MADRID (EP). Las posiciones cortas se han elevado en Banco Sabadell, BBVA y Bankia, mientras que se han reducido Banco Santander, Bankinter y CaixaBank, según consta en los registros oficiales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Concretamente, los bajistas han aumentado su presión en el banco presidido por Josep Oliu hasta el 1,97%, máximos de octubre de 2017, mientras que en BBVA representan el 0,51%, frente al 0,22% de la notificación anterior.
La entidad dirigida por José Ignacio Goirigolzarri es la que cuenta con mayor representación en su capital de este tipo de inversores considerados oportunistas. No obstante, aunque han elevado la presión hasta el 4,34%, aún se sitúan por debajo del máximo histórico del 5,5% registrado el pasado mes de octubre. En concreto, las posiciones cortas sobre Bankia están distribuidas principalmente entre AQR Capital Management, que posee un 1,19%, BlackRock (0,6%) y Marsall Wace (0,6%).
Al contrario, las posiciones cortas han disminuido en Banco Santander, hasta situarse en el 0,21%, y han caído en Bankinter hasta el 0,5%, desde el 0,73% anterior. En el caso de CaixaBank, los bajistas han reducido su presión sobre el capital hasta mínimos de diciembre de 2015, pasando del 0,41% anunciado en noviembre al 0,2% de la última notificación, que aglutina los datos hasta el 7 de diciembre.
El supervisor de los mercados españoles exige desde 2010 que se le comunique toda posición corta sobre cualquier empresa cotizada española que exceda al 0,2% del capital social y hace públicas las que superen el 0,5% del capital.
La toma de posiciones cortas es una operativa bursátil que utilizan los inversores cuando prevén que el mercado va a bajar o está sujeto a mucha volatilidad. En líneas generales, consiste en pedir prestadas acciones de una entidad a cambio de un alquiler con la intención de venderlas y posteriormente recomprarlas más baratas.
En agosto de 2011, en el marco de la crisis financiera, la CNMV prohibió la toma de posiciones cortas sobre valores del sector financiero con objeto de atajar la extrema volatilidad que atravesaban los mercados. Este veto se extendió hasta febrero de 2012.
