieza la nueva temporada de À Punt, tanto en la televisión como en la radio. El reto es prácticamente el mismo desde el comienzo de sus emisiones: buscar al público que se olvidó de su televisión autonómica cuando aún se llamaba Canal 9 manteniendo y escalar en audiencia, que sigue dejando unos datos muy tibios. Si bien, durante la pandemia del coronavirus, la televisión llegó a superar el 3% de share, el verano ha hecho que perdieran todo lo ganado hasta entonces (2,5% en agosto). La temporada veraniega era -además- el escaparate de las primeras pinceladas de Alfred Costa como nuevo director general tras Empar Marco.
Costa tiene un objetivo: acabar el año por encima del 3%, aunque la media de las cadenas autonómicas está muy por encima de esto, en un 7,8% este mes.
La gran apuesta de estas semanas -sin embargo- no ha resultado: La Terrassa se ha cancelado y a partir del lunes dejará su hueco libre en la parrilla. El experimento de hacer un programa más cercana a un público mayor, desenfadado y con formatos musicales y apelando mucho a las emociones no ha cuajado, a pesar de contar con la conducción de dos pesos pesados como son Carolina Ferre y Eduard Forés (copiando la fórmula química que resultó tan exitosa en Tela Marinera). A pesar de que la primera semana las audiencias sí igualaban o superaban la media del canal, conforme ha ido pasando el mes de agosto, las cifras se han desinflado hasta quedar como una de las propuestas con menor acogida de toda la parrilla de À Punt.
Si bien -según ha podido saber este diario- estuvo sobre la mesa la cancelación de À Punt Directe para aupar como el gran programa de la tarde a este nuevo formato, finalmente la balanza se ha decantado por el programa decano. Desde el ente público se asegura, sin embargo, que La Terrassa se trataba de un producto veraniego y estacional que no estaba previsto para este otoño desde el principio.
Así, Carolina Ferre y parte del equipo de La Terrassa se reincorpoarán a un À Punt Directe que renovará algunas de sus caras más conocidas. La pretensión de Alfred Costa es la de pelear por crecer en la franja de la tarde, donde algunas autonómicas como la manchega o la murciana han conseguido ser competitivas. Este verano, el tándem La Terrassa-À Punt Directe difícilmente superaba la media del día de share. Atrapa’m si pots, tal vez el programa diario no informativo más consolidado, mantendrá su horario y queda conocer si el hueco que queda entre un programa y otro lo llenará un formato nuevo o una telenovela como El paradís de les senyores o reposiciones de la antigua RTVV. También continua el otro nuevo formato de la tarde, Així dona gust, el programa de cocina presentado por Lluís Penyafort y Òscar Tramoyeres.
Otro programa que no volverá a partir de mañana lunes es Al Ras, el magazin de las mañanas de la radio pública que fueron el punto de partida de la vuelta de la radiotelevisión pública valenciana. Resulta muy significativa la desaparición de este formato muy ligado a la figura de Empar Marco (que dijo en su cuenta de Twitter que el final del programa le provoca “tristeza e inquietud”).
Al Ras dará paso a un nuevo magazin de producción propia llamado El Dia À Punt, presentado por Òscar Martínez. La parrilla de la radio se dividirá en grandes bloques (mañana y tarde) cosidos por informativos y programas deportivos.
Jèssica Crespo, que fue el primer gran fichaje de la radiotelevisión pública, se ha quedado en tan solo unos meses sin dos grandes cometidos, La Qüestió (en la televisión) y Al Ras (en la radio); aunque desde el ente confirman que ya tiene un nuevo destino dentro de la programación de esta temporada. Lo mismo puede decir Joan Espinosa, copresentador del espacio, que recalará en la televisión.
A lo largo de su mandato, Costa lo apostó todo por la audiencia, pero sin un respaldo presupuestario ni burocrático, no ha habido modelo que asentar sino situaciones que amortiguar