Con motivo de la semana del Orgullo LGTBI 2020, Culturplaza invita a 7 agentes culturales valencianos a compartir sus experiencias, impresiones y/o reivindicaciones en un año en el que el Orgullo se hace -también- desde casa
VALÈNCIA. Normal. Una sencilla palabra siempre cargada de grandes expectativas.
¿Pero que es normal? She-Ra y las Princesas del Poder tienen la respuesta.
Recuerdo la plaza Vicente Iborra, recuerdo la librería El Cobertizo, la recuerdo pequeña, repleta de libros, pero sobre todo la recuerdo gay, sin luces de neon ni grandes extravagancias, pero como una enorme luz de faro guiándome para encontrar mi normalidad. Así comenzó mi consumo de cultura LGTBIQ+, no por activismo, si no por necesidad, aunque después se convirtiera en lo segundo.
Era joven y ávida consumidora de lecturas, siempre había obtenido un gran placer en los libros, imaginad la explosión mental cuando de alguna manera me veía reflejada en lo que estaba leyendo, y no solo del subtexto de Xena debía sobrevivir, porque no nos equivoquemos, esto es un cuestión de supervivencia, y nadie te enseñaba que lo “normal” no es el único normal existente.
Imaginad el esfuerzo extra en el camino a la madurez. Imaginad que han pasado 20 años y ese esfuerzo de repente se reduce a seleccionar una plataforma de streaming, una serie, producida además por una gran compañía, cuya voz principal, la de la showrunner, es como la tuya, posiblemente con experiencias similares. Nuestras historias no son sólo nuestras, deben ser de todos, la homofobia es un problema arraigado en la sociedad, y conlleva violencia, la violencia destruye, conlleva problemas de convivencia. La diversidad enriquece, educa, pero esa diversidad debe llevarse a cabo con perspectivas reales, nutrida por experiencias reales, por eso debemos tener nuestras propias voces LGTBIQ+ a la hora de realizar entretenimiento, contar nuestra propias historias, universales en realidad pero cambiando protagonistas, más allá de estereotipos, porque son historias que no deben quedar en el imaginario del gueto. Por eso She-ra es la normalidad que necesitamos. Finales épicos, finales felices, finales sin la tropa "bury your gays", historias sin salidas del armario, al parecer para algunos es la única narrativa de la que disponemos, referentes más allá de las vivencias heterosexuales de lo que se supone trata la historia LGTBi+, referentes más allá del como debe ser una mujer formalmente, tanto en actuación como visualmente. Historias donde los personajes no están cortados por el mismo patrón, donde la dictadura del rosa y el azul, se diluye ante certeras realidades con personalidades enriquecidas por esa capacidad de decidir como ser. Historias que nos acompañen, donde salir del armario no sea una confesión como si se tratase de un crimen, si no que simplemente el beso final que consigue el milagro sea queer, de forma natural, con pequeños gestos que nos hagan entender que el épico milagro es posible porque dos mujeres se procesan amor, deseo, pasión.
Por supuesto estás realidades comienzan a ser visibles cuando la lucha por los derechos sociales, los derechos de igualdad acaban presentes en leyes. No seamos inocentes la aprobación de la extensión del matrimonio a todos los miembros de la comunidad sin importar que ambos contrayentes fueran del mismo sexo, es imprescindible para que ese espacio para la ficción se genere. Que las leyes proclamen esos derechos, esas igualdades, justas y necesarias queden grabadas, son grandes pasos en la aceptación social, de realidades que siempre han convivido pero de las que no se hablaban. En el momento que estos avances se producen dan una especie de carta blanca para que el mainstream pueda y quiera producir contenidos más allá de la heteronormatividad. Por eso es imprescindible que nadie quede atrás, ser altavoces de quien no puede gritar y seguir en la batalla porque nadie sea discriminado. Nos quedan muchos pasos por dar.
Demos voz a los creadores LGTBIQ+. En realidad escuchemos, porque esa voz ya es suya, porque lo “normal” tiene muchos matices, y esas normalidades deben verse reflejadas en lo que consumimos. Porque no queremos ser secundarios, queremos, necesitamos ser protagonistas.
Y es hora de que lo seamos. Con She-Ra y Las Princesas del Poder eso sucede.
Ada Díez. Es ilustradora, co-creadora y directora del festival Truenorayo Fest y del proyecto sonográfico Hits With Tits.