ALICANTE. La música ha sido para Carlos Salado el primer catalizador de toda su expresión artística, tanto en la adolescencia como durante su etapa formativa en el Centro de Estudios Ciudad de la Luz, donde se licenció en Comunicación Audiovisual. Allí compartía entre amigos los acordes de sus primeros temas. Unos experimentos musicales que le llevarían después a dedicarse profesionalmente a ello, elaborando una larga lista de piezas para productos publicitarios. Ámbito en el que actualmente centra su carrera. "Me especialicé en música sinfónica y prácticamente todo mi trabajo son bandas sonoras para cine o para televisión", explica Salado.
Sin embargo, no solo es música todo lo que brota de su creativa cabeza, como quedó demostrado en la película Criando ratas, que ha sido un auténtico fenómeno viral y que ha resucitando el hasta ahora extinto género quinqui. Aunque lo más apropiado sería decir que lo que han hecho ha sido crear un subgénero, el neoquinqui. Un campo artístico que habla de la crudeza de la vida en los barrios más humildes de las actuales urbes, tratando de despertar una mirada crítica y analítica en la sociedad. Tema que inspira absolutamente a este creador en todas sus facetas.
Criando ratas fusionó por tanto su lado cineasta con el musical. Y es que, en esa primera película que dirigió, también incluyó algunos temas de cosecha propia como Pasa el canutito, Yo me drogo o Bandidos, rumbas callejeras y pegadizas que tuvieron un impacto en YouTube de más de 3 millones de visitas. Unas canciones que transmitían y complementaban el mensaje de la propia cinta y que, como él mismo asegura, "funcionaron muy bien y crearon una comunidad de seguidores casi más grande que la de la propia película", quienes se sentían identificados con el estilo y los textos, quizá poco habituales hasta el momento. "Desde entonces, he venido creando más canciones que he ido guardando, porque siempre he soñado con montar un grupo y grabar un disco", admite. La semilla de Uña y carne, un nuevo proyecto musical que promete ser igual de irreverente.
Así que, una vez más, las mismas redes sociales que fomentaron el éxito de su primer proyecto, hicieron que se juntaran los astros de nuevo para poner en contacto a Carlos Salado con el cantante Antonio Clavería. "Como compositor y guitarrista, necesitaba encontrar una voz que casara con mi estilo y eso era muy difícil, por lo que he pasado mucho tiempo buscando sin encontrar", confiesa. Por lo que decidió lanzar un mensaje a través de sus redes, dando a conocer el proyecto que tenía entre manos para localizar a algún interesado. "Recibimos muchas propuestas, pero con Antonio fue como un flechazo porque parecía que mis letras estaban hechas para él y su voz para mis letras", recuerda.
No se sabe quién es qué, pero desde entonces fueron Uña y Carne, e incluso se valieron de esa expresión para dar título al grupo de música que acababa de nacer. Un dúo flamenco-pop con Rumbas para el nuevo mundo, como reza el eslogan que además dará nombre al que pretende ser su primer disco. Proyecto para el que acaban de iniciar una campaña de crowdfunding a través de Verkami, con la que desean obtener los fondos necesarios para poder producirlo. Porque quieren seguir siendo independientes, sin la intermediación de un sello discográfico, con una propuesta musical que califican de "urbana y transgresora", para la que necesitan reunir hasta diecinueve mil euros en cuarenta días.
El disco será producido por el propio Carlos Salada a través de K.O. Company, la productora que comanda junto con Rubén Ferrández, y se grabará en los estudios de Musigrama, conocidos como el templo del flamenco. Unas tareas que contarán además con el productor musical Paco Ortega, quien ha trabajado para artistas como Camarón, Paco de Lucía, Niña Pastori, El Cigala o Joaquín Sabina, entre otros. Incluirá los tres temas de la película Criando ratas, pero la mayoría de canciones serán inéditas.
"esto No es un donativo sino una precompra del disco"
"Hemos notado el cariño de nuestra comunidad de seguidores y hemos respondido sus demandas, pero ahora necesitamos sentir también su apoyo y compromiso activo a través de la precompra del futuro disco", explica Rubén Ferrández, que tomará el pulso a sus fans con esta iniciativa. "Esto no consiste en un donativo, sino que es una muestra de confianza, adquiriendo de antemano el disco que se les entregará en septiembre", apunta. "Así que estamos seguros de que irá bien, porque nuestros seguidores tienen un alto grado de compromiso con la cultura y con la música", añade. Pero no solo podrán adquirir el disco, sino que también se podrá comprar merchandising, aunque lo más destacado son las propuestas "más emocionales", como describe Ferrández, que consisten en conocer a los protagonistas del universo de Criando ratas, actuaciones privadas e incluso participar en alguno de los videoclips y aparecer en los créditos.
El grupo Uña y Carne llevará a cabo su primera actuación el sábado 16 de febrero en la Sala Clan Cabaret. Una actividad que organizan para dar a conocer a este nuevo dúo musical pero también para seguir difundiendo su campaña de crowdfunding. Aunque éste solo es el primero de una gira de conciertos, "divertidos y llenos de energía", con la que quieren recorrer España a partir de septiembre, cuando se lance al mercado este álbum. "Es una suerte para nosotros, como creadores, poder hacer realidad este proyecto, con pocos recursos pero a la vez con muchas posibilidades de competir con los más grandes de la música", explica Ferrández, que cuenta como se sienten vinculados con la nueva era de la digitalización y la autoproducción. "Seguiremos apostando por la democratización de la cultura; queremos que nuestra música llegue a todas partes", sentencia.
Este no ha sido el primer proyecto musical de los productores del film, quienes presentaron este invierno Mala ruina, el spin off de la película. Que a su vez no es una continuación ni una segunda parte, sino una nueva creación inspirada en Criando ratas para dar vida al videoclip del último trabajo del trapero Yung Beef, quien de algún modo habla en sus canciones de la misma realidad social que afrontan los alicantinos. Sin pertenecer al mismo estilo, pero sí hablando de lo mismo, esta temática urbana y callejera está generando grandes fenómenos musicales que se hacen virales a través de las redes sociales, sin necesidad de que ninguna multinacional apueste por ellos. Rosalía y su visión del flamenco son el mejor ejemplo de ello.