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pedaleando hacia el cielo cierra la fira d'agost de xàtiva

Lot Seuntjens: "Aunque no entiendas su contenido, la emoción del arte te toca"

18/08/2019 - 

VALÈNCIA. La Fira d'agost de Xàtiva concluirá el martes con el espectáculo callejero Pedaleando hacia el cielo, un montaje complejo en lo técnico y brillante en su contenido. Unos ángeles transitarán por el difícil equilibrio entre el cielo y la tierra. Lot Seuntjens, directora de Tol Theatre, atiende a Culturplaza para profundizar algo más sobre este show.

- ¿Por qué elegís la calle como escenario para desarrollar tu obra? ¿Es importante para la historia que querías contar?
- Sin duda es nuestra opción, nuestra forma de entender el teatro. Creo que el punto diferenciador es el de que sea gratuito para la gente, porque eso hace que todo el mundo tenga acceso a nuestro espectáculo, y el público es mucho más heterogéneo. Entendemos que es importante que, si no tienes posibilidad de comprar la entrada de una obra de teatro, nosotros seamos los responsables de “traer” el arte.

- Pero tal vez el hecho de que sea gratis hace que la gente infravalore el montaje escénico.
- Hay gente que puede pensar eso, pero no puedo estar menos de acuerdo. Es muy conservador pensar que la cultura de calidad solo se hace bajo techo. El trabajo del teatro callejero es, en todo caso, más exigente, porque depende de factores externos (como el clima) que pueden dinamitar tu montaje.

- ¿Qué se va a poder ver en Pedaleando hacia el cielo?
- El montaje lo estrenamos en Madrid, para la inauguración de la Navidad. Es nuestro espectáculo más luminoso. Está protagonizado por ángeles y habla del equilibrio entre la tierra y el cielo. Es una mezcla muy rica entre imágenes cinematográficas, luces, musica, danza y teatro. Por otro lado, siempre intentamos que haya una conexión especial, y desde el arte, con el lugar en el que desarrollamos el show.

Foto: Wim Daneels

- Como apuntas, el espectáculo tiene cine, danza, teatro, incluso arquitectura… ¿Cómo se compone toda esta relación entre diferentes disciplinas?
- Bueno, es complicado, pero nuestra compañía lleva 20 años de experiencia en hacer este tipo de espectáculos. Yo vengo de estudiar Bellas Artes, pero mis intereses también estaban en el cine, las artes escénicas y la música. Incluso me interesaba el vestuario y la composición de personajes. Conseguir pacificar todas las disciplinas de manera natural le hace tener diferentes colores y sensaciones, que el público percibe. Desde joven he tenido siempre muy presente que no quería hacer un montaje monocolor con una única disciplina.

- Pedaleando hacia el cielo plantea el conflicto entre la oscuridad y el amor, apostando vosotros por esa opción más luminosa. ¿Es más necesario ahora contarle a la gente historias más optimísticas?
- Por supuesto. Hay muchísimo miedo en el mundo, y nosotros no queremos seguir ese camino. Creo que, a pesar de ser conscientes de todo lo que pasa en el mundo, debemos mantener una mirada positiva del mundo, tener energía positiva, y creer (porque así es) que la mayoría de la gente que vive en este mundo es buena. De esta manera alcanzaremos el cielo, eso es lo que intenta ser este espectáculo.

- Suena difícil, pero todo sea intentarlo. Con este y otros espectáculos, habéis recorrido medio mundo como compañía teatral. ¿Notáis las diferentes concepciones que cada región o cultura tiene sobre la oscuridad, la luz o el amor?
 - Se nota mucho en la situación política de cada país, cuando hay más necesidad de sentirse libres. Pero yo no quiero traducir nuestro mensaje de una manera política: no pienso actuar en el cumpleaños de un dictador, pero tampoco creo que deba ceñirme en actuar para gobiernos de izquierda o de derecha. La idea es traducir lo que ocurre en el mundo buscando una visión más positiva.

Foto: Wim Daneels

- Me refería a las visiones más abstractas, más culturales…
- También. Tenemos montajes menos luminosos que este y hay países que no los quieren. México tiene una concepción diferente de la muerte que Bélgica o España. Nosotros tendemos a la luz y a lo optimista, y cada lugar en el que actuamos, el espectáculo tiene un significado diferente que le da el público. La gente acomodada no traducirá de la misma manera nuestro mensaje que un grupo de refugiados. Las historias que se perciben pueden ser diferentes, pero luego el sentimiento es el mismo.

- También está esta idea de que el lenguaje poético, que está muy presente en vuestro montaje, no es para todo el mundo. Sin embargo, la compañía lleva 20 años mostrando su trabajo ante cientos o miles de personas…
- Es que esa idea no es del todo cierta. Aunque no entiendas el contenido de una historia (pasa igual con las letras de las canciones), la emoción del arte te toca de la misma manera. Se trata de colores, de sensaciones, de ritmos… Se trata de estar abiertos a que el arte te remueva.

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