VALÈNCIA. Maria Escarmiento tenía todo preparado para el lanzamiento de su primer EP cuando lo-que-ya-se-sabe apareció y lo retrasó todo. Sintiéndolo mucho evoca a los orígenes del reggaeton, al bailar cantando cosas tristes, a contar las cosas en primera persona y decirles las cosas a la canción a quien corresponda en segunda persona. Ha llovido casi un año desde que, finalmente, esas canciones vieran la luz. Y desde entonces no ha parado: Déjame sola y Cada vez más mayor son sus últimas novedades. Todas ellas las pondrá sobre el escenario este sábado en la Sala Canal, en el que será uno de sus primeros conciertos de presentación de sus proyectos en solitario. Antes, atiende las preguntas de Culturplaza.
- Sintiéndolo mucho está pensado para bailarlo, pero ha salido en un año difícil para ello…
- Pues sí, nos pilló justo todo este asunto cuando estábamos a punto de sacar el single y teníamos una gira cerrada por toda España y unas ganas increíbles de llevarla a cabo. Ahora ha pasado mucho tiempo y hasta las siento antiguas, pero esta semana ensayando las he vuslto a escuchar en unos altavoces potentes y lo voy a disfrutar mucho porque hasta ahora -más allá de un concierto en Barcelona- no han sonado fuerte y están pensadas justamente para eso.
- ¿Te ha influido el hecho de que tus canciones hayan vivido esta situación? ¿Te ha amodorrado la creatividad?
- Sí me ha dado algo de bajón porque lo que me gusta en que me den algo de feedback, y al final solo me podía orientar a través de las estadísticas de escuchas, los visionados en YouTube, etc. Que era la única manera de escuchar mi música. Pero bueno, en mi proceso creativo no se ha notado para nada, de eso solo depende el mood que lleve en ese mismo momento.
- Tú te formaste en Estados Unidos en música y llegaste a tener una banda con guitarra. Centrarte en lo vocal y dejar a un lado cualquier tipo de instrumentación es una decisión que acota el estilo que aspiras tener con tu proyecto, ¿no?
- Sí, fue una decisión muy consciente. La guitarra me causaba mucha inseguridad. Aunque me he formado en piano y guitarra, no confiaba en tocar instrumentos en directo; pero con la voz no pasaba lo mismo, siempre estaba mucho más cómoda. No tener que tocar nada en directo me relaja. En todo caso, sí creo que mi proyecto está bastante acotado y no tendría mucho sentido traducir mis canciones a una formación con banda. Es una cosa que, por otra parte, echo mucho de menos: la música en directo es una gozada, y no es incompatible ningún género con los instrumentos, pero en el caso de mis canciones, seguramente no tendrían la misma pegada.
- ¿Con qué actitud te tomas el escenario?
- Me lo tomo con muchísimo respeto y consciencia y mucha concentración. Nunca me he tomado un escenario a la ligera. Cada uno tiene una personalidad en el escenario, y la mía es ser súper enérgica y siento la necesidad de entretener y llenarlo de energía desde el minuto uno. Siempre he sentido que en el momento en el que subo el escenario, empieza la performance.
- Merca Bae es tu principal colaborador y tu amigo. ¿Cómo establecéis el flujo de trabajo?
- Pues en realidad hemos hecho las dos cosas. A veces, me ha dejado escuchar las bases que tenía hechas y yo simplemente he escogido, y otras, le hemos dado vueltas a qué hacer y de qué manera desde cero. Lo que pasa es que la pandemia ha hecho imposible esta segunda manera de trabajar. Creo que es una espinita clavada: la de hacer algo desde cero con alguien con quien sienta una afinidad especial.
- ¿Sintiéndolo mucho fue un EP que simplemente recopilaba las canciones que hiciste en un momento concreto o te toman los lanzamientos como la posibilidad de hacer algo que gire sobre un concepto más concreto?
- Es curioso, porque cuando pensé en reunir las canciones en Sintiéndolo mucho, no estaba por la labor de que fuera profundo o que hubiera un concepto más allá. Pero, cuando lo estaba materializando, vi que había algo claramente en común y que las canciones funcionaban de una manera especial juntas. La forma en la que estoy trabajando con los últimos singles no está sienda esta, pero bueno, es que hago lo que me apetece y ya está. Sobre todo, no creo que haya una manera mejor de hacer que la otra.
- Tus canciones hablan en primera y en segunda persona sobre los grandes temas del amor y el desamor en el siglo XXI. En un momento en que nuestra generación ha puesto en cuestión algunos sus pilares fundamentales, ¿estamos más atravesados y atravesadas por lo amoroso?
- Sí, creo que sí, y es un tema que me interesa y siempre me ha interesado. He leído mucho sobre ello, he escuchado mucha música que habla de amor y he hablado con gente que sabe más del tema. Yo sí tengo la conciencia de que mis canciones hablan de un amor que no encaja con lo tradicional. Lo tengo integrado y se puede ver en las canciones actuales, aunque los sentimientos son sentimiento, y también te puedes encontrar canciones de antes con mensajes súper positivos. Pero vamos, ojalá tengas razón y sea un cambio generacional.
- Exploras terrenos musicales como el reggaeton desde sus orígenes. Esto se aleja mucho del espacio que se esperaba de tí que ocuparas, que era el pop más comercial, ¿no?
- Se evidenció al 100%. Claro que el pop era lo que la gente esperaba de mí. Yo ya lo sabía en cuanto salí de Operación Triunfo, pero bueno, he podido hacer lo que me gustaba y lo que escuchaba, que no es ni una música muy pop ni muy mainstream. Y lógicamente, eso se nota en las escuchas, no funcionas igual que si te alineas con el mainstream.
- No te quiero preguntar en exceso sobre tu paso por el concurso, pero sí me gustaría preguntarte por el día después. En la última edición se cambió la relación del concurso con las discográficas, ¿cómo lo valoras tú? ¿tuviste que esquivar dinámicas que no te interesaban?
- Sí, en efecto, fue un esfuerzo por esquivarlas. Creo que tiene mucho más sentido cómo se ha hecho en esta última edición, en la que las discográficas buscan a cada artista y se establece una relación más mutua. Yo tuve que esforzarme en gestionar la preconcepción que tenían de mí y batallar mucho porque me veía en una casa discográfica que no me hubiera fichado de otra manera, o con un equipo que no creía del todo en lo que hacía.
- ¿Conforme pasa el tiempo la gente va superando tu paso por OT?
- A mí no me importa en absoluto. Venimos de donde venimos y soy muy consciente de ello. Nunca me ha molestado que me pregunten sobre el concurso. Es interesante a nivel musical, sociológico… Es goloso. Pero bueno, sí que noto que cuanta más música voy haciendo, mi carrera sigue un curso natural, y poco a poco la gente se centra más en qué va a pasar conmigo de aquí en adelante.