VALÈNCIA. El Gobierno valenciano ha decidido, salvo sorpresa final, que sí presentará finalmente los Presupuestos para 2020 en tiempo y forma: es decir, tal y como indica la ley, antes del próximo 1 de noviembre.
Se acaba así el debate sobre una hipotética prórroga presupuestaria que ha estado planeando dentro del Ejecutivo durante las últimas semanas. De hecho, días atrás, incluso se barajaba dentro de la rama del gobierno liderada por el PSPV la posibilidad de retrasar tan solo unos días la presentación de las cuentas.
Una opción que, por ejemplo, el síndic socialista, Manolo Mata, justificaba por la mezcla de calendario de gestión y electoral que se está produciendo hasta el próximo 10 de noviembre, día de los comicios estatales.
Cabe recordar que, según el calendario aprobado por la Mesa de Les Corts, los diferentes consellers deberán pasar por la cámara parlamentaria para explicar los presupuestos de sus respectivos departamentos el 4, 5 y 6 de noviembre. Es decir, justo en medio de la campaña electoral que arranca el fin de semana de la próxima semana.
Una situación anómala dado que estas comparecencias suelen generar cierta repercusión mediática y, en cambio, todo apunta a que en esta ocasión se verán probablemente eclipsadas por los actos de campaña que suelen repetirse durante esos días.
Un problema no solo para los partidos de gobierno como PSPV, Compromís y Unides Podem, sino también para las fuerzas de la oposición, cuyos diputados están llamados a participar en las campañas electorales de sus partidos.
Ahora bien, en este caso, esta circunstancia de solapamiento no tiene por qué ser negativa para el Botànic II. Según admitió días atrás el propio conseller de Hacienda, Vicent Soler, el Gobierno valenciano se enfrenta a unos presupuestos 'puente' que no serán expansivos como los del presente ejercicio, cuando aumentaron en un 9,9%. Es más, distintas fuentes socialistas apuntan a unas cuentas de "crecimiento cero" respecto a las de 2019, lo que contando la existencia de dos consellerias nuevas, apunta a ser obligado el recorte en algunos departamentos.
Con este escenario, no parece un mal plan que las explicaciones de los consellers queden en cierta medida diluidas por la campaña electoral dado que los protagonistas deberán exponer ante la opinión pública unas cuentas más sobrias que incluso pueden contener recortes.