CASTELLÓ. Los macrofestivales de música se tendrán que reinventar con la incertidumbre del coronavirus. Cada día que pasa, la cuenta atrás para que los festivales sigan su camino tal y como estaba previsto va bajando. Esta misma semana veíamos como una de las principales promotoras de la Comunitat Valenciana como es Producciones Baltimore anunciaba el aplazamiento del Warm Up de Murcia, trasladándolo a octubre, después de anunciar la semana anterior la cancelación directa del Fuzzville de Benidorm, dejando a los pies de los caballos al Spring Festival de Elche y como antesala de lo que podría sufrir el Low Festival de Benidorm en el mes de agosto si la situación no mejora y se cumplen los peores pronósticos. Una cascada de aplazamientos que acumulará en otoño un sinfín de citas, que a su vez se solaparán con las propias de esas fechas. Y es que muchos de estos festivales comparten público nacional e internacional.
Este miércoles, la Federación de Música en España ponía en conocimiento algunas estimaciones de lo que esta crisis podía suponer para el sector, estimando unas pérdidas de 662,2 millones de euros de marzo a septiembre de 2020, de los que 471 millones sería el dato pormenorizado de la música en vivo de iniciativas privadas. Tres datos más: el volumen de la facturación de este sector entre el período de marzo a septiembre en 2019 supuso un 58% del total; se ha estimado que lo que dejaría de mover la economía española ascendería a 4.443,26 millones de euros; el sector emplea a 300.000 personas de manera directa e indirecta anualmente. Datos que se refieren siempre al total de España.
Pero lejos de tirar la toalla, los festivales se están poniendo al día buscando soluciones y salidas para que la música no pare y se siga dinamizando el sector. En este sentido, desde la marca Mediterranew Fest y Mediterranew Musix ya se están manteniendo conversaciones con las principales promotoras de la Comunitat Valenciana para idear cómo será la vuelta al trabajo. La sensación general, como no podía ser menos, es de incertidumbre. “Habrá que reinvertarse totalmente, pero este tiempo para pensar hará que los festivales se vuelvan mucho más versátiles”, cuentan desde Turisme Comunitat Valenciana.
De este modo, la gran incógnita no es tanto cuándo acabará el pico aquí, sino de qué manera los acontecimientos en otros territorios afecta al público y a los artistas internacionales. En el caso de la Comunitat Valenciana los dos festivales más afectados serían Rototom y FIB, que tienen una tasa de espectadores internacionales importantes. Cada festival valorará de qué manera mantener su marca y evento este año para que el daño sea el mínimo posible: algunos se aplazarán a otoño, otros se reconvertirán en un macroconcierto de un día. Por otra parte, desde la marca que reúne a los eventos más importantes de la Comunitat Valenciana, aseguran que van a “reforzar y apoyar” más que nunca a las empresas promotoras: “queremos ser su altavoz más que nunca y las ayudas se flexibilizarán para adaptarnos a esta situación”.
Hace justo una semana que el SanSan anunció a todos sus seguidores que aplazaba su próxima edición, prevista para el mes de abril, hasta octubre. La cita de Benicàssim tenía casi todo listo para volver al circuito de macrofestivales tras haber suspendido el año anterior a causa de las nefastas condiciones meteorológicas que se esperaban para los días de su celebración. “¿Seré yo? ¿Será que somos gafes?”, fue lo primero que pensaron sus organizadores, cuando todavía no se esperaba del coronavirus la pandemia global en la que se ha convertido. Su director Roberto Recuero confiesa a este diario, que al principio tardaron en tomar una decisión porque pensaban que iban a ser los únicos en suspender, ya que todo pasaría pronto. El SanSan cancelaría y al día siguiente el resto del mundo volvería a la normalidad. Sin embargo, como no había nada seguro y las noticias de los periódicos cada vez iban a más, hace 15 días que activaron un comité de crisis.
“Al final fuimos sensatos y recapacitamos. Vimos claro que teníamos otra vez uno de los mejores carteles nacionales de todo el país y esta vez no lo queríamos perder”, asegura Recuero, quien defiende que tardó en hacer pública esta decisión porque desde el equipo preferían comunicar su postergación cuando tuvieran el 80% de los artistas que iban a asistir en abril confirmados para octubre. “A día de hoy podemos decir que tenemos el 95% del cartel prácticamente salvado. Solo habría dos bandas que en principio no podían y ahora están en duda porque sus giras se van a posponer y puede que al final puedan asistir. No obstante, os puedo asegurar que nuestro cabeza de cartel, Leiva, está confirmado”.
El SanSan dice haber aprendido de su experiencia pasada, la cual —mantiene su director— fue “bastante más dura” que la presente. Y es que sus organizadores suspendieron a menos de dos horas de que arrancase su nueva edición. Es por ello que, si este año se celebraba, iba a hacerse “pasara lo que pasara”. “Lo del año pasado fue una lección en toda regla. Tenía claro que si se montaba el festival iba a celebrarse. Teníamos un modelo incluso preparado para si hacía mucho viento poder encontrar una solución rápida. Pero claro, no contábamos con pandemias. Ha sido una decisión valiente y arriesgada, pero creo que nos ha posicionado bien con las fechas. El SanSan se va a colocar entre los grandes del país. Conseguimos vender 12.000 abonos, reventando las cifras de cualquier otro año, y a día de hoy puedo decir que no se están pidiendo prácticamente devoluciones. La gente se está esforzando también para mantener la fecha”, explica Recuero.
No obstante, son muchos los esfuerzos —y las trabas— que lleva consigo el aplazamiento de un macrofestival. Desde encontrar la mejor fecha donde reubicarse, hasta volver a alquilar un recinto, cuadrar a los artistas y poder contar con los mismos proveedores. “Están siendo unos días complicados porque todo está moviéndose. Hay como cinco o seis citas en el mismo mes de octubre, más las que van a venir. Muchas de estas ubicadas en el puente de octubre, por lo que no estarán todos los artistas disponibles para todos los encuentros. Aun así, pueden haber cabezas de cartel para todos; se trabaja un poco más para buscar nuevos artistas y ya está. El verdadero problema son los proveedores, no todas las empresas son solventes para el formato de grandes festivales y todos necesitamos equipos y escenarios. Todos los grandes compartimos una o dos referencias”, manifiesta Recuero, quien a título individual —como director de la promotora Sonde3— también está lidiando con las cancelaciones de más de 25 conciertos.
“Tengo además una cantante que se nos ha quedado en Argentina. Imagina lo que supone esto. No solo por las pérdidas de la publicidad; la artista es nuestra responsabilidad y por eso tenemos que pagarle todos los gastos —por ejemplo, las noches de hotel— aunque no sepamos cuándo va a volver, dado que en los seguros no se cubren pandemias. A ver qué medidas se van a implantar, porque el impacto económico va a ser brutal”. Con todo, los organizadores del SanSan aseguran que tras este nuevo bache, el suyo volverá a presentarse como el festival de la Semana Santa y ya avanzan que antes de que se acabe la fiesta de octubre anunciarán el cabeza de cartel de 2021.
¿Pero cómo viven la resta de macrofestivales esta crisis del coronavirus? La promotora The Music Republic, que aglutina importantes marcas de la esfera estatal y valenciana como el FIB, el Arenal Sound o el Festival de les Arts de València, se ha visto en la obligación de emplazar el 25 aniversario del Viña Rock hasta el 9, 10 y 11 de octubre, en las mismas fechas que el SanSan. Tomás Abril, responsable de prensa, afirma que en su caso el encuentro de Villarrobledo también ha conseguido mantener su cartel, reubicando a los mismos artistas y encajando las bandas en estas nuevas fechas. Por lo que respecta al resto de citas, sostienen que aunque se está trabajando “a la expectativa” de ver qué sucederá, todos los eventos se mantienen tal y como están en el calendario estival. “Seguiremos pendientes de la evolución de los acontecimientos y de las medidas que se adopten, pero continuamos planificando todo con normalidad”.
En la provincia de Alicante ya se ha cancelado Rocanrola y también el Fuzzville, pero la escabechina se prevé que se extienda también al Spring Festival, que aun sigue en pie, a finales del mes de mayo. La promotora del evento, Producciones Baltimore, no ha tomado ninguna decisión todavía, sino que se limita a manifestar su deseo de que para entonces esté arreciando el temporal y, por ahora, solo han tomado decisiones sobre Fuzzville y el Warm Up de Murcia, que son los dos que están más cerca y los que deben reprogramar.
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