La crisis del coronavirus supondrá una pérdida del 35 por ciento de la facturación anual del sector, una "situación crítica" para la que han reclamado un "esfuerzo colectivo conjunto"
VALÈNCIA (EP). La Associació d'Editors del País Valencià (AEPV) calcula que la crisis del coronavirus supondrá una pérdida del 35 por ciento de la facturación anual del sector y cifra el impacto en más de diez millones de euros en 2020, una "situación crítica" para la que han reclamado un "esfuerzo colectivo conjunto".
Así se desprende de las valoraciones realizadas por la entidad en los últimos días, que apuntan a que "las secuelas económicas del coronavirus pueden resultar devastadoras" para el sector del libro. AEPV ha advertido en un comunicado que "son tiempos de incertidumbre, desasosiego, dudas y temores para todos los ciudadanos, también para los profesionales implicados en el universo de la tinta".
Según los datos de la asociación, el 90 por ciento de los 488 lanzamientos editoriales previstos este año se han aplazado, lo que implica una pérdida de 2.750.000 euros para los profesionales valencianos.
En cuanto a las ferias del libro canceladas, dos tercios del sector valenciano iban a participan en ellas y su suspensión supone un impacto de un millón de euros. La cancelación de ferias internacionales supone también 100.000 euros menos.
La presidenta de AEPV, África Ramírez, ha lamentado que "las librerías están cerradas y por lo tanto sin ventas, o con muy pocas gracias a algunas iniciativas que se han puesto en marcha por parte de las librerías o por portales de venta conjunta". "Si se rompe la actividad económica es imposible sobrevivir", ha remarcado.
Ante esta coyuntura, ha pedido "un esfuerzo colectivo conjunto". "Los políticos hablan de un pacto donde todos y todas tienen que contribuir, nosotros tendríamos que hacer algo parecido y es por eso que necesitamos más que nunca la ayuda de la sociedad valenciana", ha reivindicado.
De momento, según la asociación, "un tercio de las empresas editoras han recurrido a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en diferentes grados y niveles. En total, calcula que son más de 180 los trabajadores directos que se han visto perjudicados por esta coyuntura.
Además, ha advertido que la "estructura compleja" del sector del libro, en el que participan muchos otros profesionales como ilustradores o traductores, hace que "los efectos de la crisis en el ámbito laboral sean en realidad mucho más graves y vayan más allá de las plantillas fijas de las empresas".
La también editora de Balandra ha señalado además que "la experiencia nos dice que las crisis para el sector cultural duran mucho más que para el resto", aunque ha añadido que habrá que esperar a ver cómo evoluciona la crisis sanitaria que "evidentemente lo condiciona todo" para "saber qué cosas se pueden recuperar y qué no".
"La inquietud impera en el sector ante un presente más que complejo y un porvenir borroso", ha afirmado la asociación de las editoriales valencianas, que calculan que la paralización de la actividad económica puede suponer la pérdida del 35% de la facturación anual, es decir, más de 10 millones de euros en 2020, unas cifras que coinciden con la tendencia mostrada por la Federación de Cámaras del Libro de España (FEDECALI).
De hecho, AEPV ha resaltado que la Federación de Cámaras del Libro (FEDECALI), que también integra a distribuidores y librerías, prevé más de 80 millones de euros en pérdidas, "prácticamente un cuatrimestre completo".
El mundo del libro valenciano, "con algunas excepciones que nos enorgullecen y nos gustan, está formado por pequeñas empresas y por lo tanto los movimientos económicos desfavorables afectan más, antes también era así pero ahora se agravará lógicamente", apunta Ramírez.
Asimismo, la asociación ha incidido en que en el caso del libro en valenciano "la masa crítica de público y el ámbito son limitados comparados con el castellano" y "el golpe de esta crisis será duro en todos los ámbitos", por lo que no creen que la literatura en valenciano "lo tenga que sufrir mucho más en términos proporcionales".
El vicepresidente de AEPV, Gonçal López-Pampló, cree que "el problema está en la proporción": "¿Qué capacidad de respuesta tendremos desde nuestra red de empresas medianas y pequeñas para poder sostener un sistema de editoriales, librerías y medios de comunicación que siempre ha tenido un punto de fragilidad?", se ha preguntado.
El también director literario de Bromera considera que "habrá que ver cómo se desarrolla el próximo curso académico y qué papel juegan las lecturas recomendadas para la vitalidad del libro en valenciano". "Tendremos que estar atentos a cómo se concreta la buena voluntad de la administración, que tendría que hacer todo lo posible para dar el máximo apoyo al libro en valenciano", ha añadido.
Entre tanto dato preocupante, las editoriales valencianas también atisban algo de "esperanza": la posibilidad de que la lectura aumente durante el confinamiento. La asociación cita el estudio La lectura en tiempos de coronavirus elaborado por Conecta, que refleja que la lectura es una de las diez actividades más realizadas durante la cuarentena y que el 56% de los mayores de edad aprovecharon la primera semana para leer, mientras que el 62% de los lectores dedican más tiempo a esta actividad.