entrevista

Sergio Dalma: "Cuando estoy en el estudio me obsesiona sonar a Dalma, no perder mi identidad" 

17/08/2021 - 

ALICANTE. Pasó el fin de semana del 14 y 15 de agosto en Alicante rodando un videoclip para su nuevo álbum que, si todo va según lo previsto, verá la luz antes de que acabe 2021. Y volverá a esta ciudad del mediterráneo el próximo viernes 27 para cantar su recorrido por las más de tres décadas en la industria musical. Sergio Dalma (Sabadell, 1964) traerá a la plaza de toros -dentro del ciclo La plaza en vivo- su gira "30… y tanto", un surtido versiones de éxitos como Bailar pegados o Galilea y de temas nuevos que, en cierto modo, anticipan/dejan asomar cómo sonará Dalma en el camino a los "40... y tanto".

PREGUNTA. En marzo de 2020 te viste obligado a aplazar tu gira "30… y tanto" por culpa de la covid, y en abril de 2021 la retomaste. En el disco homónimo incluyes temas antiguos y novedades. A estas alturas, ¿es más complicado presentar nuevas canciones a tu público o versionar temas ya tan icónicos?

RESPUESTA. Versión otra vez estos temas, que ya se han versionado tantas veces. A lo largo de estos 30 años siempre he intentado que no supusieran un lastre para mí. Las hemos ido vistiendo de otra manera, reinventando y siempre han sonado bastante actuales. Lo que pasa es que volver a entrar a un estudio de grabación y otra vez hacer el triple salto mortal con estas canciones siempre es complicado. Son canciones muy conocidas, éxitos. Casi siempre digo que es más difícil cuando tiene que jugar con aquel éxito y reinventarte. Hay versiones que gustarán más y otras menos, pero intentas que la esencia de la canción no se desvirtúe.

P. En concreto, las nuevas son tres: El diablo dentro, Joven loco desalmado y Donna, esta última con Andrés Dvicio. ¿Por qué precisamente con él?

R. Hubo varios nombres que se pusieron encima de la mesa. Pero a mí me gusta Andrés por lo creativo que es. La canción venía de una forma y él le dio un aire que ganó muchísimo la canción. También me gusta cómo trabaja y la verdad es que creo que fue un acierto. Con su aportación, le dio un gran subidón a la canción.

P. Son tres canciones distintas entre sí, con diferentes aires. ¿Esta capacidad camaleónica para hablar de temas dispares la has desarrollado con los años o dirías que nunca te ha costado tratar temas distintos?

R. A mí siempre me ha gustado innovar y no encasillarme. Es ese mismo público el que quiere que tú avances. Ahora más que nunca, estoy en un momento de mi carrera en el que me puedo permitir eso, de ir probando cosas sin pretender captar un público nuevo con esas canciones. Hago esto porque yo tengo la necesidad de evolucionar  y que ese público también me exige que le sorprenda. Estas tres canciones son un poco lo que marca ese futuro trabajo. Eso es lo que queríamos hacer: aparte de revisitar esos éxitos, mostrar lo que tenía que venir próximamente que va a ser un trabajo que saldrá antes de finalizar el año.

P. Precisamente, hablando de esta capacidad camaleónica y el factor sorpresivo, eres capaz de cantar que tienes un piso en el infierno por tener el diablo dentro y, acto seguido, sacar una bandera blanca para ver si paras esta guerra con una canción de amor...

R. Yo creo que se puede tener ambos aspectos. Depende de en qué momento del día o de tu vida, puedes estar más tranquilo o ese aspecto rebelde no perderlo nunca.

P. 30 son muchos años en el mundo de la música profesional. Tantos conciertos, tantos discos, tantas experiencias, tantas emociones, tantos buenos y malos momentos… ¿Qué balance haces de estas tres décadas de carrera?

R. Ahora sí me doy cuenta que son muchos, porque cuando entras dentro de este mundo del espectáculo, la música, grabar discos, giras, etc., entras en un bucle en el que no paras y no te sientas a mirar para atrás. Ahora, después de los 30 años, ha sido un momento idóneo para darme cuenta de que han pasado muchas cosas, que ha habido infinidad de situaciones, de sensaciones, de haber cantado en escenarios en los que a lo mejor uno nunca imaginaba... Siempre digo que el balance es bueno; afortunadamente, el ser humano tiende a olvidar las cosas malas con el tiempo.

P. ¿En algún momento de estos 30 años te planteaste dejar la música?

R. No, dejar la música no. Pero sí ha habido momentos en los que me he sentido más solo en el aspecto en el que no tenía el equipo que yo deseaba, hasta que con el paso de los años se configuró un equipo totalmente estable y con un sello discográfico que me apoya. Plantearme en serio dejarlo no.

-¿Has desarrollado alguna manía, ritual o algo especial durante estos treinta años? Tipo: no puedo salir al escenario sin mis calzoncillos de la suerte o antes de grabar tengo que hacer tres flexiones…

R. Soy muy maniático con la ropa. Si tengo un vestuario que uso en un concierto que no hay ido como yo esperaba le echo la culpa a ese vestuario o a esos zapatos con los que no estaba cómodo. Son manías no muy grandes.

P. Bueno, y ahora ¿qué retos te propones o qué queda por tachar en tu carrera profesional de cara a los “40… y tanto”? Me comentabas que ahora va a venir un nuevo disco, ¿no?

R. A estas alturas, cada vez que tengo que grabar un disco ya es una aventura, porque querer reinventarse cada vez resulta más complicado. Pero rodearme de autores nuevos, de buscar un nuevo sonido sin perder el mío... Una de las cosas que más me obsesiona cuando estoy en el estudio de grabación es sonar a Dalma para no perder nunca mi sello ni mi identidad. Con estas tres canciones dejé entrever lo que podía venir en un futuro próximo que, si todo va bien, antes de acabar el año va a salir este trabajo. Un trabajo que nació en el confinamiento, empezamos a preparar canciones con varios autores y realmente es un disco muy colorista, muy vitalista, un canto a la vida, muy optimista, que creo que es lo que necesitamos ahora todos. Y los músicos, que necesitamos espectáculos, tenemos que cumplir esa función de animar más que nunca a la gente y ser un poco terapéuticos.

P. ¿Tiene ya nombre este canto a la vida?

R. Todavía no, pero va a ser un título optimista, porque el disco es así. Ponerle título a los discos es algo que me horroriza; yo siempre los enumeraría.

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