VALÈNCIA. Tres años han pasado desde que Valencia Plaza solicitara a la Conselleria de Sanidad Universal la memoria con la que el entonces director de Gestión Sanitaria, Germán Temprano, accedió al cargo durante el mandato de Carmen Montón. Una solicitud denegada por parte de Sanidad, una resolución favorable del Consell de Transparencia, varias instancias y un juicio después, este diario ha conseguido el documento que muestra que la hoja de ruta presentada por el periodista y escritor para acceder al puesto de alto cargo nada tenía que ver con la gestión sanitaria.
Volvamos al principio. El 17 de agosto de 2016 -fecha propicia para que algo pase inadvertido- salía a convocatoria pública una plaza de director de Gestión Sanitaria de la Conselleria de Sanidad a la que se presentaron seis candidatos. Entre ellos, profesionales del sector que habían pasado por hospitales como La Fe o exgerentes en otras comunidades autónomas con experiencia de muchos años en gestión sanitaria pública y privada.
Pero el concurso ya tenía un ganador claro desde el principio: el periodista leonés German Temprano, y el concurso era un mero trámite para una designación a dedo con un sueldo el primer año de 49.103 euros brutos. Un proceso dirigido que ya se había repetido en otras ocasiones con Montón como consellera, pero con perfiles más acordes al cargo por ocupar, como los gerentes de departamentos.
Y es que aunque se trataba de un puesto de libre designación, esto solo significa que entre los candidatos mejores existe cierta discrecionalidad para elegir al que mejor se adapte al puesto. Para ello se valoraban el currículum vitae, la memoria explicativa de las líneas fundamentales y objetivos a conseguir y, si se consideraba necesario, una entrevista. La trayectoria profesional y la memoria cobraron todavía más peso cuando la comisión consideró que, a la vista de los currículos y las memorias, la entrevista personal ni siquiera era necesaria.
El descarte de la entrevista deja aún más en evidencia al equipo de Montón que realizó la selección, ya que en el currículum de Temprano no había experiencia alguna en gestión sanitaria ni nada que se le pareciera. En cuanto a la memoria, según la convocatoria debía consistir, con un máximo de 20 páginas, en un "análisis del puesto de trabajo solicitado, sus características, condiciones, medios necesarios, propuestas de mejora en el desarrollo de las funciones y todas aquellas otras cuestiones que el/la aspirante considere de interés o importancia".
Según el decreto que regulaba el puesto de director de Gestión Sanitaria por aquel entonces, se establecían funciones como analizar la demanda asistencial y elaborar los indicadores de gestión de las instituciones sanitarias, estudiar las necesidades sanitarias para mantener niveles de calidad asistencial, gestionar protocolos, establecer la coordinación con los recursos socio-sanitarios y coordinar la prestación asistencial entre los distintos departamentos, entre otras.
Sin embargo, nada de esto aparece en la memoria presentada por el perfil finalmente elegido, orientado exclusivamente a mejorar la imagen pública que tanto le preocupaba a la ex consellera de Sanidad. No parece extraño que, a partir de entonces, Montón fuera habitual de medios de comunicación nacionales, ya que Temprano asumió el rol de un asesor de prensa con contactos en Madrid y no de un director de Gestión Sanitaria. Y no lo debió de hacer mal, porque Montón acabó menos de dos años después como ministra y gozó de muy buena prensa -al contrario que en la Comunitat Valenciana- hasta el asunto de su máster. Cabe recordar, además, que Temprano dejó la Conselleria poco después de la marcha de Montón y recaló en el Ministerio, ahí sí como asesor.
Castellón Plaza ha tenido acceso al documento solicitado hace tres años tras una sentencia firme del juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 4 de València. Tras revisar las seis páginas de 'memoria explicativa' con las que accedió al cargo, no se vislumbra mucha relación con lo que se espera de un alto cargo que ocupa un puesto de director de Gestión Sanitaria, aunque sea designado a dedo. En este caso, Temprano, licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, tiene experiencia como periodista en medios, en empresas y en instituciones como el Parlamento de la Comunidad de Madrid y, evidentemente, eso es lo que transmite.
Durante la introducción de este documento, Temprano versa sobre las posibilidades de la comunicación y la complejidad de hacerlo desde una área tan sensible como Sanidad. Aprovecha para hablar en las primeras once líneas sobre "la inmediatez implícita en la era digital que muy a menudo redunda en una falta de rigor informativo del que se debe rehuir en todo momento". A partir de ahí, despliega algunas "observaciones fundamentadas principalmente en la experiencia acumulada en el ejercicio de la comunicación institucional".
A modo de índice, diremos que su memoria está estructurada en varias secciones. La primera, notas de prensa, apartado en el que habla de concreción de titulares, mensajes selectivos, rigor informativo, notas de prensa multimedia o comunicados reactivos. En este realiza apuntes como que "no hay mejor política informativa que una buena gestión", aderezado de "las cinco uves dobles de Lasswell" o la necesidad de interactuar con la ciudadanía con el uso de las nuevas tecnologías.
Ya en la página cuatro, habla de los actos informativos, sobre los que recomienda confeccionar una exhaustiva ficha interna para las convocatorias realizadas de cara a la prensa. A partir de ahí enlaza con las ruedas de prensa, "el escenario más arriesgado", al poder preguntar los profesionales por cualquier cuestión. "Dejar claro sin matices que el plan, proyecto o medidas que se presentan ese día tienen la suficiente importancia para las personas como para que la Conselleria no colabore en desviar la atención a otros ámbitos", concreta.
Cuarto punto: intervenciones parlamentarias. En este apartado aconseja un argumentario tipo del asunto que se vaya a tratar en cada sesión. "Por mi experiencia, en los debates parlamentarios, a efectos mediáticos, prima el conflicto altisonante sobre los contenidos propios de cada área", revela. Para finalizar, remata con el material audiovisual, donde aconseja elaborar vídeos propios y difundirlo en redes sociales, además de grabar más en el exterior y no tanto en el despacho.
Cabe recordar que el ex alto cargo recurrió que Valencia Plaza pudiera ver su currículum y su memoria aludiendo a datos de carácter personal y al derecho a la propiedad intelectual, cuestión que el Consell de Transparència desechó al considerar que se trata de un documento público. Y es que la institución recordó que éste refleja la labor que está desempeñando y, por lo tanto, el ciudadano tiene derecho a acceder a él para realizar un "control" de la actividad de los poderes públicos.
De hecho, la Justicia ya ha sentenciado que no todo vale en los procesos de libre designación. Cabe recordar que en abril de 2018 el juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 8 de València anuló la resolución de Sanidad por la que se proveyó la plaza de director de Centro del Servicio de Emergencias Sanitarias de Valencia realizado con este procedimiento.
Una de las aspirantes alegó "falta de motivación" y "desviación de poder" en la selección del cargo, por lo que pedía anular el nombramiento y que se valoraran los méritos y memoria de los aspirantes. Fue entonces cuando el juez ordenó retrotraer el procedimiento al momento en el que se produjo el vicio invalidante y que pasaran a valorarse los méritos y la memoria, dictando una nueva resolución nombrando a quien corresponda.
La primera petición de información a la Conselleria de Sanidad por parte de Valencia Plaza se realizó a finales de 2016. Este medio solicitó al departamento entonces liderado por Montón poder ver la memoria presentada por el periodista leonés para acceder al puesto. Tras pedir estos documentos, la primera contestación fue una negativa. Por este motivo en el mes de noviembre de ese año se presentó una petición a través del portal de Transparencia de la Generalitat Valenciana solicitando la misma información, que se resolvió con otra negativa firmada por el entonces director de Recursos Humanos, Justo Herrera.
Tras la nueva contestación, el periódico presentó la petición en enero de 2017 ante el Consell de Transparencia de la Comunitat Valenciana, que contestó en noviembre de 2017 con una resolución favorable a la petición realizada. La resolución abría un plazo de dos meses para realizar un recurso que Temprano ejecutó para que este medio no pudiera acceder a la memoria. A partir de ahí la resolución pasó a manos del juzgado contencioso administrativo número 4 de València, que pidió al Consell de Transparència que le trasladara el expediente relativo al recurso.
En esta causa, la periodista que escribe esta información se personó como codemandada junto al organismo presidido por Ricardo García Macho. Tras desestimar la justicia el recurso de Temprano, ordenó a este pagar las costas del proceso. Ante la resolución el periodista, optó por no recurrir la sentencia, que pasó a ser firme en el mes de junio. A partir de ahí, este medio tuvo que esperar aún cinco meses más hasta que la administración se dio por enterada de la firmeza de la sentencia.