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En la palma de tu mano

Tienes un mensaje privado de Lorca: así es Poética 2.0, la app que llena de versos tu móvil

La plataforma digital ‘made in València’ acerca la literatura en verso a nuevos públicos a través de poemas en formato audiovisual representados por actores de prestigio

21/10/2019 - 

Braman, braman los grupos de whatsapp con sus 300 notificaciones pendientes. Braman los 14 mails urgentes que debes responder. Brama la llamada perdida de ayer que todavía no has devuelto. Y en mitad de toda esa maraña de notificaciones: “No hay cicatriz, por brutal que parezca,/ que no encierre belleza./Una historia puntual se cuenta en ella,/ algún dolor. Pero también su fin./ Las cicatrices, pues, son las costuras/ de la memoria,/ un remate imperfecto que nos sana/dañándonos. La forma/que el tiempo encuentra/ de que nunca olvidemos las heridas”. Un vídeo con el poema Las cicatrices, de Piedad Bonnett, inunda la pantalla de tu móvil y te desarma. Las urgencias de Instagram pueden esperar. Ese momento de conexión con la palabra es el germen de Poética 2.0 la colección de apps multimedia con alma valenciana que transforma cada poema en una experiencia audiovisual lista para ser acariciada desde el móvil, el ordenador o la tableta. En la colectividad de una clase de 1º de Bachillerato o en la intimidad de un cuarto propio. Como herramienta pedagógica que complemente al libro de texto o por el puro placer de asistir a un recital privado.

Al frente de esta plataforma se encuentran los valencianos Mar Gómiz y Ángel Salguero. “Somos grandes amantes de la literatura, pero, además, a Ángel le encantan las pantallas y las nuevas tecnologías. Un día, viendo aplicaciones, se nos ocurrió que podía ser una buena ventana para difundir la poesía”, apunta Gómiz, directora del proyecto. “Al fin y al cabo, los móviles son dispositivos que llevamos todo el día encima”, apunta Salguero, director creativo y quien aspira a lanzar a su anzuelo literario “a gente que no se ha sentido nunca atraída por la poesía y piensa que no la va a entender o que se va aburrir. Queremos luchar contra eso y mostrarles lo que se están perdiendo. Para eso traducimos el poema a un lenguaje audiovisual que resulte cercano”. El próximo 23 de octubre, impartirán un taller en Las Naves dirigido a docentes y gestores culturales y titulado De la pantalla a la página: tecnología para descubrir (y amar) la poesía en el que precisamente abordarán el potencial de este proyecto como recurso educativo tanto en el entorno escolar como en eventos divulgativos que quieran hacer de la literatura su razón de ser.

La peripecia comenzó en 2013 con Lorca, “fue el primer poeta en el que pensamos”, y ya cuenta con ocho aplicaciones diferentes, algunas centradas en autores concretos -como Santa Teresa de Jesús, Vicent Andrés Estellés o María Beneyto – y otras que adoptan el formato de antología temática. Así, la app sobre poesía valenciana cabalga desde la Edad Media hasta la actualidad sobre los versos de Ausiàs March, Jordi de Sant Jordi, Carles Salvador, Teresa Pascual o Joan Navarro. Por su parte, la de poesía española incluye a Quevedo, Góngora, Rosalía de Castro o Béquer. Al menos de momento, los clásicos protagonizan gran parte del universo de Poética 2.0, “nos gusta todo tipo de poesía, pero creemos que es imprescindible saber de dónde venimos para ver hacia dónde estamos caminando”, reflexiona Salguero. Eso sí, también hay aquí espacio para constelaciones más actuales. Así, la app de poesía contemporánea cuenta con Antonio Gamoneda, José Manuel Caballero Bonald, Jenaro Talens, Francisca Aguirre, Guillermo Carnero, Carmen Jodra, Ana Castro o Elena Medel, entre otros creadores. “El objetivo final es tener contenidos de todas las épocas”, añade.


Un universo de emociones en la garganta

Los poemas que incluye cada app son interpretados por actores y actrices tan reconocidos como Emilio Gutiérrez Caba, Adriana Ozores, Miguel Rellán, Arturo Querejeta, María Galiana o María Luisa Merlo. Son ellos quienes tratan de hechizar a los usuarios que habitan al otro lado de la pantalla a través de su maestría en el uso de la entonación, el ritmo, la cadencia y la gestualidad. “No se limitan a recitar, sino que representan los textos. Cada poema supone poner en marcha una sesión de rodaje casi cinematográfico”, apunta Salguero. Por ejemplo, las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, es una pieza que todos hemos tenido que estudiar en el instituto y, de repente, la escuchas interpretada por Carlos Hipólito y la sensación es increíble, la descubres de nuevo”, indica Gómiz. En el caso de los poetas en activo, son ellos mismos quienes prestan las cuerdas vocales. “Como la luz de un sueño,/que no raya en el mundo pero existe,/así he vivido yo/iluminando/esa parte de ti que no conoces, /la vida que has llevado junto a mis pensamientos...”, entona Luis García Montero en su Aunque tú no lo sepas.

La apuesta decidida por la voz y sus matices no es casual, sino que vertebra toda esta iniciativa. “La clave del proyecto es que la poesía en su origen era una actividad oral. Los trovadores iban de plaza en plaza cantando esas historias que se pasaban de generación en generación. Así que, cuando los actores recitan a los clásicos en nuestras apps, estamos recuperando la figura del trovador en la era digital, pues creemos que las pantallas son las nuevas plazas”, apunta Gómiz. En el horizonte se van perfilando sendas apps centradas en Antonio Machado, Francisco Brines, Marc Granell o Rosalía de Castro, también antología que reúna a diversos poetas valencianos en activo.


Tienes una nueva notificación de Ausiàs March

¡Vade retro, tecnofobia! No caben aquí los temores ante el universo 2.0, pues, como señala la directora del proyecto “consideramos que las nuevas tecnologías son aliadas para desempolvar esos textos clásicos que están en los libros y las bibliotecas y llevarlos directamente a las manos de los usuarios”. Tampoco se trata de erigirse como sustituto de los poemarios tradicionales, sino de ejercer como puerta que cautive a quienes la traspasen: “creemos que nos pueden ayudar a captar a nuevos lectores que, cuando descubran los poemas a través de las apps, vayan a buscar más a los libros. Robert Archer, catedrático que nos ayudó a preparar el repertorio de los poetas valencianos, nos decía que, en este momento en el que todos estamos tan pendientes de nuestros móviles, si nos llega un mensaje de Ausiàs March, pues mucho mejor”, señala Gómiz.

Y si hay ciertos sectores que observan con recelo la expansión de las nuevas tecnologías, también los hay que no acaban de sentirse atraídos por la galaxia poética.  La prosa inunda las costumbres lectoras de gran parte de la población, que no acaba de atreverse con los códigos de la poesía, “pero cuando se acercan de verdad a ella, algo hace ‘clic’ en su cabeza y ya no la abandonan”, defiende Gómiz. Por algo Poética 2.0 arrancó con el lema ‘Aún no sabes que te gusta la poesía’. Esta dificultad para engancharse  al verso que siente tanto lector de a pie se da también en las aulas, “para muchos profesores es el género más complicado de abordar y explicar a los alumnos”, admite Gómiz, quien cree que la poesía “se ha investido de un aura que hace que muchas personas crean que no van a estar a la altura a la hora de leer un poema, que deben ser grandes expertos para ello, pero no es así: simplemente tienes que dejarte llevar por las emociones que te transmitan esas palabras”. Y entonces, en mitad de la clase, se apagan las luces y el profesor comienza a reproducir uno vídeo en el que, por ejemplo, Juan Echanove interpreta los versos lorquianos de Soneto de la dulce queja. Se hace el silencio “y los docentes nos cuentan que los alumnos alucinan y se quedan con ganas de más”, explica Salguero.

Ya lo decía Gabriel Celaya, “poesía necesaria/ como el pan de cada día,/ como el aire que exigimos trece veces por minuto”.

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